En la parroquia “Nuestra Señora del Carmen” de Osorno tendrá lugar el miércoles 10 de agosto la celebración del Día del Diácono en la diócesis, acontecimiento que se realiza en el marco de la festividad de San Lorenzo, patrono de los diáconos. La cita es a las 19.30 horas y se espera la presencia de gran cantidad de fieles, quienes agradecerán al Señor por la vida y vocación de estos servidores.

El responsable de la Comisión Diocesana del Diaconado Permanente, el diácono Mauricio Flández, aprovechó la oportunidad para expresar su gratitud al Señor por este don otorgado y de entregar un saludo a sus compañeros. “Agradezco a Dios, a Jesucristo Nuestro Señor, a su Santísima Madre, a nuestra amada Iglesia, a nuestro obispo y presbíteros, a nuestras familias y comunidades, por aceptarnos y permitirnos servir, como Cristo lo hizo. Agradezco a cada uno de mis hermanos diáconos por su cariño y entrega en el servicio encomendado por la Iglesia y, en general, a todos por apoyarnos en esta misión. Imploramos la protección a la Virgen María y a Dios Todopoderoso, su bendición y compañía”, señaló.

El diácono Rolando Troncoso, actual responsable de la Pastoral Social en la diócesis, indicó por su parte: “Mis hermanos diáconos, cada uno junto a sus esposas e hijos, debemos dar testimonio de esta doble sacramentalidad que vivimos con gratitud: el Sacramento del Matrimonio y el Sacramento del Orden. Primero el buen Dios nos regaló el amor humano en nuestra esposa y luego el “Ser” servidores del Señor Jesús en nuestro diaconado. Vivámoslo con alegría y testimoniemos permanentemente a Cristo Resucitado entre nuestros hermanos”.

“El Diácono Permanente, miembro de la jerarquía, “ordenado para el ministerio, no para el presbiterado”, tiene como misión específica el ser testimonio visible de la “diaconía” eclesial, gracias a su ser “sacramento-persona” de Cristo “el diácono”. Si el Diácono Permanente encuentra su última fundamentación teológica en las palabras y en la vida de Jesús, él existirá en la Iglesia para recordar a los fieles y a los miembros de la jerarquía que su verdadero “sacerdocio” consiste en el servicio constante, abnegado, por amor, en unión con Cristo, a quien su amor hasta el extremo, le llevó a dar la vida, a ser crucificado, por la salvación de todos” (Extracto de “Teología y Eclesiología del Diácono Permanente”, de Mons. Victorino Girardi Stellin, Obispo de Tilarán-Liberia, Costa Rica. II Congreso Latinoamericano y del Caribe de Diaconado Permanente Itaici-Sao Paulo, Brasil 2011).

Fuente: Comunicaciones Osorno
Osorno, 10-08-2011