| Volver |

| Avanzar |

| Índice |

 

 PROMULGACIÓN DEL
IX SÍNODO DE SANTIAGO

 * Cfr. Sínodos y Concilios
chilenos, 1584 (?) (1961).
Revista Historia (1964,
n. 3, pp. 7 - 86)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1. Al ofrecer a nuestra Iglesia de Santiago el texto de su IX Sínodo es muy importante recordar cómo se generó este grande y providencial encuentro de nuestra Iglesia, para saber valorarlo en toda su profundidad y proyección.
 
2. Cuando asumí como Arzobispo de Santiago, el 22 de abril de 1990, encontré el Plan Pastoral de la Nueva Evangelización, que había proyectado mi antecesor el señor Cardenal Juan Francisco Fresno Larraín. Los hechos más relevantes eran una Misión General en la Arquidiócesis y a ella debía seguir la celebración de un Sínodo. La Misión General ya estaba en su primera etapa, que era la preparación del personal consagrado.
 
3. Luego, en 1991 se tuvieron Misiones sectoriales y especializadas, para llegar en 1992 al pleno de la Misión General, que tuvo una hermosa realización y se ha proyectado hasta el presente en el mes Octubre-Misionero. En febrero de 1993 publicamos el "Plan Pastoral para la Post-Misión". En dicho "Plan" no mencionamos la celebración de un futuro Sínodo, porque yo quise dejar un espacio mayor entre estos dos acontecimientos, precisamente para profundizar lo que había sido la Misión General y las otras Misiones sectoriales y especializadas.
 
4. * El proyecto del Sínodo seguía, por supuesto, vigente y era un tema que, en forma especial, yo tenía en consideración. Yo era un estudioso de los Sínodos en Chile y tenía las experiencias de haber sido responsable de preparar el VI Sínodo de Concepción en 1969, y había celebrado el II Sínodo de Antofagasta, en 1984. También cuidé, en diversas y solemnes oportunidades de hacer presente el proyecto de celebrar un futuro Sínodo; lo que decía especialmente en la fiesta de San Carlos Borromeo, quien fue un particular promotor de los Sínodos diocesanos en su tiempo y que eso dio un carácter muy importante a la Iglesia de Milán.
 
5. De esta manera, en 1994, el domingo de Pentecostés, hice la solemne convocatoria al IX Sínodo de Santiago. Ya había constituido una Comisión ante-preparatoria, que debía ocuparse en ese año de hacer una concientización eclesial para preparar, en un ambiente de comunión y participación, la celebración futura del Sínodo.
 
6. A fines de ese año 1994, el Santo Padre Juan Pablo II, el 10 de noviembre, publicó su Carta Apostólica Tertio Millennio Adveniente, en que llamaba a la Iglesia a disponerse a celebrar el Jubileo del año 2000 y prepararse a vivir esa nueva época que se avecinaba. Este documento extraordinario para mirar el futuro fue un nuevo aliciente para la celebración del próximo Sínodo nuestro, y que nos ha marcado a todos en forma muy positiva y confiada para construir esa "nueva Primavera de vida cristiana" (n. 18), a que nos invita el Papa en el próximo milenio.
 
7. Nuestro objetivo general para el futuro Sínodo era discernir, con la ayuda del Espíritu Santo, lo que Dios quiere de nuestra Iglesia y de su servicio al mundo, y disponernos a realizar, con generosidad, esa voluntad del Señor.
 
8. Así llegamos a 1995 y 1996, en que cada año lo iniciamos con una solemne plegaria para preparar las etapas del año respectivo del Sínodo. Se constituyeron grupos sinodales en toda la arquidiócesis, Comisiones de Estudios, se tuvo una encuesta dominical en 1995, y se hicieron consultas especiales a diversas personas, incluyendo no creyentes o de otras confesiones religiosas. Todo eso permitió contar con un material muy rico para celebrar más tarde el IX Sínodo de Santiago.
 
9. En este año de 1997 comenzamos también con una solemne plegaria por nuestro IX Sínodo, y se estudió todo el material de trabajo que se había obtenido en las etapas anteriores y así pudo confeccionarse un Documento de Trabajo para las sesiones sinodales. Aquí, es de justicia, debo agradecer a todo el personal que componía el Comité Ejecutivo de preparación del Sínodo por su tan meritoria labor desplegada y que tuvo su culminación en la celebración del Sínodo y en preparar el documento final que ahora promulgamos.
 
