| Volver |

| Avanzar |

| Índice |

 

1. SEGUIMIENTO DE JESUCRISTO

 

1.4. EVANGELIZACIÓN MISIONERA

 
DESAFIOS
 
209. Vivimos en Chile un gran cambio cultural que abre enormes posibilidades a la Evangelización si sabemos hacerla como Jesús: con respeto y humildad, en dialogo y sin condenaciones, sabiendo discernir lo positivo para elevarlo hacia su plenitud y lo negativo o deshumanizante para transformarlo con la fuerza del Evangelio. Están surgiendo nuevas formas de pensar, de sentir, de actuar, etc., que reclaman un nuevo esfuerzo de inculturación del Evangelio. Es decir: tenemos que intentar conocer mejor el mundo cultural de los pobres, de los jóvenes, de los intelectuales, de los empresarios, de los servidores públicos, etc., de modo que se pueda pensar, expresar, vivir y celebrar la riqueza del Evangelio con gestos y palabras propias de cada uno de esos mundos y, al mismo tiempo, mantener la comunión entre todos los que conformamos la Iglesia de Santiago y la Iglesia Universal.
 
210 Por otra parte, nuestra acción evangelizadora debe tomar en serio el hecho de que hay muchos católicos alejados de la Iglesia. En efecto, si bien las estadísticas señalan que la mayor parte de los chilenos (y santiaguinos) están bautizados en la Iglesia Católica y/o se declaran católicos - el Censo de 1992 dice que el 76,7% de los mayores de 14 años somos católicos - ellas también constatan, por ejemplo, que es muy bajo el porcentaje de bautizados que asisten a la misa dominical.Tal hecho debiera motivarnos a dejar de ser una Iglesia instalada, a la espera de la gente, y transformarnos en una Iglesia misionera, que va en busca de la gente para ofrecerles la perla del Evangelio allí donde ellas estén.
 
 
ILUMINACIÓN DOCTRINAL
 
211. La Evangelización tiene su origen en Dios. Es El quien, movido por su tierno amor hacia nosotros, nos envía a su Hijo Jesucristo como el Camino para encontrar en este mundo la Verdad y la Vida en abundancia, que salta hasta la eternidad. Jesús fue fiel hasta el extremo a la misión encomendada por su Padre y llamó y formó discípulos y discípulas para prolongarla en el tiempo. El día de Pentecostés reciben el Espíritu del Resucitado y, venciendo todo temor, dan inicio a la acción evangelizadora de la Iglesia. Desde entonces, el Espíritu Santo, alma de la Iglesia, es también el motor principal de toda evangelización.
 
212. Jesucristo, contenido y modelo de toda acción evangelizadora, inicia su misión con un gesto de desprendimiento. Dice San Pablo que El, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo (Fil.2,6-7). Esta actitud humilde le permitió estar abierto a todos, con amor preferencial por los pobres, los enfermos, los pecadores, los excluidos por cualquier motivo, viviendo la mayor parte de su vida entre ellos. Nazaret fue su hogar y su escuela. Por eso, durante su ministerio público pudo expresar la hondura y novedad del Evangelio con gestos y palabras sencillas al alcance de todos.
 
213. Evangelizar personas, familias y culturas al estilo de Jesús constituye, por tanto, la dicha, la vocación y la identidad más profunda de todo el Pueblo de Dios. Urge, pues, que todos los bautizados, particularmente los laicos, acojan el don y asuman la responsabilidad que Dios nos entrega.
 
214. Su Santidad Pablo VI lo expresa en su Exhortación Apostólica, Evangelii Nuntiandi (8 de Diciembre de 1975) "Con gozo y consuelo hemos escuchado al final de la Asamblea de Octubre de 1974, estas palabras luminosas: <<Nosotros queremos confirmar una vez más que la tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia>>; una tarea y misión que los cambios amplios y profundos de la sociedad actual hacen cada vez más urgentes.
 
215. Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y la vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, ser canal del don de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios, perpetuar el sacrificio de Cristo en la Santa Misa, memorial de su Muerte y Resurrección gloriosa." (Evangelii Nuntiandi, 14).
 
