Maringwe 31, Ángeles Maringwe, 11 de marzo de 2014 Muy queridos hermanos y hermanas:
A mi vuelta alguien me observó que por qué en la catequesis no les habíamos enseñado nada a los niños de los ángeles de la guarda, que así se hubieran sentido mucho más seguros. Me guardé la teología en el corazón pero era evidente que la Anita María y Diego, la Alejandra y mãe Sandra habían sido ángeles de la guarda para los chiquillos de Emaús, para Rosinha y Beatriz Buleza, y para muchos más que veían que nuestra Misión estaba de puertas abiertas y con la Escolinha funcionando aunque fuera con 3 o 5 niños como vinieron algunos días, cuando normalmente eran más de 100… En Chile casi se me cayó el pelo y los dientes al saber que en algunos colegios se botaban las raciones de comida… Cuando lo comenté casi a gritos me decían que era ‘normal’ y que en hoteles y restoranes se bota comida cocinada y en buen estado, enumerándome algunas otras aberraciones… Yo no creo ser un Juan Bautista (pa’ ná) pero… pero… no sé bien que decir, pero ALGO HAY QUE DECIR, algo TENEMOS que hacer…!!! Hay un pecado evidente en eso ¿no habrá nadie que se haga cargo...?, pero si se ocultan las caras… por lo menos es signo de que produce vergüenza… A los meses algunas personas comenzaron a volver a Maringwe y entre ellas apareció andrajoso el Bebe, huérfano de su mamá María (ya lo contamos en otra carta). Andaba mendigo tarde y noche durmiendo por aquí y por allá con cara de hambre permanente y sonrisa a medias… siempre esperando. Pensamos en mandarlo a un Hogar de huérfanos y para no arriesgarnos a una negativa… mejor… y si lo traemos nosotros a nuestra casa? Tiene como 9 años. Hablamos con su tío, ebrio permanente, y lo trajimos a Emaús. El cambio le provocó malaria altiro al Bebe. A la semana se recuperó y hace ya casi un mes que está con nosotros, tratando de matar un hambre de toda la vida y riéndose todo el tiempo. Se mea en la estera y no le importa nada. Trae amigos a la casa, va a la escuela sonriente y con ropa limpia, la que él mismo lava. Se cree la muerte y nosotros también.
El Ito es uno de los amigos del Bebe, tiene 6 años y es de los más lindos del barrio; lo hemos visto como se paraba en dos patas, aprender a hablar y a crecer. Su mamá es seropositiva y al Ito hace más de un mes le salió un herpes en la cara que no se le pasa nunca… ahora mismo anda la Claudia con él en el hospital para hacerle un examen de VIH. Ellos son nuestra familia. Fue Filandia, una prima chica del Ito la que murió por desnutrición y que nos inspiró el Proyecto que lleva su nombre, el de aprender y fomentar la explotación de leche caprina para el consumo familiar y fabricación de quesos. Aquí dicen que es imposible consumir leche de cabra. Sabemos que en eso los chilenos podemos dar una mano. Anita puso un aviso entre los amigos y aparecieron entusiastas los Raimundos. En Chile me invitaron a Chincolco y a las dos horas de llegar andábamos corriendo en el potrero arreando un macho pa venderlo… Veterinarios los dos y huasos que da gusto. Esperamos su llegada pa la próxima semana. Estamos construyendo el corral, las trincheras pa’l forraje y una casa pa’l pastor. Queremos puro ver a los niños tomando leche y comiendo queso. De nuevo el tema de la comunión… la Eucaristía compartida, el ser compañeros. Vivir así, aunque saque sudor y venga con problemas, da gusto. Durante el tiempo de los tiroteos y morterazos (que hubo varios… ataques, contraataques, matoneos, etc), de las pocas cosas que se mantuvieron fieles en la vida de Maringwe fue nuestro tractor trabajando. Su tripulación no arrugó y siguieron labrando campos por las aldeas del distrito… labrando esperanzas. Ayer nos cruzamos con un camión lleno de milicos y un jeep con ametralladora montada… a veces da miedo pero no podemos huir. Nuestra familia está aquí y ustedes con nosotros también. No valen ellos menos que nosotros… Está en camino para acá la Catalina, de 18 años, hija de mis amigos Carlos y Sole, que se ha venido a compartir la vida por un año en Maringwe. A la luz del Evangelio veo patente en eso una misteriosa, verdadera y amorosa liturgia de la libertad, del riesgo y de la fraternidad, como la que celebra Jesús entregando su vida. El Bebe seguro que concuerda; quiere comer, vestirse limpio y reírse en paz. Por esa paz les pedimos que recen y nos acompañen, necesitamos esa bendición de la oración cariñosa y de la paz
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