Muy queridos hermanos y hermanas en el Señor:
Profundamente agradecidos a Dios, nuestro Padre, por el don del Papa Juan Pablo II a nuestra Iglesia y a toda la humanidad, la Diócesis de San José de Temuco, se hace partícipe del dolor de su partida, pero al mismo tiempo comparte el gozo, de saber que su retorno a la casa del Padre, se realizó después de una vida santa, consagrada plenamente a Jesucristo, su Maestro, y a los ideales que Él nos legara con su vida y con su Evangelio, sellados con su muerte de cruz y su resurrección.
Hoy me uno al mensaje de los obispos de Chile, invitándoles a unirnos en Acción de Gracias, por el Pastor, que por tantos años condujo a la Iglesia de Jesucristo aquí en la tierra, inspirando en todos nosotros sentimientos de amor a Dios y a los hermanos, destacando nuestra preferencia por los más pobres, los pecadores y los más abandonados.
Recuerdo, con especial gratitud, todas sus muestras de cariño por nuestra Iglesia en La Araucanía, manifestadas durante su visita a la Región hace 18 años. Su mensaje al mundo Indígena y a los Campesinos, aún es tarea para nosotros.
Nos consuela, la promesa de Jesús a los que han hecho de la caridad, el norte de su vida: "Vengan benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me
diste de comer, tuve sed y me disteis de beber.". Hoy nos invade la certeza que el Señor lo hará participar del reino que Él vino a instaurar con su venida entre nosotros.
Que María, Madre del Consuelo, a quien amó profundamente y en quien creyó como madre fiel y confiados en la "Divina Misericordia" del Señor, le decimos a nuestro querido Pastor, gracias, que el Señor lo tenga en su Reino.
Y a todos Uds. gracias por sus muestras de afecto por el Papa y por la Iglesia de Jesucristo aquí en la tierra. Acojamos su testimonio de vida y el testamento espiritual que nos legó con una vida santa, consagrada en plenitud a Jesucristo y su Evangelio. Fue un Buen Pastor que amó a su
Iglesia.
+ Padre Obispo Manuel Camilo
Temuco, 2 de abril de 2005