Mensaje en el Día Internacional de la Mujer del Vicario para la Pastoral de los Trabajadores

Conmemoración que desafía:

Mensaje en el Día Internacional de la Mujer del Vicario para la Pastoral de los Trabajadores

Monseñor Ignacio Muñoz, Vicario para la Pastoral de los Trabajadores, saluda a todas las mujeres en su día y recuerda las deudas que -como país- tenemos con ellas.

 
Lunes 07 de Marzo de 2005
El año 1975, la Organización de las Naciones Unidas instituye el Día Internacional de la Mujer.

Motiva la fecha elegida, la epopeya vivida por 129 mujeres trabajadoras textiles, que un día 8 de marzo de 1909 mueren calcinadas en incendio intencional a su taller de trabajo de la Fabrica Cotton de Nueva York. No se pudo soportar una protesta que pedía mayor Justicia Social, expresada en el respeto a los horarios y franquicias laborales.

Sin lugar a dudas, ese martirio es señal de la continua lucha de innumerables mujeres y, en particular de trabajadoras, por reivindicar sus derechos en la sociedad y ocupar en ella un lugar de igualdad.

Conmemorar este Día Internacional, es ante todo una manera colectiva de reconocer con gratitud a Dios, el valioso aporte de la mujer en la construcción de una sociedad llena de humanidad: su fuerza y ternura; su capacidad de trabajo, resistencia y perseverancia; su lucha y coraje son elementos incomparables.

Una manera concreta de homenajear, de manera permanente a la mujer y no sólo en su Día, es que como país cada cual desde su lugar y posibilidad de influencia, se comprometa a hacer lo que más esté de su parte, para colaborar en ir respondiendo a las principales situaciones que hoy aflige de manera sensible a toda mujer de trabajo.

Como sabemos la mujer trabaja dentro y fuera del hogar y a ella le urge entre otras cosas:

-No ser discriminada como hija, esposa, madre, jefa de hogar y jubilada.
-Saberse respetada y valorizada por superiores, subalternos y sus pares.
-No sentirse amenazada en su vocación a realizarse como persona, constituir familia y ser madre.
-Saber que en igualdad de condiciones con el varón, pueda optar a trabajos dignos con contratos; salarios justos, pagos previsionales, horarios flexibles sin rebajas de sueldos.

Que María de Nazareth interceda por todas nuestras mujeres y en especial por las que están pasando momentos difíciles y ven tan lejana la felicidad que buscan.

Que Ella inspire soluciones sabias y justas, regalando sincera voluntad política, a quienes están especialmente llamados a velar por el bien común del pueblo en el que ocupa un lugar clave toda mujer.

Pbro. Ignacio Muñoz M.
Vicario Episcopal
Pastoral de los Trabajadores
Arzobispado de Santiago

Santiago, 8 de marzo de 2005

Fuente: DOP Santiago
Santiago, 07-03-2005