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2. EN COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN ECLESIAL

 

2.3. FORTALECIMIENTO DE LA COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN EN LA IGLESIA.

 
DESAFIO
 
384. En estos últimos tiempos y gracias a la enseñanza del Concilio Vaticano II, se ha vuelto a redescubrir a la Iglesia como un lugar privilegiado para la comunión y la participación. Este acento es especialmente importante para nuestro país después de un tiempo en que hemos tenido una gran necesidad de unidad y participación entre todos los chilenos.
 
385. Por otra parte, lo que nos presenta hoy la sociedad a través de distintos medios acentúa las búsquedas individuales, solitarias, egoístas, que llevan a una indiferencia por los demás y a la falta de un deseo de construir un país de hermanos con un proyecto común.
 
386. Nuestra Iglesia, desafiada por esta realidad y enviada por el Señor que de "los dos pueblos hizo uno sólo" (Ef 2,14), se siente llamada a dar testimonio de comunión y participación. La oración de Jesús al Padre "que sean uno como nosotros somos uno" (Jn. 17,22) sigue interpelando a la comunidad de los discípulos que reemprende este desafío con renovadas energías a partir de la experiencia de comunión sinodal.
 
387. También somos conscientes de que en la vida interna de nuestra Iglesia existen tendencias como las que se pueden observar en nuestra sociedad y por ello hemos de hacer un esfuerzo por detectar sus manifestaciones y trabajar en conjunto para superarlas.
 
ILUMINACIÓN DOCTRINAL
 
388. El siglo XX ha sido llamado por los teólogos "el siglo de la Iglesia", en el sentido que en los tiempos pasados, los grandes temas trabajados por los Concilios versaron sobre la Santísima Trinidad, los Sacramentos, la Justificación, el Pecado y otros. Actualmente existe preocupación por la Iglesia como tal: la teología se pregunta por la misión, la razón de ser, la utilidad de la Iglesia para la transmisión efectiva del mensaje cristiano.
 
389. ¿A qué se debe este interés por la Iglesia?. Entre otras razones, a un cambio en la concepción de la fe cristiana. Hoy se habla y se trata de vivir la fe dentro de una comunidad. Esta "es la idea central y fundamental de los documentos del Concilio" (Christifidelis Laici, 19). Así, desde el Concilio Vaticano II la Iglesia se ha entendido cada vez más como Iglesia-Comunión. Comunión de los cristianos con Cristo, y comunión de los cristianos entre sí.
 
390. Tal comunión la describe el Concilio Vaticano II con las imágenes del redil, de la grey, de la vid, del edificio espiritual, de la ciudad santa y sobre todo en la imagen del cuerpo tal y como la presenta el apóstol Pablo. El mismo Concilio dice: "Ha querido Dios santificar y salvar a los hombres no individualmente y sin ninguna relación entre ellos, sino constituyendo con ellos un pueblo que lo reconociese en la verdad y le sirviera santamente". (Lumen Gentium, 1).
 
391. La Iglesia como fermento de unidad también se reconoce hoy más que nunca enviada por el Señor para prestar al mundo este inestimable servicio: llevar a la sociedad a la unidad que anticipa el Reino. Sólo así podrá manifestar con claridad su naturaleza y misión como "signo e instrumento de unión intima con Dios y de la unidad de todo el género humano" (Lumen Gentium, 1). Así afirma el Sínodo de los Obispos 1985, "La Eclesiología de comunión es una idea central y fundamental en los documentos del Concilio." (Relación final IIC1, ver tb. Christifidelis Laici, 19)
 
392. ¿Qué significa la compleja palabra "comunión"?.
 
Fundamentalmente se trata de la comunión con Dios por Jesucristo en el Espíritu Santo. Esta comunión se tiene en la Palabra de Dios, los Sacramentos, el Magisterio y la disciplina. El bautismo es la puerta y el fundamento de la comunión de la Iglesia; la eucaristía es la fuente y el culmen de dicha comunión.
 
393. La eclesiología de comunión constituye el fundamento para el orden de la Iglesia, y ante todo para la recta relación entre unidad y pluriformidad en ella.
 
394. Para ejemplificar esta dimensión esencial de la Iglesia el Papa Juan Pablo II utiliza la comparación con la vid cuando dice: "Oigamos de nuevo las palabras de Jesús: "Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador". Permaneced en mí, y yo en vosotros" (Jn 15, 1-4). (Christifidelis Laici, 18)
 
395. La comunión de los cristianos con Jesús tiene como modelo, fuente y meta la misma comunión del Hijo con el Padre en el don del Espíritu Santo: los cristianos se unen al Padre al unirse al Hijo en el vínculo amoroso del Espíritu.
 
396. La realidad de la Iglesia-Comunión es entonces parte integrante, más aún, representa el contenido central del "misterio" o sea del designio divino de salvación de la humanidad.
 
397. Esta comunión entre una multiplicidad de miembros, siguiendo la imagen del cuerpo, está articulada a través de los diferentes ministerios y carismas. Es por ello que en nuestra Iglesia se encuentran los servicios del Obispo, de los presbíteros y los diáconos, así como la vida religiosa y consagrada y una presencia cada vez más viva de los fieles laicos. Cada uno tiene su aporte específico en la comunión eclesial como se describe en seguida.
 
I. Algunos Agentes y Estructuras que promueven la Comunión Eclesial
 
A. El Obispo gestor de comunión.
 
398. Una de las principales funciones del Obispo diocesano es la gestación e incremento de la comunión. Esto tiene gran sintonía con toda la tradición de la Iglesia y especialmente con las orientaciones del Concilio Vaticano II. Allí se destaca tanto la preocupación del Obispo por la Iglesia universal en unión con el Colegio Episcopal y el Santo Padre (CD Cap. I), como la función de pastorear la diócesis "que unida a un pastor, que la reúne en el Espíritu Santo por medio del Evangelio y la Eucaristía, constituye una Iglesia particular" (CD 11). Esta función queda aún mejor descrita cuando al hablar del gobierno pastoral dice: "Deben reunir y formar a toda la familia de su grey, de tal manera que todos, conscientes de sus deberes, vivan y actúen en comunión de amor" (CD 16).
 
399. Esta comunión diocesana implica la cercanía del pastor tanto con sus sacerdotes, para quienes debe ser "padre y amigo", como con los fieles, e incluso se expresa en la preocupación por los que aún no forman el rebaño de Cristo. Las visitas pastorales en las que se une la celebración de la fe y la cercanía del pastor con las diferentes comunidades han sido un elemento de gran comunión en nuestra Iglesia de Santiago.
 
B. Zonas y Decanatos
 
400. La extensión y diversidad ha llevado a la división del territorio arquidiocesano en varias Zonas pastorales así como a la creación de Vicarías Ambientales o Especializadas. Algunas de estas iniciativas justamente arrancan de las conclusiones del anterior Sínodo arquidiocesano. Todas estas estructuras están llamadas a producir la necesaria comunión entre los fieles y de estos con el pastor a través de sus Vicarios Episcopales. Una de las tareas particulares será en el futuro fomentar la mayor comunión en el trabajo concreto entre el quehacer de las Vicarías zonales y las ambientales.
 
401. Respondiendo a razones semejantes se han agrupado las Parroquias en unidades decanales para fortalecer la comunión de vida y servicio pastoral.
 
402. Pero ciertamente que estas estructuras no agotan la vida diocesana.Pedimos cuidar especialmente la comunión de vida pastoral entre las estructuras mencionadas hasta ahora, es decir: la parroquia, el decanato y la zona, con los colegios y movimientos que agrupan de otra manera una inmensa fuerza apostólica de nuestra arquidiócesis.
 
403. La comunión en la Iglesia junto con estar provista de estructuras que la facilitan también está dotada de diferentes ministerios que ejercidos en colaboración con el Obispo, principal responsable de la comunión eclesial, tienen gran importancia en la vida pastoral. Uno de los más cercanos colaboradores son los presbíteros.
 
D. El presbítero y la Comunidad Parroquial
 
404. Una de las estructuras eclesiales de gran importancia en la promoción de la comunión son las parroquias que en Santo Domingo se describen como "comunidad de comunidades y movimientos"(Santo Domingo, 58). En ellas se reúne el pueblo de Dios para celebrar la Eucaristía, escuchar la Palabra y ejercitar la caridad. Bajo la guía de un presbítero se articula la comunión entre los fieles y con el resto de la Iglesia diocesana. Ella debe ser siempre lugar de encuentro en el que cada fiel pueda crecer en santidad así como el lugar donde los diferentes carismas personales y movimientos u asociaciones se enriquezcan en la mutua comunión.
 