216. Juan Pablo II lo recalca: "Lo que se hizo al principio del cristianismo para la misión universal, también sigue siendo válido y urgente hoy. La Iglesia es misionera por su propia naturaleza, ya que el mandato de Cristo no es algo contingente y externo, sino que alcanza al corazón mismo de la Iglesia. Por esto, toda la Iglesia y cada Iglesia es enviada a las gentes. Las mismas Iglesias más jóvenes, precisamente <<para que ese celo misionero florezca en los miembros de la patria>>, deben participar <<cuanto antes y de hecho en la misión universal de la Iglesia, enviando también ellas misioneros a predicar por todas las partes del mundo el Evangelio, aunque sufran escasez de clero>>. Muchas ya actúan así, y yo las aliento vivamente a continuar." (Redemptoris Missio. 62).
 
ORIENTACIONES PASTORALES
 
217. -1- La Iglesia misionera debe ser claramente orante, alegre y dinámica, viviendo el Evangelio que proclama y transmitiendo la profunda convicción de que éste es capaz de iluminar todos los acontecimientos y problemas del diario vivir.
 
218. Es necesario que nuestra Iglesia se presente, especialmente ante los jóvenes, más atractiva y creativa, más profética y solidaria; que se perciba en ella la unión entre fe y vida, dando a la vez un testimonio de una Iglesia sencilla, desapegada de los bienes materiales, acogedora y comprensiva.
 
219. -2- La evangelización tiene que apuntar patentemente a la conversión de las personas a Jesucristo y su Evangelio, y a un compromiso con el Reinado de Dios en el mundo, desde una participación activa en la Comunidad Eclesial.
 
220. "El hombre contemporáneo cree más a los testigos que a los maestros; cree más en la experiencia que en la doctrina; en la vida y en los hechos que en las teorías. El testimonio de vida cristiana es la primera e insustituible forma de la misión: Cristo, de cuya misión somos continuadores, es el <<Testigo>> por excelencia (Ap.1,5; 3,14) y el modelo del testimonio cristiano. El Espíritu Santo acompaña el camino de la Iglesia y la asocia al testimonio que él da de Cristo (cf. Jn.15,26-27)" (Redemptoris Missio. 42).
 
221. -3- Los pastores, primeros responsables de la evangelización, debieran acercarse aún más a la gente, mediante visitas frecuentes, especialmente a los más pobres y al mundo del dolor; es necesario también que cumplan el servicio de animación, coordinación y evaluación de las aciones misioneras que se emprenden en las diversas instancias eclesiales.(Cf. Redemptoris Missio, 63)
 
222. -4- Dado que los laicos tienen una gran potencia testimonial en medio de las realidades temporales, es necesario compartir aún más con ellos la misión de promulgar el Evangelio entre sus semejantes. (Cf. Cristifideles Laici.27). Para que puedan cumplir con este deber es necesario que tengan una adecuada formación.
 
223. -5- Hay que despertar, fortalecer, renovar y mantener en las comunidades eclesiales de base, las agrupaciones del laicado y en los movimientos eclesiales el espíritu, la actitud y la acción misionera permanente, en el sentido de ir hacia los que no están junto a nosotros, especialmente hacia los católicos alejados, como Cristo que salió a buscar la oveja perdida. (Cf. Redemptoris Missio, 72)
 
224. -6- En los procesos de evangelización misionera es de gran importancia acentuar el kerygma como un momento clave, previo a la catequesis sistemática; es decir, acentuar el anuncio de Jesucristo muerto y resucitado por nuestra salvación, que apunta a despertar la fe en El y la conversión del corazón.
 
225. -7- Para acercarse más a la gente es importante estudiar y valorar la religiosidad popular, marcada especialmente por el amor a la Virgen María y los Santos, con peregrinaciones, novenas, santuarios, misiones etc., de modo que sirva más como medio de evangelización, transmisión de fe y encuentro con Jesucristo.
 
226. -8- Para favorecer la Evangelización del mundo laboral es necesario motivar a los laicos comprometidos para que en sus lugares de trabajo promueven o desarrollen una pastoral del trabajador, con el apoyo de organismos especializados como por ejemplo la Vicaría de Pastoral Obrera, la Unión Social de Empresarios Cristianos, etc.
 
