En un marco de solemnidad y patriotismo, se celebró en la Catedral de Puerto Montt, el tradicional Te Deum de Fiestas Patrias. La acción de Gracias contó con la asistencia de las principales autoridades de la zona.
La liturgia fue presidida por Monseñor Cristián Caro Cordero, Arzobispo de Puerto Montt, quién al comenzar su
homilíainvitó a los presentes a dar gracias a Dios: "Este nuevo aniversario de la Patria nos debe motivar para ver todo lo positivo con que contamos en el país, y así brote el agradecimiento al Señor." En particular llamó a dar gracias a Dios por quienes ofrecen trabajo, por el aumento de la ocupación en nuestra región, que tiene uno de los índices más bajos de cesantía."
Monseñor Caro también señaló que es importante "pedir perdón a Dios por nuestras faltas, entre ellas, la poca amistad cívica que se percibe a nivel de los representantes políticos y entre los poderes del Estado; la violencia generalizada, de palabra u obra, que quiere conseguirlo todo aquí y ahora, que siega vidas y destruye la convivencia familiar y social, y que tiene sus causas en las injusticias y desigualdades extremas, en el materialismo que se sustituye a los valores espirituales y a Dios. En especial, nos preocupa la deficiente formación moral y religiosa de los niños y jóvenes, el embate ideológico contra la concepción natural y cristiana de la sexualidad, del matrimonio y de la familia, lo que ha traído la liberalización de costumbres, la desvalorización del matrimonio, la baja creciente de la natalidad junto al nacimiento de tantos niños fuera del matrimonio."
Haciendo mención al Evangelio proclamado -el de la resurrección del hijo de la viuda de Naím- destacó las palabras de Jesús: “A ti te digo, levántate”, con que el Señor restituye la vida del joven y en un sentido más amplio, restituye a la mujer el sentido de su vida: su único hijo.
Al respecto sostuvo que éste es el clamor de los jóvenes hoy: "Más allá de la violencia de algunos y de la delincuencia de otros -que más que nadie necesitan al profeta de Nazaret y que Dios los visite- ¿no esperan los jóvenes que sus padres, educadores, la Iglesia les muestre el sentido de la vida, y les den oportunidad de nueva vida cuando han caído en el vicio, el desorden moral o el delito? El camino es la educación, de calidad como se dice, que es aquélla que presenta “no sólo un saber por adquirir, sino también valores por asimilar y verdades por descubrir”.
En este sentido destacó la preocupación de la Iglesia, que justamente se encuentra impulsando la Misión Jóven, como instancia de diálogo y evangelización.
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Texto completo de la homilía
Fuente: Comunicaciones Puerto Montt
Puerto Montt, 18-09-2012