SANTA MARÍA DE LA ESPERANZA mantén el ritmo de nuestra espera. Nos diste al Esperado de los tiempos, mil veces prometido en los profetas. Y nosotros de nuevo deseamos que vuelva a repetirnos sus promesas. Brillaste como aurora del gran día, plantaba Dios su tienda en nuestro suelo. Y nosotros soñamos con su vuelta, queremos la llegada de su reino. Viviste con la cruz de la esperanza tensando en el amor la larga espera. Y nosotros buscamos con los hombres el nuevo amanecer de nuestra tierra. Esperaste, cuando todos vacilaban, el triunfo de Jesús sobre la muerte. Y nosotros esperamos que su vida anime nuestro mundo para siempre. |
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