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Mozambique

Maringwe, 31 de Mayo de 2004

Queridos hermanos y hermanitas:

La verdad es que todavía estoy asustado. Bueno en realidad es que andamos todos medios saltones, alertas, esperando. Lo que pasa es que no les conté, pero a mi vuelta a Maringwe en abril, encontré al distrito en medio de una polémica nacional. Ocurre que aquí se mantiene una base de guerrilleros de la antigua Resistencia Nacional Mozambicana (RENAMO), ahora transformada en partido político. Fue y sigue siendo de oposición a la inspiración y práctica marxista del Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO) que tras 11 años de lucha conquistó la Independencia Nacional en 1975, instaurando un gobierno sostenido por el bloque soviético. La RENAMO comenzó la guerra civil en 1979. La guerra acabó con la firma solemne del Acuerdo de Paz el 4 de octubre de 1992 en Roma -con protagonismo esencial de la Iglesia Católica como mediadora, especialmente de nuestro arzobispo de Beira, Don Jaime Pedro Gonçalves-, y elecciones presidenciales y legislativas en 1994. Con solemne Paz y todo, se mantiene activo hasta hoy un grupo de guerrilleros como ‘guardia personal’ de Alfonso Dlhakama, líder de la RENAMO. Incomprensible para nuestra concepción democrática, ...pero es así. Tienen armas ligeras y pesadas ocultas donde fuera su cuartel general en los últimos años de la guerra: Maringwe (nada lejos). En Inhaminga existe otro pequeño contingente de hombres armados de la RENAMO, cuya casa era justamente vecina a la nuestra mientras estuve con los SS.CC. aprendiendo la lengua chisena allí en 1998. Quizás tranquilice bastante el hecho de constatar que el pueblo mozambicano es en absoluto belicoso: al día siguiente de instaurada la Paz no se disparó un tiro más. En este sentido Mozambique se gloría de constituir un ejemplo para la Comunidad Africana, donde las guerras no faltan. Sin embargo esta situación irregular provoca un ambiente de tensión nacional que si no es permanente suscita episodios al menos una vez al año.

En septiembre del año pasado se produjo el desaparecimiento sorpresivo de uno de los soldados de la base militar de la RENAMO. Llegaron sus colegas armados y rodearon el cuartel de la policía. Hay que decir que estos soldados de la base renama no son nada extraños a la población; tienen sus mujeres aquí, van de compras al mercado, sus hijos asisten a la escuela y ellos mismos a los únicos bares del pueblo, junto con policías, enfermeros, profesores, comerciantes y campesinos. Juegan a la pelota todos juntos y lo único que les falta es organizarse en un equipo propio. Quizás no lo hacen justamente para no herir el carácter pacífico y comunitario nacional. Pero rodearon amenazantes la pequeña comisaría y el comandante les dijo que no, que mejor pasaran y conversaran adentro, donde les explicó que habían venido policías de Beira y se habían llevado detenido a Meke. Son todos pacíficos pero no se dejan intimidar cuando les tocan la oreja teniendo posibilidades de defenderse. En este sentido la situación era peligrosísima; bastaba un maluco y se hubiera desatado una carnicería. En la capital los noticiarios y políticos del gobierno FRELIMO comenzaron a agrandar la situación diciendo derechamente mentiras. A la hermana Rosalia le preguntaron en casa que cómo había escapado del Hospital (¿.....??!!); en la radio las demás hermanas habían escuchado con pavor que los soldados de la RENAMO se habían tomado el Departamento de Agricultura y el Hospital.

Entretanto el Meke no aparecía y se rumoreaba que estaba muerto. Averigüé con la gente de la comunidad. Siempre es más cómodo y seguro, pero irresponsable, permanecer sentado tomando mate, esperando para predicar la paaz cuando todo peligro ha pasado. Armando, un chiquillo de 13 años, me dijo que se lo habían llevado detenido desde la casa de su tío en el jeep de Agricultura. Fui a conversar con el señor Administrador -que a veces aparecía a Misa-, haciéndole notar lo peligroso de las mentiras oficiales y de la no aparición de Meke a manos de la policía. Me dijo que el tal Meke se había entregado él mismo y “estaba oculto entre nosotros porque había comenzado a entregarnos armas de la base y sus colegas querían matarlo” (una mentira -otra-, según supimos después). Esa noche de lluvia aparecieron en nuestra casa María y Nazaret, dos mujeres de la Liga Mozambicana de los Derechos Humanos, enviadas por Su Jefa (así: con mayúscula, porque esa señora es temida y respetada a todos los niveles) a saber la verdad de lo que había pasado en Maringwe y dónde estaba ese tal señor Meke. Las acompañamos con Armando a casa del tío y a casa de Meke. Ellas después hablaron con todo el mundo: gente del mercado, el Administrador distrital, el comandante de la policía, la gente de la RENAMO, mi amigo Basilio (Director de Agricultura, ya fallecido), etc. Se fueron orondas y tremendas como vinieron, pero más seguras. En Beira me acerqué a la prisión de la policía judicial y pude entrevistarme con el comandante y luego con el propio Meke en privado. Esto y las gestiones de las mujeres de derechos humanos hicieron que se publicara en los medios la situación de Meke y, en ese sentido, se encontrara más a salvo. A mi regreso a Mozambique supe que había sido liberado absuelto de cargos en enero.