405. En cada comunidad parroquial el Párroco representa al Obispo y promueve la unidad de los fieles en torno a su pastor. Pero en el servicio pastoral frecuentemente el sacerdote no se encuentra solo sino que acompañado por los diáconos y religiosas. La comunión debe manifestarse de una manera particular entre ellos como un testimonio en medio de los fieles laicos, que muchas veces dan ejemplo de esfuerzo por mantener la comunión familiar.
 
406. La gran importancia de la estructura parroquial es percibida con claridad por los fieles que también quieren seguir promoviendo la parroquia como comunidad de comunidades con todas sus instancias de comunión, como el Consejo Pastoral, las asambleas parroquiales y que a nivel arquidiocesano el Area de Comunidades esté al servicio de este propósito".
 
407. En estos últimos años, especialmente desde Medellín y Puebla han surgido en nuestra Iglesia abundantes Comunidades Eclesiales de Bases en respuesta a la Palabra y para la celebración de la fe. Allí, frecuentemente asociadas a un barrio y una capilla, se reunen los fieles para vivir la comunión y la acción solidaria. También se han multiplicado las Comunidades Cristianas de Base. Volvemos a confirmar que son una respuesta adecuada como interpelación y respuesta a una sociedad individualista. Pedimos promover encuentros, jornadas, retiros, de manera de facilitar la integración de los diferentes grupos y pastorales que participan en una comunidad eclesial de base o comunidad parroquial, así como la participación de todos los miembros en la toma de decisiones, quedando en claro que la responsabilidad última recae sobre el presbítero, que "ejerciendo, en la medida de su autoridad, la función de Cristo, Pastor y Cabeza, reúne a la familia de Dios como fraternidad animada por los mismos ideales y la conducen hacia Dios Padre por Cristo en el Espíritu" (Lumen Gentium, 28).
 
E. Los Consejos Pastorales
 
408. En la conducción pastoral de estas comunidades, ya sea la parroquia, las comunidades eclesiales de base u otras expresiones de la comunión eclesial, junto a los sacerdotes ocupan un destacado lugar los laicos, que no actúan aisladamente, sino que practican la comunión en los llamados Consejos Pastorales.
 
Reconociendo su importancia pedimos fortalecer y/o crear el Consejo Pastoral en los diversos niveles de la arquidiócesis como instancia de discernimiento, valorándolo en su carácter de articulador de la comunión y participación.
 
409. Toda esta inquietud por la organización de estructuras nunca debe perder el centro que es la comunión como experiencia fundamental para el crecimiento de la fe de las personas. Con este sentido profundo manifestamos con claridad que se favorezca la participación de las personas en procesos comunitarios para que a través de esta vivencia, descubran su riqueza interior, cultiven sus carismas, vivan la oración y los sacramentos, alimenten la mística, la moral y la santidad de vida en una experiencia de Iglesia más cercana y fraternal, más participativa, solidaria y misionera.
 
F. Los Movimientos
 
410. La vida de la Iglesia siempre nueva y renovada no cesa de sorprender a los mismos fieles y al mundo cuando se manifiesta en toda su riqueza a través de nuevas formas, como son los movimientos de vida apostólica. En una cierta continuidad con la Acción Católica han venido a llamar a muchos fieles, especialmente laicos, a revivir diferentes aspectos de la vida cristiana.
 
Su riqueza es incuestionable y tiene cada día que dar un aporte más importante a la Iglesia arquidiocesana. Por esta razón, nos referimos a ellos de modo particular en el tema sobre la participación de los laicos.
 
II. El Ejercicio de la Comunión.
 
411. La comunión es obra del Espíritu Santo en la Iglesia. Éste no solo vivifica las estructuras y otorga los ministerios, sino que también invita a los fieles para que participen en la búsqueda de la unidad. Este es el punto de encuentro entre unidad y pluriformidad, así como el de la fidelidad y la autonomía.
 
412. La Iglesia presta un importante servicio en este campo a través del Magisterio, ya sea del Santo Padre, como del Colegio Episcopal o del Obispo propio, iluminando el camino de los fieles. Las palabras del Apóstol San Pablo cobran gran importancia cuando declara que: "Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad", por lo tanto, Él guía a sus pastores para que acertadamente indiquen los buenos pasos a sus fieles y les señalen los peligros. De manera complementaria es el Espíritu Santo quien promueve en los fieles una pronta y alegre respuesta a las enseñanzas de los pastores recordando la advertencia del Señor: "Quien a ustedes escucha a mí me escucha; quien a ustedes rechaza, a mí me rechaza" (Lc. 10,16).
 
