Carta de Monseñor Carlos Oviedo, Secretario General de la CECH, a Monseñor Sergio Méndez Arceo, Obispo de Cuernavaca, con motivo de su participación en el Encuentro Latinoamericano de Cristianos por el Socialismo
Santiago de Chile, 16 de mayo de 1972
Monseñor
Sergio Méndez Arceo
Obispo de Cuernavaca
CUERNAVACA
Señor Obispo y Hermano:
No será difícil para Ud. comprender que la presencia suya en el Encuentro latinoamericano \"Cristianos por el Socialismo\" y especialmente sus declaraciones a la Prensa y Televisión -particularmente las de su Conferencia de Prensa- han sido objeto de estudio y de preocupación para nuestra Conferencia episcopal y para muchos Obispos también objeto de franca desaprobación y rechazo.
En el estudio, hemos sabido valorar aquellos aspectos positivos que su presencia ha podido tener en el interior del mismo Encuentro, y que no podemos menos que agradecerle fraternalmente.
Sin embargo, ha sido una gran preocupación para nuestra Conferencia, que ha buscado tradicionalmente mantener una línea y posición de independencia frente al poder político -precisamente para ejercer con toda libertad su ministerio profético, como lo demuestran últimamente nuestros documentos de 24 de septiembre de 1970, de 22 de abril de 1971, de Navidad de 1971 y de 11 de abril de 1972- verlo a Ud. en un evento que tenía una clara e indiscutible postura partidista, como lo prueban las palabras relativas al Encuentro del Ministro de Relaciones Exteriores Sr. Clodomiro Almeyda, en el acto inaugural, y la alocución del Sr. Presidente de la República Dr. Salvador Allende, cuando recibió al Encuentro. Este hecho no pudo menos que desorientar a la opinión pública y particularmente a los católicos de Chile, al contemplar tal actitud suya de tan manifiesto contraste con una línea del Episcopado Chileno.
Además, de parte de la gran mayoría del Episcopado de Chile, ha existido un rechazo a sus declaraciones en la Conferencia de prensa, por ver en ella una intromisión indebida de calificar Ud. a la Jerarquía chilena en términos que la descalifican moralmente ante la opinión pública, como era atribuirle intenciones \"políticas\" a propósito de la publicación de un documento que tenía la unanimidad del Episcopado chileno. El día siguiente de su Conferencia de prensa viajaron expresamente a Santiago tres Obispos de provincia a expresarme su rechazo a sus declaraciones y a pedir una aclaración pública contra ellas y, más aún, presentar una protesta oficial ante la Conferencia episcopal mexicana, mientras otros pedían que se presentara ante la Santa Sede. Esta misma actitud se vio que era mayoritaria entre los Obispos, cuando -informalmente- nos reunimos en Chillán 22 Obispos para la ordenación de un nuevo Obispo.
El Comité Permanente, en su sesión de 10 del presente, se hizo cargo de todos estos sentimientos y tomó el acuerdo de agradecer a la Conferencia episcopal de México su delicado y comprensivo cablegrama de adhesión y comunión a nuestra Conferencia, y que personalmente nos dirigiéramos a Ud. para expresarle las reacciones que su actitud había provocado en Chile. Es lo que cumplo con esta comunicación a Ud.
Finalmente, me permito hacer presente a Ud. cómo nuestra Conferencia está sinceramente y lealmente empeñada en contribuir a una justicia social en el país. Recordando únicamente la última década, podemos hacer memoria de documentos pastorales y de hechos realizados por el Episcopado chileno en cuanto a la Reforma Agraria, a la participación del pueblo en la gestación del bien común, a una acción evangelizadora precisamente en los medios más dinámicos que conducen el proceso de cambios, el deber del cristiano en la construcción del mundo, etc. y que, al mismo tiempo, respetamos el pluralismo en la búsqueda del bien común y del poder político entre los cristianos y todos los ciudadanos y que queremos, decididamente, mantenernos nosotros y el clero en una total independencia de la política partidista, aquella que busca conseguir o mantener el poder político. Confesamos que nuestras palabras y nuestros hechos no han sido suficientemente eficaces, pero eso en nada disminuye nuestros propósitos; más aún, los estimula a seguir adelante.
Con mi expresión de inalterable respeto a Ud., afectísimo en el Señor,
† CARLOS OVIEDO CAVADA
Obispo Auxiliar de Concepción
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile.