1. En medio de las múltiples declaraciones y pronunciamientos de diversas instituciones políticas y gremiales, los Obispos de Chile pedimos a los chilenos que se den un instante para escuchar nuestra voz inspirada solamente en el Evangelio y en el amor patrio.
2. Más allá de los conflictos gremiales hay una confrontación sorda de grandes sectores de la población que podría desembocar en una lucha de imprevisibles consecuencias o en el aplastamiento y la exclusión de uno de esos sectores. Hay que hacer todo para evitarlo.
3. Nuestros contactos con personas de todas las tendencias y con nuestros propios fieles nos han llevado al convencimiento de que una gran mayoría del pueblo chileno está de acuerdo:
a) en que se mantenga la continuidad constitucional, el respeto y la obediencia a la autoridad legítima y la plena vigencia de la ley, aplicada a todos por igual;
b) en que se continúe el proceso de cambios tendiente a liberar a los pobres de cualquier situación de injusticia o de miseria, y a establecer la igualdad entre todos los chilenos y la participación de todos ellos en todos los niveles de la vida de la comunidad;
c) en expresar inquietud por la situación económica del país que ha generado escasez y carestía para todos -si bien compensadas en mayor o menor grado para algunos sectores- y para muchos otros una gran angustia sobre su porvenir;
d) en que se den condiciones favorables a la paz, que hagan posible la cooperación de todas las personas de buena voluntad en el proceso que vive el país;
e) en manifestar respeto a las Fuerzas Armadas y Carabineros y reconocimiento por la forma abnegada con que actúan en la delicada situación presente; y
f) en desear que la próxima consulta electoral de marzo de 1973 se desarrolle en el clima democrático y con la absoluta libertad de expresión a que estamos habituados, y que sirva de pauta al Gobierno para orientar su política.
4. Nosotros hacemos nuestras estas aspiraciones y pedimos a quienes tienen la responsabilidad de conducir la situación actual que las tomen en cuenta en su afán de encontrar la solución pacífica a la crisis que estamos viviendo.
5. A los cristianos, cualquiera que sea el campo en que militan, les pedimos que den testimonio de un espíritu responsable y cuerdo, constructivo y fraternal.
Y a todos los creyentes les pedimos que rueguen con nosotros al Padre, fuente de toda justicia y de toda reconciliación, que deje caer, como un rocío, sobre nuestra Patria inquieta, la serenidad y la paz.
Por el Comité Permanente del Episcopado
† JOSÉ MANUEL SANTOS A.
Obispo de V aldivia\' y Presidente a.i.
de la Conferencia Episcopal de Chile
† CARLOS OVIEDO CAVADA
Obispo Auxiliar de Concepción
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile
Santiago, 21 de octubre de 1972