413. A este respecto, señalamos que en el servicio de la comunión eclesial los católicos debemos capacitarnos para discernir las exigencias, tanto en la unidad de la fe como en la pluriformidad de expresiones para los asuntos de libre opinión. El ejercicio cristiano de la libertad supone una debida formación doctrinal, corresponsabilidad, apertura al diálogo, humildad en las aportaciones.
 
414. Pero el ejercicio de la comunión vuelve a relacionarse con el tema de la participación. Debemos confiar que la Iglesia se perfeccionará con la experiencia y el testimonio de vida de los laicos cristianos comprometidos y responsables. Ellos y sus comunidades deben tener canales para ser escuchadas en todos sus aportes, sin perjuicio del debido discernimiento. Para ello pedimos también potenciar los organismos de participación como el medio primario para afianzar la comunión eclesial.
 
415. Ciertamente la participación y las instancias de diálogo no agotan todo lo que la comunión nos exige, sino que requiere una serie de actitudes profundamente evangélicas como son cultivar la actitud de respeto y escucha en la Iglesia, tanto acerca de su vida interna como de su misión en el mundo.
 
El Ecumenismo
 
416. Si la invitación de Cristo a vivir en unidad es apasionante, también es dolorosa la división que hoy vivimos respecto de quienes reconocen al mismo Señor Jesucristo en otras confesiones cristianas a quienes apunta la inquietud ecuménica. Ante la dolorosa realidad de la desunión de los cristianos, estamos llamados a desarrollar un mayor esfuerzo ecuménico en todos los niveles de la Iglesia sin perder de vista las dificultades objetivas existentes. Para esto debemos promover instancias de encuentro, acciones comunes, congresos ecuménicos, etc...
 
Sin duda que esta realidad es uno de los más serios tropiezos para la obra de la evangelización, por lo cual debemos asumir con claridad y decisión las actitudes y tareas que se nos propongan.
 
 
ORIENTACIONES PASTORALES
 
Centralidad de la Eucaristía.
 
417. -1- Desde la misma institución de la Eucaristía se vió unida al misterio de la comunión de los discípulos con Cristo y entre ellos mismos. Allí se tenía la más profunda experiencia del Resucitado, pues en la "fracción del pan" lo reconocieron los discípulos de Emaús. En esta celebración con la escucha de la Palabra y alimentados con el Pan de Vida se crece en comunión. Por ello es imprescindible que se destaque la centralidad de la Eucaristía como encuentro con Cristo y celebración de la comunión con la Iglesia y sus pastores. Esta celebración manifiesta especialmente la unidad cuando se reúne el pueblo fiel en torno a su Obispo.
 
Dimensión comunitaria de los Sacramentos.
 
418 -2- Siempre tenemos que resaltar la dimensión comunitaria de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía y el Bautismo, de manera que sean vividos y celebrados como signos de comunión en Cristo y la Iglesia. Destacar también en cada sacramento la presencia del Espíritu Santo animador primero de la comunión eclesial.
Visita pastoral.
419. -3- El deseo de cercanía que manifiesta el pueblo fiel con sus pastores plantea la necesidad de visitas pastorales de modo que los Obispos y Vicarios se hagan presentes periódicamente en encuentros pastorales de comunidades territoriales y ambientales. Que en estas visitas escuchen, se informen, acompañen y animen a las comunidades a transformar la realidad que viven evangelizándola.
 
Teología de los ministerios.
 
420. -4- La participación consciente y madura en la vida pastoral ciertamente es gestora de comunión. El Espíritu que dota de carismas y ministerios lo hace para el bien común, por lo tanto se debe profundizar la teología de los ministerios en la Iglesia, instituyendo ministerios laicales en forma más amplia y desarrollando una escuela de formación para este fin.
 
Plan Pastoral.
 
421. -5- La pastoral de conjunto es un elemento valioso en la búsqueda de unidad. Para esto deben existir en la arquidiócesis Orientaciones Pastorales y un Plan Pastoral consensuado que comprometa a todos y que contemple los roles de los diferentes agentes pastorales laicos y consagrados. Que este plan sea conocido, se sepa en qué momento de él se está y que tenga una proyección de algunos años. Este plan debe tener incidencia en la vida Zonal, Decanal, Parroquial, de Colegios, Movimientos y demás comunidades de Iglesia. De este modo será más fácil priorizar actividades.
 
