OCTAVARIO
DÍA 7

¡Grande es tu fe, mujer!

Textos Bíblicos

1 Samuel 1, 13-17
Mateo 15, 21-28

Reflexión

Eli juzga mal la oración profunda y ferviente de Ana y la desprecia, desechando sus súplicas como palabras de una borracha. Sin embargo, su reacción pidiéndole que no la rechace como una «desvergonzada» suaviza su corazón y al final la despide con una bendición. Del mismo modo, cuando la mujer cananea vino a su encuentro para suplicar que curara a su hija, Jesús al principio la rechazó, afirmando que había venido solo para su propio pueblo. Sin embargo, ella siguió insistiendo con su súplica y atrevimiento y, finalmente, reconociendo su gran fe, Jesús le concedió lo que pedía. En ambos casos, una mujer que inicialmente es marginada y juzgada indigna de recibir atención, se convierte en una que habla proféticamente palabras que suavizan los corazones y traen sanación y plenitud.

La marginación y el rechazo de las voces de las mujeres siguen estando presentes en nuestro tiempo. Incluso dentro de nuestras Iglesias con frecuencia somos cómplices de culturas que devalúan a la mujer. En la medida en que los cristianos se hacen conscientes de sus fracasos en este ámbito, se dan también más cuenta del horror que supone la violencia contra las mujeres y los niños, arrebatados a la fuerza de sus casas y víctimas del tráfico de seres humanos. Estos y otros trabajadores migrantes son tratados frecuentemente como menos que humanos y se les niegan los derechos humanos más básicos. En los últimos años las Iglesias de Indonesia han tomado acción común contra el tráfico de seres humanos y el abuso sexual infantil. Estos esfuerzos y los de las personas de otras confesiones son cada vez más urgentes, ya que el número de las víctimas en algunas partes del país crece diariamente.

Cuando los cristianos se unen en oración y en el estudio de las Escrituras y escuchan verdaderamente la voz de Dios, descubren que Dios también habla hoy a través de los gritos de los más maltratados en nuestra sociedad. Al escuchar juntos la llamada de Dios, se sienten llamados a unirse en una acción común contra el flagelo de la trata de personas y otros males presentes en nuestro mundo.

Oración

Dios clemente, 
eres la fuente de la dignidad humana.
Por tu gracia y tu poder
las palabras de Ana cambiaron el corazón del sacerdote Eli;
por tu gracia y tu poder
las palabras de la mujer cananea movieron a Jesús a curar a su hija.
Al intentar manifestar la unidad de tu Iglesia,
danos el valor para rechazar toda forma de violencia contra las mujeres
y para celebrar los dones del Espíritu
que las mujeres aportan al servicio de la Iglesia.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor,
que vive y reina contigo y el Espíritu Santo,
un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

DÍA 01
DÍA 02
DÍA 03
DÍA 04
DÍA 05
DÍA 06
DÍA 07
DÍA 08
SOUC 2019 - Especial Iglesia.cl