Navidad
Navidad 2007
Navidad para niños

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Novena del Niño Jesús
23 de diciembre
Sólo falta un día, seguimos esperando.

Canto de inicio

Mamá o papá: Como pueden ver la espera ya termina. Estamos contentos de haber rezado esta novena, y de tener el pesebre y el árbol listos para recibir a Jesús. Mañana por la tarde iremos todos juntos a la Misa de Navidad y de vuelta traeremos al Niño Dios en nuestros corazones. Y sólo entonces colocaremos la figura del Niño en el pesebre entre María y José. Encenderemos las luces del árbol, cantaremos villancicos y en nuestra casa habrá ambiente de cumpleaños, porque el 25 es el CUMPLEAÑOS DE JESÚS.

Momento del cuento: La casita invisible
Eliana Araneda

Esto es algo que escribo en mi diario de vida. Nadie lo sabe, es como un secreto que guardaré para siempre. Me llamo María José, tengo 10 años y tengo lista mi casita del alma para recibir a Jesús en la comunión mañana en la noche. El alma es algo que no se ve, pero puede ser perfectamente un hogar para alguien que es también invisible como mi Dios.

Me gusta jugar con muñecas, yo las visto, las baño, las peino, las paseo en el coche y les hablo como si fueran de verdad. Debe ser por esto que hace unos días se me ocurrió que yo podría prepararle a Jesús una habitación en mi corazón para recibirlo bien, con cunita, sábanas de hilo, ropita de lana y de seda y hasta zapatitos.

Ustedes se preguntarán cómo lo logré. Muy fácil. Lo primero de todo será barrer mi casita invisible (mi alma) de las suciedades que se acumulan cuando nos portamos mal y corrí donde el sacerdote y le confesé mis peleas, mentiras, envidias y rabietas que tengo de vez en cuando. Mi casita quedó blanca como la nieve.

Luego me dije ¿Cómo consigo una camita para el niño? Y se me ocurrió que dando algo mío muy querido la tendría. Y regalé la más bonita de mis muñecas a una prima que es un poco peleadora conmigo. Curioso pero no me costó tanto como había imaginado. Al día siguiente pensé ¿cómo lo hago con las sabanitas y la ropa de cama?. Podría ser ayudando a mi mamá a acarrear la ropa sucia del canasto al lavadero. Y así lo hice. Mi mamá se sorprendió mucho porque nunca había hecho yo ese simple servicio. Y sentí que en mi corazón se instalaba una alegría que crecía y crecía.

Pero faltaba todavía la ropita del niño: pañales camisitas, baberos, chombitas de lana y zapatitos. Descubrí que comiendo todo lo que no me gusta, podría servirme para alcanzar esta meta. Y me pasé toda una semana comiendo porotos, ensalada de zanahorias, tortilla de acelgas y pan negro del que come mi mamá sin hacer el más mínimo reclamo. Nadie lo quería creer en mi casa pero yo calladita no más guardé mi secreto hasta hoy que se lo cuento a mi diario de vida.

También quería tenerle al Niño un caballito balancín para cuando fuera un poco mayor. ¿Cómo lo logré? Rezando durante 5 noches un rosarito; algo que yo inventé y que consiste en rezar 1 Padrenuestro y 3 Avemarías. Esto fue lo que más me costó porque soy dormilona y apenas me acuesto me quedo dormida.

Querido diario: no te imaginas la ansiedad que tengo que llegue Nochebuena, parece que el corazón me brinca por dentro. Estoy esperando a Jesús y me siento feliz y buena. Mi casita invisible que es mi alma está preparada para recibir al Rey de reyes y al Señor de los señores.

Hoy mi mamá me ha dicho: “¡Cómo has cambiado últimamente niña mía!. Pareces un ángel”. Yo quise contarle el secreto pero luego me arrepentí. A lo mejor lo comparto con ella algún día pero no ahora.

Comentamos el cuento.
¿Qué les ha parecido?. ¿Qué les llamó la atención?. ¿Algo nuevo en la relación al día anterior?.

Rezamos Un Padrenuestro y un Avemaría para que mañana todas las familias estén alegres, simpáticas, unidas, y celebremos el nacimiento de Jesús como Él se lo merece.

Se ponen villancicos para dar ambiente navideño.



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