Misa fue celebrada el 17 de diciembre y fue presidida por Mons. René Rebolledo.
Los ex alumnos del Colegio “San Mateo” de Osorno, Cristián Meneses, de 34 años, e Iván Navarro, de 32, recibieron la ordenación diaconal en la Eucaristía que presidió el obispo diocesano Mons. René Rebolledo Salinas, el pasado viernes 17 de diciembre, a las 19.15 horas en el templo Catedral.
La celebración contó con la participación del P. Eugenio Valenzuela S.J., Provincial de la Orden Jesuita, a la cual pertenecen los dos nuevos diáconos. Acompañaron numerosos sacerdotes, jesuitas y diocesanos de Osorno, religiosos y gran cantidad de fieles.
El obispo diocesano agradeció especialmente a la comunidad jesuita el hecho de la ordenación en Osorno, puesto que los diáconos son originarios de la ciudad, realizaron sus estudios en el Colegio “San Mateo” y en él descubrieron el llamado del Señor.
Cristián e Iván manifestaron profundos sentimientos de agradecimientos al Señor, a la Iglesia, a sus queridas familias, a la Compañía de Jesús y al obispo diocesano.
Por su parte, el P. Eugenio Valenzuela señaló: “Juntos como Iglesia, ustedes como diáconos, somos invitados a tomar nuestra vida y ofrecerla al Dios de la vida para que la bendiga y ponga al servicio de quienes tienen necesidad de ella. Así como era necesario partir los panes para alimentar a la multitud para amar es necesario aprender a renunciar. Es necesario morir para vivir, para que otros puedan vivir, reconocer su dignidad y recuperar su lugar en la mesa de todos. Su vida como diáconos y sacerdotes ha de estar marcada por la experiencia pascual del Señor, será necesario ofrecer la vida para que todos tengan vida, para que otros vivan, para vivir. Así lo hizo el Señor y así también estamos llamados a hacerlo nosotros. Ese es el misterio que hoy nos hace agradecer a Dios”.
Luego concluyó: “Esta tarde pidamos al Señor que bendiga la vida de Cristián e Iván, que su testimonio como jesuitas, ahora como diáconos y luego como sacerdotes, sea fecundo y dé esperanza a tantos que la necesitan. Que el Señor les regale estar siempre con los ojos y el corazón abiertos para reconocerlo todas las veces que se les cruzará en el camino con rostros muy concretos como los de ustedes, los de los pobres y marginados, los de los jóvenes de las esquinas o de los ancianos que están más solos, los de los drogadictos y de los que quedan al margen…".
"Que tengan el corazón dispuesto a reconocer el paso del Señor y el clamor de muchos. Y que en la intimidad con Él, encuentren la fuerza para consagrar su vida cada día, para volver a entregarla cada mañana, para confiársela en los momentos en que los dolores y necesidades de los otros o los propios hagan pesado su caminar”.
Fuente: Comunicaciones Osorno
Osorno, 20-12-2010