227. -9- En todo, la misericordia debería ser el signo de nuestra Iglesia, a imitación de Cristo. Para evangelizar con el estilo de Jesús, debemos ser mucho más acogedores con todos, especialmente con aquellas personas que tienen problemas o que suelen ser discriminadas.
 
228. Especial acogida de nuestra parte necesitan los inmigrantes de otros países; los que provienen de otras regiones de Chile, como los mapuche y aymara; y las personas que salen de la cárcel.
 
229. -10- Nuestra Iglesia arquidiocesana no debe limitar su impulso misionero a los lugares insuficientemente evangelizados de nuestra arquidiócesis o de Chile, sino abrirse a la misión más allá de sus fronteras y promover la misión ad gentes (Cf. Redemptoris Missio, 63). La misión ad gentes propiamente tal es la actividad misionera de la Iglesia a los "pueblos, grupos humanos, contextos socioculturales donde Cristo y su Evangelio no son conocidos, o donde faltan comunidades cristianas suficientemente maduras como para poder encarnar la fe en el propio ambiente y anunciarla a otros grupos. (Redemptoris Missio, 33).
 
230. -11- Recordamos ahora las palabras de Su Santidad Juan Pablo II en su Carta Encíclica Ut Unum Sint. "Junto con todos los discípulos de Cristo, la Iglesia católica basa en el designio de Dios su compromiso ecuménico de congregar a todos en la unidad. En efecto, <<la Iglesia no es una realidad replegada sobre sí misma, sino permanentemente abierta a la dinámica misionera y ecuménica, pues ha sido enviada al mundo para anunciar y testimoniar, actualizar y extender el misterio de comunión que la constituye: a reunir a todos y a todo en Cristo; a ser para todos 'sacramento inseparable de unidad'>> (Ut Unum Sint, 5)
 
231. Consideramos que es necesario realizar actividades a nivel ecuménico, bien preparadas, organizadas y bien difundidas, para dar a conocer la Buena Nueva de Jesucristo y fomentar la comunión entre las Iglesias Cristianas. "Como tú, Padre, en mí y yo en tí, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado."(Jn.17,21).
 
DISPOSICIONES
 
232. -1- Para responder adecuadamente a los grandes desafíos de nuestro tiempo, a las urgencias misioneras que plantea la realidad actual de nuestra arquidiócesis, de grandes dimensiones y con constantes cambios y crecimiento es necesario ajustar las estructuras pastorales de nuestra Arquidiócesis.
 
233. El Departamento Arquidiocesano de Misiones actuando coordinado en la Pastoral de Conjunto y vinculado con el Arzobispo a través del Vicario General de Pastoral, debe destacarse como el principal inspirador, impulsor y coordinador de la evangelización misionera en la arquidiócesis; para lo cual creará o apoyará equipos de coordinación misionera en las Vicarías Zonales y Ambientales.
 
234. Para esto fortalézcase dicho Departamento Arquidiocesano de Misiones en términos de recursos humanos, materiales y financieros para que pueda prestar un eficaz apoyo a la pastoral misionera de parroquias, comunidades eclesiales de base, colegios y movimientos:
* recopilando información actualizada tanto de los grupos misioneros como de los centros de formación misionera que ya existen en Santiago;
* promoviendo la investigación y socialización de experiencias misioneras innovadoras que se realizan en la arquidiócesis;
* facilitando el intercambio de experiencias misioneras tradicionales y nuevas, principalmente entre realidades sociales distintas;haciendo el trabajo de recopilar, crear y poner al alcance de las parroquias, comunidades eclesiales de base, colegios y movimientos material tanto de formación para los misioneros como de preparación, realización y evaluación de variadas modalidades de misión urbana y rural;ofreciendo talleres de formación de formadores de misioneros a nivel de Zonas o Decanatos, para las parroquias, comunidades eclesiales de base, colegios y movimientos;
* formando un equipo permanente de reflexión teológico-pastoral sobre la pastoral misionera;
* realizando una celebración misionera de carácter arquidiócesano;
* facilitando una coordinación con instituciones y familias religiosas que se dedican a la pastoral misionera;
* apoyando, especialmente, a los miembros de nuestra arquidiócesis que están en misión ad gentes.
* coordinándose bien con institutos y centros, ya existentes, que ofrecen múltiples instancias de formación misionera como cursos, talleres, jornadas, retiros y prácticas concretas que dan una preparación apta para la misión dentro de y más allá de sus fronteras.
 
