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Maringwe 20

Beira 29 de enero de 2010 

Queridos hermanos y hermanas:

Ayer llegué a Beira con Marcelino. Tiene alrededor de 20 años, una cara de niño de 12 y la bondad infinita. Desde hace un mes que vive con nosotros en Maringwe. Cursó hasta 5º básico porque “tiene ataques”. Viene con un pedido de electro-encefalograma porque Jorge, nuestro flamante y joven médico del pueblo, sospecha algún tipo de epilepsia. Marcelino apenas entiende y habla el portugués, pero se esfuerza muchísimo y ya sabe leer y anda leyendo todos los letreros, papeles, folletos y paquetes que encuentra. Está súper orgulloso y ya hizo su primera lectura en misa hace dos domingos –lleno de parches, correcciones y palabras pegadas a engrudo… pero leyó. Se pasa la vida riendo el Marcelino. Pone un color de ingenuidad y bondad a nuestra casa. Cuando en el hospital le indiqué el lugar dónde íbamos a hacer la consulta me dijo –“claro a negrocirugía” (ya saben…).

El viernes fui a dejar a cuatro chiquillas al Hogar de Murraza: Siravia tiene 16 años y ya estaba allí el año pasado. Tuvimos que negociar con su papá para que la dejara estudiar y no la diera en matrimonio. Ella misma vacilaba y pensaba en casarse luego y hacer ‘una vida como todas’. Estuvo un año entero meditando. Optó por dar un paso al lado en el camino de todas y estudiar al amparo del Hogar de las monjas en Murraza. Cuando la fui a visitar a mediados del año pasado me dijo “Padre, en la noche a veces me cuesta quedarme dormida y pienso y pienso en… como estará mi chacra” (¡plop!). Siravia se desvive por cultivar la tierra. Es simple, muy esforzada y generosa. Su llaneza la hace muy hermosa. El hombre que se case con ella tendrá un tesoro en su casa. Garantizado; Pascua tiene 14 años y el año pasado estaba en el Hogar de las monjas en Charre. Llegué a Maringwe hace 7 años y pocas veces la vi a ella en Misa o alguna actividad de la parroquia. Con sus dos hermanos mayores, su papá Simón y su mamá ciega, se hacía cargo de la casa trayendo agua, ayudando en la cocina, lavando la ropa de todos, yendo al molino, a la machamba, al mercado… muy de madrugada y en las tardes porque en las mañanas iba a la escuela. Me daba una pena inmensa la Pascua… ella me saludaba siempre alegre, sonriendo. Poco antes de morir su mamá ciega, vino su tía a acompañarla en la casa. Cuando falleció su madre, invité a Pascua a participar en el animado grupo de danzarinas de la comunidad. Se integró más que feliz y el año pasado se fue a estudiar al Hogar de Charre. Fue dispensada de exámenes por sus excelentes notas. Además ahora se llama Cristina. Todos la conocemos por Pascua pero inexplicablemente en el registro civil aparece como ‘Cristina’. Y ella lo prefiere así… (vaya uno a saber..!); Vitoria tiene 13 años y es huérfana de padres. La adoptó mi amigo y vecino Parafino. Cuando llegó era un palillo de flaca con dos ojos grandes y una hermosa sonrisa pero sin palabras. Poco salía de la casa, ayudando siempre a mai Adelia con sus eternos niños chicos, Guebuza, Nito y ahora Alberto. Finalmente con las chiquillas del barrio aprendió a hablar y ya no paró más la Vitoria. Es muy inteligente ella. En abril pasado desafié a las danzarinas a que aprendiesen a leer. Vitoria fue la primera. Normalmente en un curso de 70 o más alumnos con un profesor que tiene 2º Medio y un año de pedagogía, difícilmente los niños aprenden a leer. Una mañana de noviembre apareció ella con un ojo en tinta y la boca hinchada. Una paliza se había llevado con Parafino porque la pilló medio pololeando con un vecino. Parafino prometió que nunca más haría eso y yo le ofrecí llevar a la Vitoria a Murraza para que estudie; Marta tiene 13 años y es hermana de Paulo, que desde septiembre vive con nosotros. La pequeña Marta prefirió huir de su hogar y refugiarse en casa de una enfermera a tener que seguir resistiendo las insistencias de un hombre que la venía a buscar para que fuera su tercera esposa. Su mamá quería entregarla en casamiento, pero su papá se oponía. En la tradición Sena normalmente las mamás tienen más dominio sobre las hijas mujeres. Marta terminó por arrancarse. Hasta el director de la Escuela se negaba a darle su certificado de notas… (el año pasado también era un profesor de la escuela el que quería casarse con ella). Paulo se la trajo de noche en moto, con certificado en la mano y todo. Porque no hay quien le gane las discusiones al Paulo. Esas son las 4 de Murraza. El domingo se vinieron Olimpia y Catarina al Hogar de otras monjas en Beira. El simpático (y rey de los flojos) de Castigo, con Severino y Zacarías están en el Hogar en la Misión de Gorongosa. Ayer me avisaron que Dorca había llegado desde Canxixe. Irá con las 4 de Murraza. El papá de Dorca, el gran Nyakwawa Luis Canxixe murió el año pasado, y quedó ella como la mayor de las solteras en un hogar con 8 viudas. Debe ser una guerra de tiras y aflojas para que Dorca siga estudiando. El sábado en la mañana fuimos a la aldea de Nyambira con Olimpia y la pequeña Roziña a suplicarle a Marita, su madre, que volviera al hogar donde están pai Buleza, enfermo, con Roziña de 8 y Manuel de 11, a cargo de la pequeña Biatriz, de 14. Marita se fue atrás de un fresco hace 6 años (el fresco la abandonó hace 4…). Y no quiso regresar ella a su hogar. El sábado volvió a negarse. Miedo, vergüenza… vayaunoasaber…