DISPOSICIONES
 
422. -1- Promuévase el ministerio de los teólogos en la Iglesia, valorándolos, despertando vocaciones de teólogos y pidiendo con confianza sus servicios. Al mismo tiempo, practíquese un sano y equilibrado pluralismo teológico a nivel de reflexión y práctica pastoral para crecer en un mayor respeto a los diferentes carismas y cultivar mayor libertad de expresión para abordar problemas eclesiales en la búsqueda de soluciones. Esto debe hacerse salvaguardando la necesaria comunión entre Pastores y teólogos en su servicio a la fe.
 
423. -2- Dispóngase lo necesario para que en la fiesta de San Pedro y San Pablo, la comunidad renueve en la Eucaristía su comunión con todo el pueblo de Dios, el Papa y los Obispos del mundo, para revitalizar así la comunión y participación en la Iglesia universal.
 
424. -3- Manténganse el 21 de Mayo, desde hace algún tiempo definido como celebración del Día de las Comunidades Eclesiales de Base, para destacar el rol del Coordinador del Consejo Pastoral y el 12 de Octubre como Día celebrativo y de encuentro de las comunidades cristianas en las parroquias y eventualmente realizar un encuentro a nivel zonal o arquidiocesano.
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425. -4- Revísese la aplicación del decreto sobre formación de Consejos Pastorales y su funcionamiento. Ellos son instrumentos adecuados para ejercitar la corresponsabilidad de los laicos en la conducción pastoral, creando una buena instancia de diálogo, sin perjuicio de la autoridad de los ministros. Elabórese como apoyo a los Consejos un Directorio Arquidiocesano para su composición, con los roles y funciones, como se señala en el tema sobre las estructuras eclesiales y pastorales.
 
426. -4- Fórmese y capacítese a laicos varones y mujeres para la pastoral de comunidades de base de modo que se cualifiquen como agentes pastorales dando especial importancia al servicio de coordinador del Consejo Pastoral, entendiendo este rol como un ministerio temporal.
 
PROPOSICIONES
 
427. -1- En sus actuaciones públicas, que los pastores sean asesorados por expertos en comunicación social de manera que se destaque con mayor fuerza su servicio a la comunión.
 
428. -2- Ofrecer cursos de eclesiología de comunión y participación. Elaborar materiales apropiados para laicos: libros, fichas de reflexión, video, etc.
 
429. -3- Para la mayor integración y hacer real la catolicidad en la Iglesia, fomentar encuentros a nivel de grupos, movimientos, pastorales ambientales, comunidades eclesiales de base y comunidades cristianas de base, -tanto de sus directivas como de sus integrantes- y fomentar la vida comunitaria mediante retiros, seminarios, convivencias y cursos de formación.
 
430. -4- Formar a los sacerdotes, agentes pastorales y cristianos laicos en un ecumenismo serio, urgente, a nivel teológico, espiritual, social y pastoral para tener un conocimiento profundo, una práctica adecuada y una espiritualidad ecuménica.
 
431. -5- Promover eventos masivos que despierten el sentido de unidad y pertenencia y que refuercen la fe, estimulando a un mayor compromiso comunitario.
 
432. -6- Que el Area de Comunidades Eclesiales de Base pase a ser un equipo técnico de la Vicaría General de Pastoral para los temas que le son pertinentes.
 
433. -7- Para impulsar una pastoral orgánica en Santiago, se propone recoger experiencias exitosas que hayan favorecido la comunión en la Iglesia y dar a conocer sus contenidos en todos los ámbitos.
 
434. -8- Que las principales directrices elaboradas por la Iglesia, sean editadas en publicaciones sencillas y orientadas a las pequeñas comunidades de acuerdo a su realidad.
 
435. -9- Así como la Santa Sede consulta en el nombramiento de Obispos, y el Arzobispo al nombrar sus Vicarios Episcopales, se recomienda realizar también esta consulta para el nombramiento de Decanos y Párrocos. Que en ella sigan participando los agentes pastorales.
 
436. -10- La comunión en la Iglesia depende en buena medida del estilo de relaciones que puedan tener los agentes pastorales por lo tanto se pide al Seminario, al Departamento del Clero, a los Vicarios Episcopales, la Escuela del Diaconado permanente, etc., que sigan ayudando a los sacerdotes y diáconos para que ejerzan su ministerio como signo de comunión y desarrollen tanto actitudes como habilidades para trabajar con personas que viven y piensan distinto.


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