15ª Estación

Nuestra esperanza: la Resurrección (Mt 28, 1-7)

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
La piedra será movida
quedará el sepulcro vacío
te buscaremos, Señor, entre los muertos
y allí no te encontraremos.
Con lámparas encendidas, Señor, esperamos tu victoria…
La luz de esperanza que encendemos
ilumina el final de este camino de cruz
que hemos recorrido como Iglesia peregrina.
En vigilia y en silencio continuamos nuestra espera
preparando nuestro espíritu
para proclamar con júbilo el anuncio de la Pascua.
Que la senda del Calvario nos fortalezca
y nos renueve en la principal certeza:
si el Señor no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe.
Que nada nos turbe ni espante
porque todo se pasa y Dios no se muda.
Quien a Dios tiene… ¡nada le falta!
Dios de Dios, luz de luz,
mira a tu pueblo fiel que espera
el anuncio glorioso de tu noche santa.
Derrama tu bendición sobre nosotros y nuestras familias,
para que este camino de cruz y la esperanza de esta luz
nos ayuden a anunciarte con alegría
para que todos tengamos Vida abundante
en Cristo, tu Hijo, nuestro Señor.