10ª Estación

Jesús es despojado de sus vestiduras (Jn 19, 23 – 24)

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
Se reparten tu ropa y la echan a suerte,
desnudan el Cordero que quita el pecado del mundo.
La cruz que recibe tu cuerpo humillado
tejerá el hábito nuevo, el de la dignidad del ser humano.
Nosotros somos el cuerpo de Cristo.
Ante su desnudez, el silencio de nuestro corazón…
Hoy el cuerpo desnudo se compra y vende
en las calles, en la televisión e Internet,
todavía en nuestros tiempos se le tortura y flagela
incluso en nombre de valores.
Y los pobres despojados, no solo de vestiduras…
y los jóvenes despojados de su esperanza
y los niños despojados de su inocencia…
Ante tu cuerpo desnudado para darte muerte en cruz,
nos hacemos la pregunta por lo esencial de la vida
y ante la Cruz presentamos nuestra verdad ante Dios.
Santo Dios, alfarero de la Vida,
que en la gloriosa resurrección de tu Hijo
nos revistes con la plenitud de tu gracia,
toma en tus manos nuestra vida,
como la arcilla hazla de nuevo
y ayúdanos a ser instrumentos disponibles de tu amor.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.