Beira, 25 de junio

En este contexto entonces es que en abril se me acerca el comandante de la policía de Maringwe, señor Flaqueza (sic), y me pide a media voz hacer gestiones parecidas a las del año pasado por Meke, ahora en beneficio de Batista, un vecino que habría sido raptado por los soldados de la RENAMO y estaría siendo torturado dentro de ‘la base’. Le respondí que esto era distinto, en este caso la responsabilidad era de la policía del Estado. El año pasado hicimos aquello porque precisamente era la policía la involucrada y que no daba respuesta a la familia del desaparecido. Quedamos así, pero este caso y otros que hubo de roces y provocaciones varias en distintos distritos levantaron polémica nacional y Maringwe estaba en el ojo del huracán. El Presidente Chissano se entrevistó con nuestros obispos pidiéndoles mediación entre la RENAMO y el gobierno, especialmente a Don Jaime que había tenido una gestión esencial en el Acuerdo de Paz en 1992. Les pasó un ‘memorandum’ sin membrete ni firma, dando cuenta de las tropelías renamas. Ellos pidieron entrevistarse ahora con Dlhakama. Este les entregó un escrito de 20 páginas respondiendo por cada acusación. En el caso de Maringwe invitaba a la Iglesia Católica a visitar a Batista y constatar su estado de salud y tomarle testimonio. Don Jaime me mostró ambos documentos el 1° de mayo, día en que también aparecían citados en el diario.

A Maringwe tenía anunciada en esos días su visita el Gobernador Provincial de Sofala. Muy cerca de nuestra casa hay un aserradero donde trabajan renamos. Teníamos buena vecindad. Fui y pregunté ‘al boleo’ con quien podía enviar un recado al ‘comandante George’ (un malandro que había sido nuestro vecino en Inhaminga). Indicaron a uno y le dije aparte que Dlhakama había invitado a la Iglesia Católica a visitar al secuestrado Batista, que eso aparecía en el diario, y que yo pedía verlo. Que le preguntara a su comandante. A todo esto el Administrador nos había preguntado si queríamos saludar a Su Excelencia el Gobernador (de Macondo). La verdad es que yo no tenía ni una gana, pero pensé que Su Excelencia podría llegar a ofenderse seriamente si el Señor Cura no le dedicase una sonrisa. No sabíamos todavía el medio apretón de manos que nos íbamos a dar... Llegó respuesta de la base: el señor comandante requería ver el diario. Se lo mandé con amenazas infernales si no me lo devolvían. El horario de la visita protocolar al Gobernador era al día siguiente a las 18:00. Entonces también pedí pudiésemos ver a Batista antes de esa hora. Todo esto en secreto. Ni idea teníamos de que tirábamos palitos de fósforos a Troya. Llegó recado a la mañana siguiente de que nos apersonáramos en tal lugar. Rosalia con polaco paso marcial y yo ya con malaria. Claro, de todas maneras es más cómodo, seguro, prudente, etc. quedarse sentado en la casa oyendo las noticias. Pero soy hijo de la Iglesia en Chile, que ganó respeto y dignidad preguntando y preocupándose de los desaparecidos. Ayer fue por un RENAMO, hoy era por un FRELIMO. Llegados al lugar nos fueron a buscar soldados de civil y sin armas a la vista. Ambiente de simpatía y misterio al mismo tiempo. Avanzamos por un caminito entre pastos altos y vedado a la mayoría de la población. Pasamos por una pista de aterrizaje con el pasto sin cortar y nos salió al encuentro otro grupo de custodios saludando familiarmente al padre y a la hermana. Luego de pasar unas chozas de donde salían niños a la escuela encontramos a un tercer grupo que traían al tal Batista. Nos presentamos, sonrisas, amabilidades... así ...en medio de la floresta, “-y aquí está Batista. Ya’p -conversen! “ Ese era el plan: encuentro cumbre en medio de un caminito en la tupida floresta. Ni casa, ni una choza siquiera, ni un banquito ...nada. A lo más guerrillero-clandestino. Les pedí a los mirones que se retiraran un poquito para conversar a solas con el interesado. Rosalia le pidió al jefe sacar unas fotos a Batista (cómo sabríamos que era realmente él); después de algunas dudas accedió. Se retiraron literalmente ‘un poquito’, con la oreja, cuellos y ojos estirados. Con mi malaria a cuestas hice acopio de autoridad y grité más o menos al jefe que si no se retiraban iría a decir allá afuera que Batista no estaba libre!! (cosa obvia, pero es lo único que se me ocurrió...). Luego nos sentamos en la hierba y lamenté no haber llevado una grabadora. En chisena Batista comenzó a relatarnos que era amigo frecuente del comandante de la policía (cosa que ya habíamos oído) y que había sido citado por el Administrador del Distrito (algo así como el alcalde) junto a otros civiles para que organizaran una ‘cacería’ al comandante George, de la base militar RENAMO, con armas de la policía. Lo querían vivo o muerto. Como Maringwe es pueblo chico, todo se sabe, y George lo mandó a detener. Por supuesto Batista nos dijo que él se había negado a participar porque “sólo era cazador de gacelas”, y que ahora tenía miedo de las autoridades de gobierno. Porque la cosa era realmente grave. Afuera el Administrador y la radio decían que Batista estaba paralizado y medio muerto de inanición a causa de las torturas. Nos mostró unas muy leves quemaduras producto de las tiras de goma con las que había estado atado de manos la primera semana. Pero dijo que lo habían tratado bien. Le pedimos los nombres de los demás involucrados en el plan (entre ellos estaba el mismo Flaqueza –sic-), sacamos las fotos de rigor y llamamos a los alejados soldados para regresarnos. Nos fuimos temiendo por la vida de Batista y yo pensando en qué cosas podría hacer por él. Iluso. En la noche comenzaría el baile.