10. Hecha la convocatoria inmediata del Sínodo a quienes debían participar en él directamente, se inició nuestro IX Sínodo con una sesión pública en la Catedral el viernes 24 de julio, a las 19.00 horas. Las sesiones de trabajo se tuvieron el sábado 25 y el domingo 26 de julio, de 8.30 hrs. a 18.30 hrs. en el Liceo Alemán de Santiago, y cada día se comenzaba con la celebración de la Santa Misa. Siguió el trabajo el sábado 2 de agosto, en aquel mismo lugar, empezando con la Santa Misa a las 8.30 hrs. y la jornada concluyó a las 18.30 hrs.. El domingo 3 de agosto se tuvo el último día de trabajo, empezando con oración a las 8.30 hrs y se puso fin al IX Sínodo con una Santa Misa en la Catedral a las 19.00 hrs.
 
Debo hacer especial mención de la Bendición Apostólica que nos enviara el Santo Padre Juan Pablo II y que fue leída públicamente a todos los sinodales en la Catedral por el Señor Nuncio Apostólico.
 
11. Durante la celebración del IX Sínodo se estudió y votó el Documento de Trabajo según sus varias proposiciones, trabajando los sinodales en grupos y en sesiones plenarias, con la participación de casi 600 personas, en que estaba realmente representada toda nuestra Iglesia. Ese rico y denso material después fue trabajado para ordenarlo, revisarlo y darle su redacción final y, personalmente tuve la tarea de estudiarlo y aprobarlo, y es lo que ahora constituye nuestro IX Sínodo de Santiago.
 
12. Quiero agradecer a toda nuestra Iglesia de Santiago por su participación a lo largo de todo este tiempo de preparación y celebración de nuestro Sínodo, pues se pudo efectuar, de verdad, lo que habíamos proyectado, trabajando en comunión y participación, llegando así a discernir lo que el Señor espera de nuestra Iglesia. He visto la generosidad y el compromiso de cuantos han colaborado en los trabajos de preparación y de realización de nuestro IX Sínodo, y todo eso es el mejor augurio de que lo acordado en su misma celebración será llevado a la práctica en un futuro inmediato y a más largo plazo, según lo que en él se contiene. Así respondemos a lo que nos exige la Nueva Evangelización y sentimos una verdadera renovación en nuestra Iglesia.
 
13. Rogamos a Santa Teresa de Jesús de Los Andes, a la Beata Laura Vicuña, hijas de nuestra Iglesia de Santiago, y al Beato Alberto Hurtado, quien vivió su ministerio sacerdotal en Santiago, para que nos ayuden a ser fieles a Cristo y a su Iglesia como ellos lo fueron, y su testimonio de vida a todos nos aliente y fortalezca.
 
14. Con la ayuda del Espíritu Santo, invocado fervientemente en toda la preparación y realizacion de nuestro Sínodo, y con la intercesión de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, promulgamos ahora este IX Sínodo de Santiago, que significa la respuesta humilde y confiada que damos a Nuestro Señor Jesucristo para gloria de Dios Padre y para servir a la Iglesia y al mundo en que estamos.
 
15. Por tanto, en nombre de Dios, presento a nuestra Iglesia de Santiago su IX Sínodo para que sea acogido, llevado a la práctica y constituya una permanente llamada para seguir realizando lo que Dios quiere de nosotros y cumplamos así la misión de nuestra Iglesia en el presente y de cara al futuro, el próximo milenio.
 
16. Caminemos juntos, Jesús nos llama fue el lema de todo el período de preparación de nuestro IX Sínodo y así realizamos nuestro recorrido hasta la celebración del mismo Sínodo. Caminemos juntos, Jesús nos llama será también nuestra actitud de comprometidos con este IX Sínodo para que, en ambiente de comuniòn y participación, juntos, respondamos a este elocuente llamado de Jesús que ha sido nuestro IX Sínodo y que ya a todos nos pertenece y debemos vivir en nuestra Iglesia. Caminemos juntos, Jesús nos llama es también el comienzo de este tiempo post-sinodal.
 
 
 
 
 

Carlos Card. Oviedo Cavada

Arzobispo de Santiago

 
 
Santiago, 4 de noviembre de 1997


| Volver | Avanzar |

| Índice |