NOS REUNIMOS A CELEBRAR EL TRIUNFO GLORIOSO
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
Y LO HACEMOS EN NOMBRE DE LA SANTA TRINIDAD:

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén,

Nos dice San Pablo:

CRISTO JESUS, siendo de naturaleza divina,
no consideró un tesoro indispensable
mantenerse igual a Dios.
El se despojó de sí mismo
asumiendo la condición de siervo
y siendo en todo igual a los hombres.

RESUCITÓ, RESUCITÓ, RESUCITÓ, ALELUYA.

Apareció en forma humana,
se humilló haciéndose obediente hasta la muerte
y muerte de cruz.
Por esto Dios lo ha exaltado
y le ha dado el Nombre
que está sobre todo nombre...

RESUCITÓ, RESUCITÓ, RESUCITÓ, ALELUYA.

Para que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble
en el cielo, sobre la tierra y bajo la tierra.
Y toda lengua proclame
que Jesucristo es el Señor
para gloria de Dios Padre.

RESUCITÓ, RESUCITÓ, RESUCITÓ, ALELUYA.

Mientras se canta se puede encender el cirio pascual,
o simplemente un cirio, que nos alumbra el camino.


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