El Papa interviene por sorpresa en el Sínodo

El Papa interviene por sorpresa en el Sínodo

El Arzobispo William Levada, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, plantea la necesidad de mejorar las homilías, incorporando en ellas la Sagrada Escritura y el Catecismo.

 
Viernes 07 de Octubre de 2005
Al concluir la sesión de intervenciones libres del Sínodo de los obispos en la tarde de este jueves, Benedicto XVI tomó la palabra espontáneamente para reflexionar sobre uno de los argumentos más afrontados en estos días: la dimensión sacrificial de la Eucaristía.

Según el boletín informativo de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, con sus palabras «el Santo Padre ha querido ofrecer su contribución al espíritu fraterno».

Isidro Catela, encargado del «briefing» informativo a los periodistas de lengua española, explicó que no era posible revelar los contenidos de la intervención «espontánea» en italiano de diez minutos del Santo Padre.

Intervino sobre la teología de la eucaristía con el conocimiento que tiene como gran profesor universitario, reveló Catela.

Según ha podido saber Zenit, el discurso podría publicarse una vez que la trascripción haya sido revisada por el mismo pontífice.

«Ha sido una intervención estupenda, de gran teólogo, quizá la primera intervención papal en la discusión libre de un Sínodo», afirmó por su parte el Padre Giorgio Costantino, portavoz durante el Sínodo para los periodistas en italiano.

En el «briefing» informativo de este viernes también se reveló que Benedicto XVI ha decidido proponer una hora de adoración eucarística en la Basílica de San Pedro del Vaticano. El acto será guiado por el mismo Santo Padre el lunes 17 de octubre, de las 17,00 a las 18,00.

El Papa está participando con mucha atención en los trabajos del Sínodo. No toma apuntes pero escucha, según confirmó este jueves el padre el padre John Bartunek, L.C., portavoz para los periodistas de habla inglesa.

Se sienta en la cátedra central del Aula Nueva del Sínodo, en ocasiones, saluda a los padres sinodales o les da las gracias al inicio o al final de cada sesión.

Este jueves, por ejemplo, llegó con el maletín de color negro que han recibido todos los participantes en el Sínodo con los materiales de trabajo.

Durante los descansos para tomar el café, el Papa se está reuniendo con los grupos de trabajo (círculos menores) del Sínodo, que están divididos por idiomas. En días pasados conversó con los miembros de esos grupos de lengua francesa y este viernes lo hizo con los de lengua española.


Recomendación de mejorar las homilías

Las homilías deben tener referencias bíblicas y doctrinales y ayudar a ahondar en la fe. Es una propuesta del arzobispo William Joseph Levada, arzobispo emérito de San Francisco y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Monseñor Levada al tomar la palabra este viernes en el Sínodo se dijo convencido de que las celebraciones dominicales son un momento propicio para educar a los fieles en la fe católica a partir de las homilías.

«Según mi experiencia, una homilía que trate de iluminar a los fieles acerca de una verdad de la fe o la moral presupone mucho esfuerzo y empeño y los predicadores encuentran dificultades para preparar sus homilías de esta manera», constató en su intervención pronunciada en italiano.

«Muchos han observado, incluso no pocos obispos que participan en este sínodo, que la actual educación en la fe católica, incluso entre de los que practican su fe y participan en la misa dominical, es insuficiente para permitirles tener la confianza suficiente como para actualizar su fe y llevarla a la práctica en el mundo de la política, de la economía, del trabajo y de la educación, en un entorno extremadamente secularizado cual es el nuestro», lamentó el sucesor del cardenal Joseph Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la Fe.

«A muchos católicos buenos les resultad difícil incluso transmitir la fe a sus propios hijos a causa de esta falta de catequesis», constató monseñor Levada.

Su propuesta es que «quizás sea oportuno considerar la celebración de la Eucaristía festiva como un modo privilegiado para la formación de los fieles en el conocimiento de su fe católica, en la que puedan apreciar su verdad y belleza, ayudándoles así a encontrar un lenguaje común para expresar su fe en la vida cuotidiana y laboral».

Como propuesta concreta sugiere al Sínodo «que haga suya la recomendación de pedir que se prepare un programa pastoral sin imponerlo pero proponiéndolo a los que predican en la celebración eucarística dominical».

«Este programa --concluyó monseñor Levada-- podría seguir la división en tres años del Leccionario [las lecturas de la misa ndr.], relacionando la proclamación de la doctrina de la fe con los textos bíblicos en los que tales verdades se arraigan y haciendo referencia al Catecismo de la Iglesia Católica a y su Compendio recientemente publicado».

Monseñor Levada ya había tomado la palabra en la primera sesión de intervenciones libres para pedir que el Sínodo que reflexione sobre el número 73 del «Instrumentum Laboris» del Sínodo en el que se hace referencia a la relación entre Eucaristía y moral y vida pública.

El Sínodo, que concluirá el 23 de octubre, se propone presentar una serie de proposiciones a Benedicto XVI para que después las recoja en una exhortación apostólica para renovar e impulsar la vida eucarística de la Iglesia.


Fuente: Zenit.org
Vaticano, 07-10-2005