TALLER DE ANIMACIÓN (ARS CELEBRANDI) DE LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA


Sugerencias de Animación Litúrgica de la Eucaristía Dominical

Entre las actividades que se proponen para la Semana Litúrgica de este año se sugiere un “taller” de preparación de la eucaristía, a través de “aprendizaje en ambientes simulados”.

El taller se orienta a “revisar y fomentar el ars celebrandi (arte de celebrar) nuestras eucaristías, especialmente, para grupos de liturgia, ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión, religiosos y religiosas y ministros ordenados.   

La invitación es organizar a los participantes en uno o más equipos según sea su número, y confiarle a cada grupo la animación litúrgica de la eucaristía de un domingo, después de la Solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de Jesucristo.

Cada grupo se organiza, nombrando un coordinador al que se le facilita una o dos “Hojas del Domingo” y se dispone para preparar la PAUTA DE SUGERENCIAS DE ANIMACIÓN LITÚRGICA.

La animación litúrgica  es un tema controvertido, porque como dice la Constitución “Sacrosanctum Concilium” (SC) sobre la Liturgia del Vaticano II: “los ritos deben resplandecer con una noble sencillez…y no deben tener necesidad de muchas explicaciones” (SC 34).

Es fundamental, sin embargo, sigue diciendo SC: “que aparezca con claridad la íntima conexión entre la palabra y el rito en la liturgia”. Cabe aquí preguntarse ¿por qué? Porque la palabra y el rito no son simplemente dos componentes de la celebración, sino porque ellos conforman el núcleo celebrativo y necesitan ser valorados, comprendidos y celebrados, en una mutua y fecunda inter-acción.

En la perspectiva de esta ordenación, se ofrecen algunas sugerencias para nuestras celebraciones dominicales (Eucaristías y ADAP) que:

-  Faciliten la mejor comprensión de sus lecturas bíblicas y, sobre todo, del evangelio, como base de su núcleo celebrativo algo contextualizado;

-  Ubiquen “los momentos más oportunos” y ojalá las palabras adecuadas, para reforzar “la íntima conexión entre la palabra y el rito en la liturgia”, o sea su mutua inter-acción y conformación como núcleo celebrativo y para revelar al servicio de ese núcleo celebrativo algunos formularios o ritos más relacionados con la celebración específica.

-  Tienen algunas el aval de la tradición y otras que comportan una cierta “innovación” pero en concordancia con el espíritu de la liturgia.  

-   Son sugerencias, no un guión litúrgico, que sirva a quien preside y a quienes colaboran en los diversos servicios que supone la celebración: diáconos, ministros de comunión, guías, coro, etc…

Toda liturgia y, en particular, toda eucaristía es acción de Dios en Jesús y por el Espíritu. Siempre está al centro el Misterio Pascual del Padre enviando a su Hijo, que el Espíritu, en una línea descendente lo hace don para toda la humanidad y, luego, en una línea ascendente lo hace ofrenda al Padre en nombre, también, de toda la humanidad. Ese dinamismo de santificación y glorificación (SC n.7), además, la liturgia, con gran sentido pedagógico, lo hace más accesible y lo libra de la rutina, a través de las lecturas bíblicas de cada celebración.

Por eso, la animación de una eucaristía, su “ars celebrandi” supone, primeramente, la búsqueda y la formulación del núcleo celebrativo de la eucaristía y, luego, señalar las oportunas intervenciones que necesitan hacer los diversos actores de la celebración.

Ahora sigue la pauta básica para que los grupos formulen el Núcleo Pascual Celebrativo y las posibles intervenciones que pueden desarrollar. En Anexo van, a modo de ejemplo, dos sugerencias de animación litúrgica para las solemnidades de la Trinidad y del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Ellas pueden servir para orientar el trabajo del taller y, en particular para motivar la celebración de los domingos que abren y cierran la Semana Litúrgica.

EL NÚCLEO PASCUAL CELEBRATIVO

Para ubicar y formular el núcleo pascual celebrativo del domingo que nos toca trabajar necesitamos:

- pedir la luz del Espíritu para que guíe nuestro trabajo;
- leer con atención las lecturas bíblicas y, en particular el Evangelio;
- relevar en el texto evangélico el dinamismo pascual de Dios, preguntándonos

  • ¿Cuál es la acción de Dios a la luz del texto evangélico de la misa? (Nuestro Dios “trabaja siempre…resucitando lo muerto y dando vida Jn 5,17.21)
  • ¿Qué realidades del mundo de nuestro tiempo hacen más necesaria la intervención de Dios?

(c) ¿Con qué valores señalados en el evangelio, el Padre quiere resucitar las realidades muertas y vitalizar lo que está vivo?

