Una importante declaración acerca de doctrinas y problemas actuales relacionados con la sexualidad ha entregado en Roma la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Firman el documento el Cardenal Seper y el Arzobispo Hamer, Prefecto y Secretario de dicha Congregación, haciendo notar que el Papa Paulo VI aprobó esta declaración, la confirmó y ordenó que se publicara.
Plantea el documento la confusión existente por la corrupción de costumbres y la desorientación multiplicada por los Medios de comunicación social al servicio de un hedonismo licencioso.
DESORIENTACION Y RELAJACION
La Iglesia no puede permanecer indiferente ante la confusión de los espíritus y la relajación de las costumbres y por eso publica esta declaración corrigiendo las opiniones erróneas y las desviaciones que de ella se siguen.
Destaca el documento que el hombre no puede proceder según su arbitrio personal en sus juicios acerca de los valores morales. Tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia descansa la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente. Para los cristianos, Jesucristo en su doctrina y en su ejemplo es la ley suprema e inmutable de la vida.
No puede haber verdadera promoción de la dignidad del hombre, sino en el respeto del orden esencial de su naturaleza. Hay principios fundamentales que trascienden las contingencias históricas. Se equivocan los que sostienen que no hay ninguna norma absoluta e inmutable en la naturaleza humana y en la revelación, sino que sólo hay expresiones de una forma particular de cultura o de un momento determinado de la historia.
La bondad moral de los actos conyugales no depende sólo de la sincera intención, sino que hay criterios que conservan íntegro el sentido de la entrega y de la procreación en un amor verdadero. El uso de la función sexual consigue su sentido y rectitud sólo en el matrimonio legítimo.
RELACIONES SEXUALES PREMATRIMONIALES
Condena las relaciones sexuales prematrimoniales, porque "debe mantenerse en el cuadro del matrimonio todo acto genital humano". Las relaciones prematrimoniales no aseguran ni protegen suficientemente la fidelidad de la relación humana contra las veleidades de las pasiones.
cias por una especie de instinto espiritual. Esta liberación no suprime las tentaciones, pero las supera con la ascética cristiana y el seguimiento de Jesús.
Entre los medios tradicionales recomendados por la Iglesia, se insiste nuevamente en la disciplina de los sentidos, una humilde prudencia, diversiones sanas, laboriosidad, frecuencia en la oración y sacramentos y devoción a la Virgen María.
La pureza es una virtud que honra al ser humano y le capacita para un amor verdadero: desinteresado, generoso y respetuoso de los demás.
DEBERES Y OBLIGACIONES
Termina el documento recordando a los Obispos su deber de esclarecer las conciencias en forma clara y fiel. No se trata de defender prejuicios maniqueos ni tabúes sexuales, sino de proclamar la dignidad humana y el orden divino de la creación y de la enseñanza de Cristo.
Insiste en la enseñanza de la recta doctrina en las Universidades y Seminarios, en la iluminación de las conciencias por los confesores y en la enseñanza catequética de parte de los educadores y padres de familia.
A los Medios de Comunicación Social les señala el deber de "sanear el clima moral de la sociedad". Los niños y los adolescentes tienen derecho a que se les permita, e incluso se les estimule, a conocer y amar más a Dios, con todas sus consecuencias. Los gobernantes y responsables de la educación no pueden frustrar este sagrado derecho.
El documento completo será publicado por la Secretaría del Episcopado en la próxima semana.
Santiago, 15 de enero de 1976