Ante el sensible fallecimiento de Su Santidad el Papa Juan Pablo II, la Iglesia Católica diocesana de San Felipe se une a la oración que en este momento hace la Iglesia Católica universal, dando gracias a Dios por el fructífero paso entre nosotros de un apóstol de nuestro tiempo, quien con su vida y todos los dones que el señor le otorgó, fue un reflejo del buen Padre Dios.
El Santo Padre, mensajero de la Paz para nuestro país, ha gastado su vida y hasta el último suspiro de su existencia terrenal por anunciar hasta con los más sencillos gestos, el Evangelio de la vida, la esperanza y el amor entre los hombres.
El Padre Obispo Cristián Contreras, recordando al Santo Padre, señaló: “no fue una figura lejana; su doctrina, su enseñanza y su compañía siempre estaban con nosotros. Su permanente recuerdo que hacía de Chile, cada vez que se reunía con algún compatriota, lo acercaban aún más a nosotros. Yo tuve la oportunidad de verlo no sólo en nuestro país y era extremadamente atento. La primera vez, cuando me recibió en su biblioteca, me dijo… “Mons. De qué parte es usted?”. Del norte de Chile le dije yo. Luego miró un mapa y expresó: "¡aquí, aquí!!. Era un hombre de mucha fe que inspiraba una vida muy profunda”.
El Obispado de San Felipe hace un especial llamado a las comunidades cristianas a unirse en grupos de oración y a participar en la misas que en memoria del Papa se oficiarán por estos días.
Fuente: Comunicaciones San Felipe
San Felipe, 03-04-2005