  • Considerar el contexto en que se realiza la celebración:
  • Por una parte, el contexto nacional y local.
  • Y por otra, el contexto litúrgico y eclesial: el tiempo litúrgico: Ej.: este año 2018 está el “Congreso Eucarístico Nacional” y el “Sínodo de los Obispos sobre Los Jóvenes, la Fe y el Discernimiento Vocacional”.

¿Cuál sería el núcleo pascual celebrativo y cómo lo formulamos articulamos? (Ayudémonos con los dos ejemplos dados en el ANEXO).

Núcleo Pascual Celebrativo:

 

 

En coherencia con ese núcleo celebrativo, al que hay que darle tiempo, atención y oración, trabajaran luego los grupos, sugiriendo ambientación, cantos y servicio de ministros.

Señalamos muchos posibles lugares de intervención. El grupo decidirá las más pertinentes y quien la hará: quien preside, el guía, el jefe del coro, etc…

MOTIVACIÓN INICIAL: Inspirada en el núcleo pascual celebrativo. Muy breve. (Ver los ejemplos, en el Anexo)

1. PROCESIÓN DE ENTRADA Y RITOS INICIALES  

a) En el nombre del Padre….

b) Saludo de quien preside (Sugerir o crear a partir del evangelio un saludo adecuado).

c) Rito penitencial (Proponer algunas de las formas del misal más coherente con el evangelio o las lecturas del día. Motivar para que en ese momento todos, también los ministros, si es posible, se dirijan a Cristo en la cruz).

d) Gloria a Dios (Es una alabanza, que según sea la asamblea, puede ser reforzada con palmas o con expresión corporal).

e) Oración de la Asamblea (Motivar el momento de silencio).

2. LITURGIA DE LA PALABRA

a) Procesión de la Palabra (con los lectores llevando el Evangeliario o el Leccionario y acompañando con un canto brevemente motivado).    

b) Evangelio (Si se tiene un “Evangeliario”, llevarlo en la procesión de entrada y dejarlo sobre el altar. En el momento de la proclamación lo toma y lleva en alto quien va a proclamar el evangelio, mientras se canta y luego se le rinden los posibles honores señalados por las rúbricas).

c) Homilía (Breve destacando y aterrizando el núcleo pascual celebrativo).

d) Profesión de Fe (Hay las tres formas: la niceno-constantinopolitana, la apostólica, la fórmula pascual-bautismal. Discernir la más adecuada).

e) Oración de los fieles (Integrar el contexto eclesial y nacional-local).

3. LITURGIA EUCARÍSTICA.

3.1. Presentación de los dones (Lo fundamental es llevar pan y vino y otras ofrendas destinadas a la ayuda de los más necesitados. Respecto a todo lo demás se sugiere un iluminado discernimiento).

3.2. Plegaria eucarística

a) Prefacio (Quien preside podría destacar su relevancia con el canto y con algún sobrio alcance del núcleo pascual celebrativo)

b) Epíclesis (Hay que hacerse niños para entrar en el Reino de los cielos. Se podría, siguiendo las propuestas de plegarias para niños, destacar con una súplica al Espíritu, la epíclesis de consagración, antes del relato de institución, y la epíclesis de la comunión, con las manos extendidas sobre los dones y luego sobre la asamblea mientras se canta).

c) Relato de la Institución (Es el caso de desaconsejar animar la entrega del pan y del cáliz, antes de las palabras de la consagración, pues se ofrece “sólo pan y vino”. Si se quiere ofrecer a todos, que sea abrir el gesto que muestra efectivamente el cuerpo y la sangre de Cristo en el pan y el vino ya consagrados).

d) Doxología de la Plegaria Eucarística (La pronuncia el sacerdote)

3.3. Ritos de comunión

a) Padre nuestro (Una costumbre francesa que llegó a Chile (P. Poully) destaca la primera parte con los brazos en alto, en alabanza, y la segunda parte, abajando los brazos como mendicantes necesitados del pan, del perdón y de la ayuda de Dios en las tentaciones y ante el mal).

b) Antífona de comunión. Ordinariamente no se canta ni se reza. Sería bueno que quien preside la integre en la motivación a la oración de los fieles. En muchos casos, esa antífona tomada del evangelio, favorece la integración de la Palabra y del Rito tan querido por la liturgia.

c) Silencio después de la comunión (Es algo que merece una breve motivación de quienes animan la celebración).

4. DESPEDIDA EN MISIÓN

Aparte de los posibles avisos finales, es oportuno terminar con una despedida que integre lo celebrado, para que así se convierta en una misión semanal de los fieles que vuelven a su vida cotidiana.

 

V Semana Litúrgica Nacional - Especiales de Iglesia.cl