La reflexión sobre la Eucaristía y los aprendizajes aportados por la Misión Juvenil 2005, fueron el motivo central de los trabajos grupales, plenarios y los momentos de oración.
Cerca de 140 personas representantes de las distintas diócesis y movimientos del país participaron en el 12 Encuentro Nacional de Jóvenes, entre los días 8 y 10 de octubre, en la casa Alvernia de San Francisco de Mostazal.
En este espacio jóvenes y asesores, pudieron compartir experiencias, conocer más la orgánica de la Pastoral Juvenil, escuchar el informe de gestión de la Coordinación Nacional, y observar el recambio de sus integrantes . Además, se agradeció especialmente el aporte hecho por Julio Olate, director de la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil, quien cumplió su período de trabajo en esta instancia.
La Misión 2005 y sus aprendizajes
Al margen de las propias iniciativas, la mayoría de las diócesis y comunidades desarrollaron una Misión Nacional con criterios comunes. Con una diversidad de expresiones y plazos, esta experiencia generó algunos aportes constatados por la asamblea presente.
- La necesidad de ser conscientes y corresponsables con la elocuencia del Espíritu Santo que obra en la Iglesia y en el mundo.
- La importancia de hacer que toda experiencia de misión esté inserta en un proceso global de pastoral juvenil para que sea intencionada y eficaz.
- Conocer, compartir y valorar las formas propias que tienen los jóvenes para vincularse con Dios.
- Advertir y potenciar nuevos carismas y expresiones de la fe.
- Desarrollar una actitud de acogida permanente, especialmente hacia quienes se sienten más alejados de la Iglesia.
La Eucaristía, vida, comunión y misión
Respecto del tema de la Eucaristía, el Encuentro ayudó a profundizar en una comprensión que une a la Pastoral Juvenil nacional en ideas comunes para favorecer el desarrollo de una cultura eucarística entre los jóvenes.
Vivencia eucarística
- Propiciar que los jóvenes se sientan acogidos en nuestras celebraciones.
- Ayudar a un conocimiento más profundo del Evangelio para orientar las respuestas a su realidad.
- Realizar experiencias formativas y misioneras basadas en el testimonio personal y comunitario.
- Desarrollar una actitud de apertura a la diversidad sin perder nuestra identidad creyente.
- Lograr que la liturgia despierte de manera constante la sensibilidad social de los celebrantes.
Comunión
- Valorar el Evangelio como una escuela de comunión que invita a romper las fronteras, creciendo en gestos de perdón.
- Hacer comunión partiendo desde nuestras comunidades y pastorales.
- Ver y valorar las riquezas que hay en el otro como semillas del Reino.
- No entender la comunión como uniformidad, sino como apertura a la diversidad.
- Aprovechar el aporte de las artes y las nuevas expresiones, sin perder la solemnidad.
- Adecuar las celebraciones al lenguaje de las personas.
- Que la eucaristía sea fuente de proyectos de vida comunitaria.
- Trabajar porque las celebraciones sea motivo y espacio para manifestar la alegría propia del cristiano de manera elocuente y auténtica.
Misión
- Compartir nuestra adhesión a Cristo en un permanente contacto con la realidad juvenil.
- Hacer que nuestras celebraciones presente desafíos concretos a la comunidad local de manera procesual y pedagógica.
Fuente: Vicaría de la Esperanza Joven
Santiago, 11-10-2005