Volver | ||
"Kupedzana" Maringwe, 23 de junio de 2010 Queridos amigos y amigas:
Adaptarse sin ninguna preparación a una cultura y ritmo diferente de vida y en dos lenguas desconocidas es una tarea nada nada fácil. Lo está tomando con humor y muchísima paciencia. Ahora vive en la casa con Isabel y Aída, dos chiquillas de nuestro grupo vocacional ‘Caná’. Para mí ha sido un consuelo poder volver a copuchar en chileno, aunque es evidente que mi vocabulario ya es bastante añejo: la Claudia se ríe a carcajadas cuando digo palabras como ‘frigider’ (la casa de las hnas. tiene uno), ‘mameluco’, ‘metapío’, ‘la chaleca’, ‘en denante’, ‘pituco’, ‘gomina’, etc. Por otro lado, la Claudia lleva tres meses diciendo casi todos los días “ya voy cachando” (…y la verdad es que puede completar años “cachando”). Hay que hacer un ejercicio de humildad muy grande para adaptarse y dejarse amoldar por otra cultura. Y para los misioneros eso no siempre es posible, pues hay una tendencia natural a pensar que los propios criterios son los más adecuados. Creo que sólo en la vejez uno llega a “cachar” que la vida y el pueblo tenían razón. Pero acogido en casa ‘mano Pantsi’ fue recuperando la vida junto a los hijos de pai Buleza y de Marita. Ya conté en una carta anterior que ella abandonó su hogar detrás un aturdido y su marido entró en una aguda depresión que lo dejó turulato y con un par de dolorosos furúnculos que apenas se operó el año pasado, cuando los curanderos no sabían ya qué hacer. Las hijas mayores se han ido, Olimpia estudia 3º medio en Beira y sólo quedan los más chicos en casa. Pai Buleza me contó la historia de Pantsi a la vuelta de su operación: “Quien iba a decir que él nos iba a cuidar a todos después…” Mano Pantsi es en tiempos de crisis como el pilar de la familia… y de los pololitos que hace en el mercado muchos días es de lo que se come en casa. Creo que es algo en qué meditar especialmente en Cuaresma y en Semana Santa: el crucificado es el que nos da vida; y también para hacerle caso a que “sólo el amor convierte en milagro el barro, sólo el Amor consigue encender lo muerto”. Pai Buleza tiene razón y enseña el camino, junto a mano Pantsi… en medio nuestro. Por nuestro lado, después de casi 6 años juntando chaucha y chaucha, y con ayuda de las colecta para las Misiones que se hace en todos los países en octubre, nos pusimos a construir una nueva capilla en Maringwe. Eso de construir un templo para la Comunidad, un lugar dedicado a que sea la ‘Casa de Dios’ es una cosa impresionante. He ido algunos días en solitario a rezar al lugar elegido. El 20 de junio llamamos al Nyakwawa local y celebramos juntos las ceremonias de invocación a los Antepasados y bendición del lugar. Fue real, realmente muy muy bonito y consolador. Una celebración fortísima y alegre de la Presencia de Dios entre nosotros. Es de las liturgias más hondamente sentidas en las que he participado en mi vida. Había Espíritu que nos tomaba en comunión con Dios y entre nosotros, presente en cada niño, anciano y adulto, católicos y no católicos. Con una Precesión presididos por la Cruz floreada a la que abrían paso las danzarinas, caminamos desde el lugar bendecido para la construcción hasta nuestra capilla para continuar la Misa. Luego, un hermoso almuerzo de todos. Ahora estamos entre arenas, cemento, agua, piedras, preparándolo todo para mañana marcar la planta en el terreno limpio de arbustos, con el altar orientado al sol. En el ajetreo mi camioneta volvió a resentirse y hace ya como mil kilómetros que ando con la barra de dirección amarrada con alambres y tiras de goma… como con la pata enyesada anda la pobre vieja. Y a mí me tiene rezando todo el tiempo de manejo. Hemos visto algunos partidos del Mundial en el ‘cine’ de mano Marco, una casucha de coligues y una tele, pagando como 100 pesos la entrada. En dos de ellos hemos tenido que abandonar el partido cuando poco menos que las hormigas nos sacaban en andas. Hay una impresionante invasión de hormigas en Maringwe desde hace ya dos meses. Andan por todas partes sin descansar. Con suerte algunos logran dormir en las noches. Nosotros untamos las patas de camas, mesas y sillas con parafina. Otros dicen que el cemento es lo mejor, cada uno con su receta contra las hormigas. Los antiguos alegan que anuncian un año malo de alimentos… cuéntate una nueva.
Ver cartas anteriores
|
|
|