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Maringwe 9

Maringwe, 27 de Noviembre de 2004


Queridos hermanos y hermanitas:

Me dejó un poco cansado el tonito de mi última carta, tal vez un poco dura y sarcástica especialmente con 'los observadores' europeos de nuestro proceso eleccionario en Mozambique. No puedo dudar de las buenas intenciones de tales delegados, pero sí doy cuenta de lo que me parece su falta de preparación. Pocos días después de mandarles la carta Fernando me retó en Beira: que como se me ocurría escribir así, que con datos tan puntuales no podía hacer juicios tan lapidarios, que tuviera cuidado, etc., etc. Me hizo pensar. Pero cuando leo en estos días que el propio Presidente Lagos en Chile se opone al ingreso de detectores de metales por parte de los guardias de seguridad norteamericanos a La Moneda, se me produce el tremendo contraste entre una clara y transparente defensa de la dignidad democrática en nuestro país, y la maliciosa defensa de intereses partidarios y económicos internacionales en un proceso que se supone también transparente y democrático en Mozambique. Estos contrastes son los que me hacen despotricar, y... perdónenme ustedes. Estamos en una tensa espera de las elecciones marcadas para este próximo miércoles y jueves. Mañana terminan las campañas y en éstos últimos días se nota más las diferencias de recursos entre el partido de gobierno y los de oposición (calidad y cantidad de los impresos, traslados en helicópteros, uso de vehículos estatales, etc.). Sin embargo aunque los argumentos de todos los candidatos denotan escasa experiencia en diseñar y exponer programas nacionales, los argumentos del gobierno tienden a ser repetitivos y falta de imaginación y propuestas novedosas. Vamos a ver qué pasa, ...aunque todos sepamos qué va a pasar: ...gana el dueño de la pelota (como confidenciaba un diplomático extranjero en Maputo: “ellos fingen que son democráticos, y nosotros fingimos que les creemos”).

Maringwe, 24 de Marzo de 2005

[Ganaron los dueños de la pelota] Hoy se cumplen 25 años del martirio de Don Oscar Romero, asesinado mientras celebraba la Eucaristía en El Salvador. Fue muerto porque no se hizo cómodamente el desentendido de lo que pasaba a su alrededor. Hoy también es Jueves Santo, día de la institución del sacerdocio cristiano y de la Eucaristía de Jesús, también asesinado. Parece que sacerdocio y muerte van juntos. He ido entendiendo esto poco a poco a medida que veo mis propias miserias y las penurias de mi pueblo que es lo único que encuentro para ofrecer en el altar. Esto me espanta y muchas veces pienso que lo único que queda es morir. Pero como no se muere todavía, no hay otra que vivir a concho..., para los que sufrimos la Pasión de Jesús (no la de Mel Gibson, ...la de Jesús). Parece que Muerte y Vida van juntas. Van juntas. Van juntas de la mano, en el mismo camino, en la misma casa, como nos pasa aquí en Maringwe.

Y es que este verano he andado de verdad a medio morir saltando; en lo que va del año: 3 malarias, 2 infecciones estomacales, 1 insolación y una herida ya media ulcerada en la pata. Como loco siguiendo todos los medicamentos, todas las recetas, consejos, gotitas, secretos, yerbas, raíces, piruetas... Las orejas todavía las tengo buenas. El resto, académicamente, pa'l gato. Más encima entraron a robar a la casa del obispo en Beira. Por la ventana al segundo piso, con despliegue acrobático el robo. Se llevaron mis 'sandalias jai', camisas, unos videos del National Geographic que no se cuándo iba a sacar tiempo para ver, mi cortaúñas, la lámpara de velador y la crema de afeitar. Un CD de la Joan Báez. No le interesaron los libros. Tampoco se llevó unos videos de Chile-Brasil y del tenis olímpico que me había mandado Sergio Lorenzini recién. Pero igual como que le alivian la vida a uno cuando lo asaltan. Queda más simple, con menos vericuetos, más vulnerable también. Nos pasamos asegurando la vida comprando esto y lo otro y de repente nos roban todo, o la mitad, o nos roban el tiempo o la salud, la seguridad, los planes o el prestigio. Los ladrones son parte del circo, ...y por ahí uno anda robando cosas también. Nadie sale libre. Yo creo que a María y José le habrán entrado a robar un par de veces en Nazareth, y Jesús aprendió eso de que el ladrón espera su oportunidad. Y así también -dice- llega el Reino, que le arrebata definitivamente Todo a uno. El padre Mukauro, mi vecino de pieza, que es de los curas que curan, salió peor parado: le robaron una maleta con instrumental quirúrgico que es muy caro y escaso. Lo único que tenía en su cuarto. Nuestro colega Ticaki dormía plácidamente y no lo molestaron.

