Ayer domingo, en la Santa Misa celebrada a los ocho días del martirio del P. Faustino M. Gazziero, osm., presentamos a la comunidad aysenina las reliquias del corporal ensangrentado que él usó en su última Eucaristía. También asumimos el compromiso de redoblar nuestros esfuerzos en la sana educación de los niños y jóvenes, a través de la eficaz labor de las familias y de los colegios. Para materializar esta opción pastoral, anunciamos la construcción de un colegio que se llamará “Mártir Padre Faustino”, que será financiado por quienes fueron sus alumnos y por personas de buena voluntad.
Luego de la Misa, accedí a responder consultas periodísticas de varios medios de comunicación social presentes. A una de las preguntas de un periodista, referente a una próxima venida del Juez español Baltasar Garzón, contesté textualmente:
“Hay muchas posibilidades que venga el juez Baltazar Garzón a la región de Aysén, por el caso Aysén. No quisiera que una personalidad tan significativa en el mundo de los derechos humanos sea el único motivo para que en Aysén haya verdad y justicia. Sería importante que sintamos que la verdad y la justicia es un deber cada día, de todas las personas y de todas las instituciones, para que el Estado funcione”.
Lamento profundamente la grave manipulación que una periodista hizo de mi respuesta. Hoy en un medio de circulación nacional, nos involucra a mí y a la Congregación de los Siervos de María en la invitación para la visita del Juez Garzón a Aysén. He tomado conocimiento que esta invitación es fruto de un contacto que ha establecido la “Agrupación Otraysén” con el magistrado español.
Debo aclarar que dicha Agrupación asesora a los familiares de los jóvenes desaparecidos y fallecidos en nuestra Región en extrañas circunstancias y NO es una organización de la Iglesia de Aysén.
Agradezco a tantos periodistas que quieren ser fieles a la información veraz, objetiva y alentadora de la paz, la comunión y la justicia en nuestra querida región y en el país.
† LUIS INFANTI DE LA MORA, osm.
Obispo
Vicario Apostólico de Aysén
Coyhaique, agosto 02 de 2004