Maringwe 32, mai Ervilia
Maringwe, 27 de Junio de 2014
Queridos hermanos y hermanas,
“Campeóóón, campeooon, campeón hay uno sólo, se llama Colo-Colo, el eterno campeoonn…!!!”, despertarse a las 5,30 am escuchando a los cabros chicos del barrio cantando así, es señal incuestionable de que los Raimundos marcaron presencia en Maringwe… y la marcaron. Con el ánimo muy en alto armaban las medias pichangas todas las tardes después del trabajo. Recorrimos juntos 900 kms al norte del país, a Melivane, para visitar un internado llevado por las monjas del Amor de Dios, donde 250 niños y niñas toman todos los días leche de cabras. Un enclave perdido en un paisaje alucinante, como otro país, entre fríos y luces de montañas selváticas. Nos recibieron muy bien las monjas españolas, portuguesa y mozambicanas. Los Raimundos atendieron los animales de esa Escuela Agrícola y nos regalaron dos machos y una hembra de raza Saanen. Nosotros regalamos uno de los machos a los hnos. de La Salle que quieren también explotar la leche caprina y ya tenemos a nuestros primeros niños tomando ocasionalmente leche de cabra; todavía es muy baja nuestra producción y estamos recién aprendiendo cómo se maneja el corral –de hecho se nos murió nuestro macho reproductor... Es realmente impresionante ver la mejoría en el aspecto de los niños cuando cambia su alimentación. Más que seguro que todos los que participan en esto ‘celebran’ en cierto modo la Eucaristía y comulgan a Jesús dando “pan para la vida del mundo” (Jn 6,51). Que vengan a rectificarme los que saben pero a mí no me sacan de ahí. Aunque no entiendan nada de esto ni los Raimundos, ni Samuel el pastor ni los cabros chicos. Me gusta la religión así. Me gusta que Dios sea así…
Para agosto esperamos la venida de Ignacio Sánchez, con el que jugábamos a las bolitas juntos cuando éramos los ‘penecas’ del colegio. Ahora es rector de la UC y devuelve la visita que el rector de la UCM hiciera en 2012 a Chile. En estos mismos días están con nosotros Denise, Arón y Oliva, 3 médicos egresados de la UC ayudando diariamente aquí en el hospital de Maringwe y los he visto profundamente afectados por la precariedad de la vida y de los medios de salud que existe entre nosotros (no son pocas las veces en que ellos prácticamente han asumido todo el hospital…). La Pobreza y la Muerte como que mandaran aquí. Belén y el Calvario están realmente muy cerca por acá. Ayer se murieron 3 guaguitas… Esperamos que la visita de Ignacio sea significativa para mejorar en algo la vida en Mozambique. Dios quiera que no se trate de algo imposible. Cómo me gustaría, por ejemplo, que se pudiera implementar en nuestra universidad la carrera de Nutrición…!
Pero aun así, con todos los Programas de cooperación y desarrollo, no creo que esto sea lo más importante de nuestra presencia en Maringwe. Conocí a mai Ervilia cuando estaban las hnas. aquí en el pueblo. Trabajaba ocasionalmente con ellas y andaba siempre como encorvada y mirando demasiado humildemente hacia arriba. Las hnas. también se quejaban de que ella a veces ‘les robaba’ (un poquito de aceite, de azúcar….). Esa su actitud abyecta como que me molestaba, como que evidenciaba una indignidad humana incoherente con el Evangelio. Me caía re-mal la mai Ervilia –aparte que ya el nombre lo encontraba impronunciable y ridículo… La Claudia y la Arlette la trataron como una igual. La Claudia le regaló un par de sus propios vestidos. Mai Ervilia se atrevió a lucirlos y realmente se veía más bonita. Arlette hizo complicidad con ella cuando de madrugada cocinaban la comida para la Brincaescolinha. Cada una hablaba una lengua que no entendía la otra pero rezaban el rosario juntas de madrugada… Con la Claudia empezaron a tirarse tallas… mai Ervilia se erguía sonriente… se integró al grupo de la Legión de María y luego al de Kuphedzana y comenzó a manifestarse como una líder entre las mamás… ella me encanta ahora. Se ha dignificado e irradia dignidad en el lugar donde está. Se ve contenta y positiva todo el día pero no ‘arrastrada’. Es que anda radiante ella. He visto como ha pasado algo de lo mismo con mai Sandra, pai Agusto y también con los chicos de Emaús… Creo que esto es tan buena noticia como la mejora en la salud y la alimentación. Creo que la comunión de vida, ser ‘vecinos’, es tan nutritiva y saludable para todos como una buena machamba, el tractor, la oportunidad de estudiar y la Brincaescolinha. Muchas veces hemos observado que lamentablemente algunos de nuestros huéspedes no se dan cuenta de esto y andan como que ‘peinando huevos’, empatando el tiempo o preguntando ‘¿y ahora qué hacemos?, sin dejar de hablar español ni referirse a Chile… Aunque la verdad es que al final todos cachan y se van de aquí con un calorcito de fraternidad en el corazón. Pero no es fácil, no es fácil. Pa’ nosotros tampoco. Estamos siempre pensando en ‘no perder el tiempo’, en ganar, aprovechar, ser útil, salvar y salvarse, llegar alto… J.E. Aute, Silvio y otros nos recuerdan y reprochan que hemos olvidado la Belleza… la belleza de las piedras, de la tierra en las manos y las uñas… y sus certezas. Pequeñas, leves, escurridizas, lejanas y reales… en todo caso más verdaderas que todo el resto. Mai Ervilia sabe de eso y yo trato con todas mis fuerzas de que no se me olvide.
Ha habido una explosión de visitas y de amigos que quieren visitarnos en Maringwe. Aunque nos encanta extender la mesa (en este minuto estamos almorzando 20 los domingos), de esto tenemos más preguntas que respuestas. Redactamos, junto a los que han venido antes, un pequeño folletito que al final nadie ha pescado mucho… Queremos aprender nosotros mismos a distinguir entre ‘voluntarios’, ‘huéspedes’ y ‘misioneros’. Creo que vamos a pedir un mínimo de tres meses de permanencia y a poner una cuota de capacidad en la casa. También está la idea de compartir con otras misiones (Chemba y Dondo por ejemplo…). En todo caso los que han venido ya tienen aquí su casa y siempre haremos sitio en la estera… Jesús dice ‘no se preocupen por el mañana que cada día tiene su afán…’. Y habrá que creerle no más, digo yo…
Era el 27 de mayo y estábamos después de almuerzo en la comunidad de Kunkwe ya subiéndonos a la ‘Carmela’ para irnos a Nyadongo cuando, por la hora y el cansancio dije que me esperaran un poquito porque iba a echar una pestañada. No llevaba 10 minutos en la estera cuando oí los gritos: “¡tiros… tiros, cuidado… se acercan!!” Eran 3 camiones militares y un blindado que venían por el camino en que debíamos ir nosotros en ese momento si no hubiera sido por la siestecita. Iban disparando a diestra y siniestra porque habían recién sufrido una emboscada. Marcos se encargó de tranquilizar a todo el mundo incluyendo una vieja que hacía todo lo posible por doblarse y meterse debajo de la Carmela. Esperamos que llegara la paz ese día en la capilla de barro, el que va en nuestras manos… Recen por nosotros.
Un abrazo de los buenos
Kwenda
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