Pero lo peor no ha sido nada de eso, sino el hecho de que después de algunas lluvias en enero no volvió a caer mas agua en febrero, salvo escasas gotas en marzo, y la sequía y su hambre consecuente amenazan. El primer indicio que algo andaba mal me lo dio la Rosita, una niñita que me empezó a llevar todas las conversaciones al arroz. Mi papá salió, pero va a volver y vamos a cocinar arroz, tu has comido arroz? Ayer nosotros comimos arroz. Vai a hacer Misa, en la Misa comen arroz? Nosotros estamos jugando a preparar arroz. Oye, las gallinas comen arroz? Eso era toodos los días. Me conmovió la sospecha de que hubiera hambre en la Rosita.

5 de Abril de 2005, Maringwe

Lo de la Rosita me lo confirmó Maniña, una chiquita de 10 años que llegó con otras mamás el sábado santo a ayudar a limpiar la capilla y le encargamos la tarea de limpiar al Cristo del crucifijo que ya parecía abuelito por el moho blanquiverde de su cara. Al poco rato Maniña se me acerca y me dice “padre, tengo hambre”. Con lo recatado que son los asena para esas cosas yo sabía que la Maniña realmente tenía HAMBRE. Se le cerraron todos los sentidos mientras comía. Creo que es de las cosas más fuertes que me han dicho en la vida: “padre (papá) tengo hambre”. Esta cosa no se te olvida, hermano. Qué Teología, Plan Quinquenal o PNUD le hacen el peso a la frase de Maniña? Esta fue mi semana Santa, ...no tan bonita como la que encontró la señora en la parroquia este año, fíjese usted. Fue sin “oración de paz” en stéreo. Ya Horacio en febrero me contaba que había pasado la noche, un día, otra noche, otro día y su noche sin comer, hasta que en sus vagabundeos por Beira se encontró a media mañana con un amigo que le pasó como $120 y se fue al mercado, se compró dos panes y un té pelao; a medio desayuno comenzó a sentir mareo, tiritones y transpirar delante de todos, se tuvo que sentar en el suelo y casi se desmayaba de la sensación de comer. Horacio es uno de los chiquillos que vivía conmigo en Marromeu. Una vez, el '99, lo encontré discutiendo acalorados con Samuel, Zeca y Feliciano sobre qué era peor, si el hambre o la guerra. Nosotros no tenemos idea de estas cuestiones. Sabemos de la 'banda ancha', tecnologías láser, últimas películas, cuestiones políticas, éticas, teológicas, capuchas del gremio y de la familia (...o por lo menos de la tele, cuando no nos cuentan nada). No sabemos del hambre de Maniña y de Horacio. Sí que hemos escuchado algo de eso, por qué negarlo. Pero es que a mi eso es lo que me tiene enfermo, yo creo. Hay gente que me pregunta verdad que necesitan plata? Y para qué necesitarían esa plata? No les parece que si hicieran esto sería mucho mejor. Y plantean ideas geniales para que Maniña y Horacio no vuelvan a tener hambre. Y después se van al Cine Mark (bueno, claro, después de haber llenado los formularios requeridos).

Me he preguntado muchas veces que cresta es lo que hago aquí..., si no veo muchos avances ni pa'tras ni pa'elante en lo que hago o trato de hacer. Como tonto con los pozos, acarreándonos problemas..., y ahora encontrándome con que Maniña me dice “padre, tengo hambre”. Y se me pasa rápido y certero por la cabeza la idea de que hambre y prostitución están muy muy cerca. Pagan la prostitución de su hija los que impiden que su papá Buleza tenga un buen trabajo. Todos muy catóoolicoss. Es que nadie se pone colorado con esto? Es que nadie siente estropajeada su dignidad con el hambre de esta niña? Y yo creo que al final me quedo igual porque Maniña y Horacio se vuelven a reír. Porque vivo en un pueblo que ríe cuando debería llorar. Y es un canto, baile y risa contagiosa y redentora; que me redime de mis ideas confusas, mi religión tibiona y mi dignidad estropajeada. Pobreza obliga.

Hemos rezado como enfermos pa' que llueva (...es que pa' algo que sirva el sacerdocio en estos casos) y ayer y hoy día han caído saludables goterones. Gracias a todos los que rezan o se acuerdan de nosotros. Que Dios les robe la vida y los bendiga con la pobreza.


Kwenda

A F R I C A
63-03312-0
Bco. Santandersantiago

"Mision Mozambique"
 65.013.683-7


El P r i v i l e g i o d e D a r

No hay que morirse sin Africa en el corazón

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