235. -2- Para concretar y dar continuidad a la actividad misionera, facilitando el necesario seguimiento, impúlsese aún más la construcción de nuevas capillas, especialmente en los sectores más pobres de la arquidiócesis.
 
236. -3- Fórmese en cada parroquia, comunidad eclesial de base, colegio y movimiento un equipo misionero estable que promueva el espíritu misionero de la comunidad, que trabaje en torno a un proyecto misionero y que convoque y dé adecuada formación a los misioneros y misioneras.
 
237. Movidos por este espíritu misionero deberán realizar misiones puerta a puerta en nuestros barrios y campos, prestando atención especial a los lugares más apartados y los más pobres, dando testimonio público de nuestra fe en Cristo Resucitado, único Salvador del mundo, e invitando a formar nuevas comunidades o a participar en los existentes.
 
238. -4- El mes de Octubre, es el Mes Misionero y debe ser un tiempo de especial preparación para profundizar la conciencia del imperativo misionero. En ese mes, o en la época más oportuna, la comunidad deberá movilizar a sus miembros a participar juntos - sacerdotes, diáconos, religiosas, seminaristas, adultos, jóvenes y niños - en una actividad fuerte de misión.
 
239. -5- Revísese cada católico y cada organismo de Iglesia para descubrir y enmendar las fallas encontradas en nuestra Iglesia, las cuales muchas veces son causa de que los católicos se vayan a otras iglesias y sectas. (Ver Carta Pastoral Un Solo Rebaño, Un Solo Pastor, Septiembre de 1994 ).
 
240. -6- Como expresión de nuestra inquietud por los que no pertenecen al rebaño promuévanse instancias pastorales de diálogo y evangelización dirigidas hacia los católicos alejados, los agnósticos, los ateos., para conocer sus pensamientos y críticas, haciéndolo con el amor y la misericordia del Señor.
 
241. -7- Muy especial atención merece nuestro testimonio ecuménico. Esforcémonos por mejorar el diálogo , la colaboración y la oración común con otras confesiones cristianas, buscando la convergencia con ellas a través de planteamientos y acciones comunes frente a la injusticia social y la pobreza, a la cultura individualista y consumista, a la corrupción, al avance de la drogadicción, a la delincuencia, al aborto, etc.
 
242. Realícese cada año, en los Decanatos donde sea posible un acto ecuménico de oración durante la semana de oración por la unidad de los cristianos, preparado en común con evangélicos y otros cristianos no católicos.
 
PROPOSICIONES
 
243. -1- Considerando que en la cultura contemporánea hay una atracción por los eventos masivos, se sugiere fomentarlos con propósitos de evangelización; conciertos de música, obras de teatro, campañas en las calles, peregrinaciones y celebraciones diversas. En estos eventos, el anuncio de la Buena Nueva de Jesús debiera hacerse de manera atractiva y alegre..
 
244. -2- Como respuesta a los diversos signos de sed espiritual que se manifiestan en nuestra arquidiócesis, especialmente entre los jóvenes, es importante ofrecer instancias de crecimiento personal de carácter más masivo.
 
245. -3- Una sugerencia sería crear, especialmente en los Santuarios, grupos abiertos y acogedores de oración, formación, etc. para atraer con amor y alegría a participantes esporádicos ya sean jóvenes, adultos o adultos mayores.
 
246. -4- Para la mejor formación de nuestros agentes pastorales, se propone formar, o reforzar bibliotecas que contengan encíclicas, libros de formación bíblica, doctrinal, litúrgica, vidas de santos y santas etc., que estén al servicio de la comunidad de la parroquia o comunidad eclesial de base.
 
247. -5- Crear un servicio telefónico, atendido por gente capacitada, para ayudar a personas angustiadas o con otras necesidades de orientación.


| Volver | Avanzar |

| Índice |