1.- Durante estos meses el país ha recibido informaciones extrañas y confusas sobre uno de los casos judiciales más graves de los últimos años. Múltiples y contradictorias revelaciones, investigaciones, aclaraciones y declaraciones han arrojado sombras de duda y desprestigio sobre numerosas personas e instituciones.
2.- Nuevamente hemos sido sorprendidos con las impactantes declaraciones formuladas a un diario de la capital por la joven Gema Bueno. Con algunas afirmaciones poco verosímiles y no comprobadas, responsabiliza al sacerdote José Luis Artiagoitia de haberla inducido a mentir.
3.- Ante esta nueva situación, la autoridad eclesiástica de Santiago estima que es de suma importancia que los tribunales de justicia investiguen con prontitud y cabalmente estos hechos, establezcan la verdad, verifiquen posibles patologías, sancionen a los responsables y así reparen el daño causado a personas inocentes.
4.-El Cardenal Francisco Javier Errázuriz ha llamado reiteradamente a actuar con prudencia frente a las denuncias públicas, a respetar el buen nombre de todos los ciudadanos – máxime si han servido con generosidad al país desde cargos públicos, como el Senador Jovino Novoa y otras personalidades – y a considerar inocentes a todas las personas mientras los tribunales no se pronuncien definitivamente.
5. Lo que ha sucedido en torno a este caso judicial no nos puede dejar indiferentes como sociedad. Nos obliga a hacer una reflexión profunda y serena respecto al país que estamos construyendo –y del cual todos somos responsables- y a los valores éticos y morales en que fundamentamos nuestro trato mutuo y nuestra convivencia. Sin respeto, sin verdad, sin sinceridad y sin justicia es imposible construir la comunidad.
6.- Por todo lo anterior, la Iglesia de Santiago le pide al Padre José Luis Artiagoitia que dé una respuesta clara y contundente sobre las conductas que se le atribuyen. La justicia necesita su testimonio, y la opinión pública espera que lo entregue.
7.- Confiemos en el Señor de la Vida para que El nos inspire y conduzca a encontrar los caminos de la verdad y auténtica justicia.
Santiago, 12 agosto 2004.-