Pre Misión

Hablar de Pre-Misión, es hablar del tiempo que antecede a la Misión y que esta destinado a hacerla posible, fácil y fructuosa. Una misión no preparada, puede producir los mismos efectos que lanzar un atleta al estadio, sin previo precalentamiento. Brevemente recordamos algunas cosas que deben ser tomadas en cuenta.

Ambiente de Oración:

Es necesario crear un ambiente de oración. Es el Espíritu el que allana el camino y el espíritu del Señor llega sólo a través de la plegaria.
Aceptada pues, la venida de la Misión, la Comunidad entera debe entrar en un clima de oración. Es un período similar al que precedió a la venida del espíritu santo, el día de pentecostés: “Los Apóstoles perseveraban en la oración junto con María, la Madre de Jesús” (Hech 1,14)

Visita Domiciliaria:

Es importante una visita domiciliaria realizada por los más comprometidos de la Comunidad. Dicha visita se realizará con los siguientes objetivos:

Avisar el día preciso de la llegada “del paso del Señor”: La Misión

Repartir un volante con la oración por la misión, inculcando, al mismo tiempo, la necesidad de rezarla diariamente en familia;

Entregar un Póster alusivo a la misión, con el Lema de la misma y con las fechas en que se realizará la misión. Puede ser de mucha utilidad que el Póster elegido, sea confeccionado por los niños o jóvenes del lugar

Esta visita es como el trabajo realizado por Juan Bautista para anunciar la venida del Salvador (Mc 1,1-6)

Preparación de los Misioneros:

o Si la Comunidad que recibe la Misión debe entrar en un clima de oración al
Padre, solicitando sus gracias de conversión y santidad, con mayor razón tiene que hacerlo los misioneros que llegarán haciendo el papel de Jesús:
“traer la Buena Nueva a los pobres, anunciar a los cautivos la libertad y a los ciegos que pronto van a ver, despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de la gracia del Señor (Lc 4,18-19)

Existen dos tipos de preparación:

o Preparación Remota: Es indispensable la preparación remota de los misioneros a través de una vida comprometida con una comunidad cristiana concreta. Ellos deben tener experiencia del Dios que anuncian; de la vida de fraternidad y de lo que significa el trabajo por la construcción de un mundo mejor. Su acción debe ser planificada y evaluada por la comunidad que los elige y los envía en misión.

Preparación Próxima: Sea que los misioneros hayan sido elegidos entre los miembros de su propia comunidad o traídos de otra comunidad local o ambiental, la preparación próxima requiere:

  • Oración, cariño y preocupación por los que el Señor les va a confiar

  • Integración total del equipo misionero

  • Estudio, con el grupo y con el Señor, del temario elegido para la misión

  • Reflexión sobre la realidad socio-económica, religiosa y cultural del lugar que se va a misionar

  • Preparación esmerada de las dinámicas y diversas celebraciones de la Palabra

  • Programación cuidadosa de cada uno de los actos de la misión

  • Estar preparados para enfrentar los imprevistos.

El espíritu de esta preparación tiene que ser siempre muy comunitario, lleno de alegría y optimismo. Los misioneros deben tener el pleno convencimiento que el “Señor estará con ellos” en toda circunstancia y siempre deben trabajar con la conciencia de que la cosecha queda en manos del Señor, quién sabrá de los frutos a su debido tiempo. San Pablo dice: “Yo planté, Apolo regó, pero Dios hizo crecer. Y no cuentan ni el que planta, ni el que riega, en comparación con Dios que hace crecer” (1Co 3,6-7)