La Iglesia en Osorno, presidida por su obispo Monseñor René Rebolledo Salinas, celebró en el día de ayer un solemne Te Deum, acción de gracias a Dios, en este aniversario patrio. Junto a las autoridades civiles, militares y de organizaciones sociales asistieron sacerdotes, religiosas y fieles.
La primera parte de la celebración comprendió una lectura del profeta Isaías (Is 40, 1-8), y el evangelio de las bienaventuranzas, en la versión de Mateo (Mt 5, 1-12).
En su
mensaje, el obispo, resaltó la abundancia de los dones que la patria ha recibido de Dios: “la libertad, la independencia, la posibilidad de gestionarnos como un pueblo libre y soberano, el don de la tierra, nuestra idiosincrasia”. Afirmó que: “las bienaventuranzas definen la conducta a seguir en todo momento por los que nos consideramos discípulos del Señor, tanto en la vida personal, como en la vida en sociedad. Especialmente hoy, que conmemoramos el nacimiento de Chile como nuestra patria, debemos acoger estas palabras como “la verdad” que nos marca “el camino” para nuestra “vida” feliz en una nación de hermanos”.
Prosiguió citando el mensaje que pronunció el Padre Hurtado en el Te Deum de Chillán en el año 1948:
“Una Nación, más que por sus fronteras, más que su tierra, sus cordilleras, sus mares, más que su lengua, o sus tradiciones, es una misión que cumplir. Querer que la patria crezca no significa tanto un aumento de sus fronteras cuanto el cumplimiento de su misión. ¿Cuál es la misión de mi patria? ¿Cómo puedo realizarla? ¿Cómo puedo colaborar yo en ella? Dios ha confiado a Chile esa misión de esfuerzo generoso, su espíritu de empresa y de aventura, ese respeto del hombre, de su dignidad, encarnado en nuestras leyes e instituciones democráticas...”.
“La misión de Chile queremos cumplirla: nos sacrificaremos por ella. Nuestros padres nos dieron una patria libre, a nosotros nos toca hacerla grande, bella, humana, fraternal ... Si ellos fueron grandes en el campo de batalla, a nosotros nos toca serlo en el esfuerzo constructor”.
Afirmó, el obispo, que lo nuestro es “construir una patria en la que demos espacio a Cristo en nuestro corazón para consolar al que llora, en vez de dedicar nuestra atención sólo a construir riqueza; en que lo interpretemos fielmente en la justicia, para que ella no sea discriminatoria; que, guiados por su palabra, sepamos satisfacer a aquellos que han esperado durante años para recibir una parte más justa de la riqueza que hemos creado entre todos. Sólo así, si mantenemos el corazón limpio, rehusando las tentaciones de la vanidad personal y del egoísmo, estaremos construyendo una paz verdadera, erradicando toda violencia. Haciéndolo, estaremos cumpliendo, para Chile, lo que nos está pidiendo Jesús para el mundo desde hace más de dos mil años ... no temamos, pensemos que, como Él nos dice, nuestra recompensa será grande”.
El obispo se detuvo especialmente en la tarea que tienen los jóvenes, particularmente por el idealismo que ellos aportan para llevar adelante los retos y desafíos de la nación. En este contexto manifestó: “ Es por eso que mi corazón se llena de alegría cuando veo que treinta jóvenes osorninos, hombres y mujeres, han viajado a Colonia gracias a su esfuerzo personal, de sus familias y de sus comunidades para estar junto a S.S. Benedicto XVI; ... cuando veo la cantidad cada vez más grande de ellos que se reúnen al ser convocados a liturgias, peregrinaciones o vigilias; cuando veo su alegre solidaridad en obras como “Un techo para Chile” ... para todos ellos mi bendición y mi oración esperanzada en que su ejemplo será una semilla multiplicadora para esos otros jóvenes que aún permanecen encandilados por experiencias que pasan sin satisfacer el anhelo de radicalidad que está en lo más hondo de sus corazones”.
El Pastor diocesano concluyó su mensaje afirmando que mucho se ha realizado en pro del bien común y de los esfuerzos por abrir posibilidades de crecimiento y desarrollo, como también una conciencia de los derechos humanos y la propia libertad, dones de Dios. Igualmente señaló que queda un trabajo pendiente en bien de la familia, la educación y los buenos principios para la juventud, un reconocimiento justo y digno para el pueblo huilliche, en sus tradiciones, valores y aportaciones que pueden y deben realizar.
Monseñor hizo un llamado ante las próximas elecciones con estas palabras: “oremos y trabajemos para que esta fiesta, celebrada en la proximidad de una elección política de la más alta trascendencia, se transforme en un llamado de unidad a todos los chilenos. De este modo, concluida la votación y cualquiera sea el resultado, nuestra postura en ella, o nuestra opción frente a Dios, tomemos la esencia de las lecturas de hoy, para construir, sin exclusiones, el Chile grande y fraterno que todos queremos”.
Finalizada la homilía se presentaron, por diversas personas, oraciones por la Iglesia, la Patria, los gobernantes, la familia, los jóvenes, los trabajadores, etc. El punto culminante de la celebración lo constituyó el solemne cántico del Te Deum Laudamus, “A ti, oh Dios, te alabamos”.
Homilía Mons. René Rebolledo
Fuente: Obispado de Osorno
Foto: Diario Austral Osorno
Osorno, 18-09-2005