Navidad para niños


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Novena del Niño Jesús
18 de diciembre
La estrella de Belén (Mt 2, 1-2 )

Canto de inicio.

Lectura del Evangelio: Mt 2, 1-2

Mamá o papá: En el evangelio de San Mateo encontramos un pequeño detalle que siempre nos ha gustado mucho a grandes y a chicos. Es el asunto de la estrella que guió a los sabios del oriente, que cruzaron muchos kilómetros en búsqueda del Niño Dios. Y Mateo lo cuenta así: “Después de esta entrevista con Herodes, los magos prosiguieron su camino. La estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo en el lugar en que se encontraba el niño.”

Las estrellas son creación de Dios también como las flores, los animales, el agua y las montañas. Dios las creó pensando en nosotros porque, no hay vista más hermosa que un cielo estrellado. Disfrutamos tanto a la vista de las estrellas que normalmente enmudecemos frente a ellas. ¡Tan lejanas, tan brillantes, tan hermosas!

Acción de gracias:
Gracias Señor por la naturaleza, las flores, las estrellas, la luna, los animales y las montañas. Gracias Señor por tu creación.

Los niños colocan la estrella en el árbol, en el pesebre o en el techo.

Cuento : La estrella viajera
Eliana Araneda A.

Las estrellas somos una familia muy, pero muy numerosa. Nuestra casa es tan descomunalmente grande que ocupa todo el espacio abierto que existe en el universo. En nuestra familia hay astros, estrellas, cometas, satélites y luceros. Todos los miembros de nuestra familia estamos hechos de luz. Así lo quiso el Creador cuando nos inventó para poblar el cielo y alumbrar a sus hijos terrícolas de día y de noche.

Pasaron millones de años y un día el Señor me dijo: “Quiero que vayas de oriente a occidente y sirvas de guía a tres reyes sabios que han decidido buscar por el mundo al Niño Dios recién nacido para adorarlo. Yo te indicaré en qué lugar te detendrás para que ellos lo encuentren.

Yo, que había vivido siempre en el mismo lugar, me sorprendí de esta decisión divina, pero, obediente a los deseos de Dios, me dispuse a partir. Pero antes de hacerlo, busqué el traje con cola más largo y bonito que tenía y me lo puse para tan importante ocasión. Atravesé ríos y valles, montañas y colinas, mares y desiertos, ciudades y pueblos, bonitos unos y desérticos otros.

La segunda sorpresa que me llevé, fue cuando el Señor me ordenó detenerme a la entrada de un pueblito perdido que no figuraba ni en los mapas: Belén. Yo iba de sorpresa en sorpresa. ¿Por qué Dios me ordenaba detenerme sobre un establo donde dormían los animales del pueblo? ¿Se les ocurriría a los reyes del oriente buscar al Niño Dios en una pesebrera si eran tan sabios y tan inteligentes? Y yo que me había imaginado detenerme en un gran ciudad de un importante país, sobre un magnífico castillo.

Pero ¿quién era yo como para discutir las decisiones de Dios? Fue así como detuve mi marcha y me quedé tranquila sobre el establo a la entrada del pueblo. Luego de un rato pude distinguir a una pareja de padres que, recostados sobre paja, contemplaban absortos al niño más hermoso que yo había visto nunca. Era el Hijo de Dios, el Mesías, el Salvador. Y como pude, recogí mi vestido largo con cola y me incliné delante de El.

Comentamos el cuento.
¿Qué les ha parecido?. ¿Qué les llamó la atención?. ¿Algo nuevo en la relación al día anterior?.

Rezamos el Padrenuestro tomados de las manos y pedimos al Señor que nos ilumine con su luz para que no nos perdamos en la oscuridad del mal. Y que nos ayude a ser luz del mundo como Él nos pide en el evangelio.

Se ponen villancicos para dar ambiente navideño.


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