Llegamos a la casa del Administrador a saludar al Gobernador. Estaba recién duchado, viendo televisión y ni se paró a saludarnos. Comenzamos el pin-pon de sonrisas y comentarios extraterrestres. Blancas mueven. “¿Qué me puede decir, señor Gobernador, de la delicada situación del país pero especialmente de nuestro distrito?” “-No sé..., el señor padre tendrá más información...” “-es que muchas cosas se dicen y se oyen, pero yo quisiera saber la evaluación de la autoridad”. Y comenzó la canción oficial sobre los hombres armados y Batista secuestrado y torturado en la ilegal base renama; la inseguridad y miedo de toda la población y el clamor popular (sic) para que el gobierno echara por las armas a los bandidos de la RENAMO. Carta bajo la manga: declaro mi extrañeza porque, aunque concuerdo con que tal base militar no entra en mi concepción democrática, sé positivamente que esos soldados que viven hace más de 10 años entre la población, son conocidos y vecinos de Maringwe, y no se los ve como amenaza. Por el contrario, percibo mayor miedo a las amenazas de guerra que profiere la autoridad (me refería tácitamente al Administrador allí presente) y los cotidianos abusos policiales. Además (juego mi triunfo) hoy mismo hemos estado con el señor Batista y está en buen estado de salud y, aunque efectivamente secuestrado, teme a la policía y a las autoridades de gobierno. Casi se les cae el pelo. “-Estuvieron en la baaaseee??”.

La cosa es al día siguiente comenzamos a salir en los noticiarios de todo el país y no nos soltaron en dos días seguidos durante cada hora. “El padre chileno y una hermana polaca habían insultado al presidente de la República diciendo que habían mejores y peores gobernantes que él (no sé a qué se refería el gobernador y tampoco me explico dónde está el insulto); que lo había tratado la hermana polaca de comunista, marxista leninista y yo cuaaanndoo... Los periodista le preguntaron después si acaso eso no era verdad y él dijo que había tratado de serlo pero no lo había logrado. En fin, “mano extranjera utiliza a la Iglesia Católica para desestabilizar el país”. La cosa siguió por casi un mes con artículos y comentarios en el diario, radio y televisión, famosos anónimos porque nunca supieron nuestros nombres. Siempre éramos “el padre chileno y la hermana polaca”. Jorge Valenzuela, nuestro buen cónsul y amigo, llamó preocupado al nuncio, el nuncio llamó curioso al obispo. Con el obispo estábamos nosotros ese día contándole todo. Yo con miedo de que nos expulsaran. El obispo con la tranquilidad de la experiencia diciéndome -Nooo, si no es para taanto, es por causa de las elecciones a fin de año que hacen esta bulla y tomaron con ustedes porque no consiguieron que se pusieran de su parte en contra de la RENAMO. La hemos pasado dura. Mientras estábamos con el obispo, el Administrador hizo una concentración en Maringwe explicando que habíamos sido “llevados por el Gobierno para dar explicaciones” y el primer secretario del partido FRELIMO arengó a la población para que un día fueran a nuestras casas a sacarnos a pedradas. ¿Habrá leído los Hechos de los Apóstoles? Silencio de la población y muchos dijeron que no iban más ya a esas concentraciones. Pero la cosa no terminó ahí, porque ‘se escapó’ (ahora ya no sé lo que es verdad y lo que no) el Batista del campamento y salió en la televisión diciendo que una señora con pañuelo blanco (sic) y el padre habían dado instrucciones a los soldados de la base “para que lo mataran” si trataba de escaparse. Ayyy Señor!!! La semana pasada un sacerdote mozambicano que trabaja en Zimbabwe quería entrevistarse con aquel ‘padre chileno’ del que oyó hablar en la BBC.

Como ven, la vida a veces no es fácil para los misioneros en África. Pero yo sigo visitando mis comunidades a 20, 30 ó 50 Kms. de distancia en bicicleta -una experiencia nueva para mí- y sé que el Señor anda con nosotros. Y también en medio de ustedes, queridos hermanos y hermanas. Un abrazo Grande.

Kwenda