El domingo en la noche volví a revivir el desconcierto y dolor que me provocó en diciembre la noticia de que Inés, que recién terminó con muy buenas notas el 4º medio, acabó por ceder a uno de sus innumerables acosadores y se fue a vivir con el pololo a una choza. Ya la tenía casi matriculada en la universidad para que estudiara enfermería. Hubiera sido la primera mujer universitaria de Maringwe. Llegó el domingo en la noche a la casa con cara de “qué le vamos a hacer…” y con la sospecha de estar embarazada. Penas que dan los hijos. Estos son mis hijos. Para eso me he hecho cura. Eso lo tenía más o menos claro a los 16 años cuando decidí no casarme “para ser padre”. No quería ser cura, pero quería ser papá. Papá de muchos. Casi me caí de espalda la tarde en que Mocuba y Grimildo me presentaron su guagüita Niki y le decían “—salude al Tata…, sonríale a Vovó”... (¡!¿?!!) Paré que me vino el viejazo con todo este año… Pero también creo que se me está realizando, poco a poco, imperceptible pero irrevocablemente, el ansiado y profundo anhelo de sentir y amar con la guata. Queé coosaa… Envidio mucho a las mamás… Quiero sentir y amar como ama Dios. Debe ser lo mejor… La vida llena, la vida plena.

La pasamos de miedo el año que pasó. Entre julio y noviembre sufrimos algo de ese temor y vértigo que vivieron curas y monjas extranjeros entre nosotros en los años de dictadura. Hubo persecución, amenazas, insultos públicos, profanación de cruces y capillas, irrupción en la celebración de la Misa y hasta un ‘juicio’ publico con las monjas y conmigo acusados por los jefes policiales, de gobierno y del partido por… lo de siempre: “hacer política y estar en contra del César”. Terminamos agotados el año. Incluso en días 28 de diciembre y 1 de enero la población fue amenazada para no salir de sus chozas so peligro de ser macheteadas y muertas por una supuesta revuelta de la oposición. Compartimos con todos el clima tenso y amenazante. Y eso lo hacemos en nombre de Jesús, el Crucificado. Esta es nuestra fe, en eso creemos y así es nuestro amor. Sabemos que nuestra presencia es misteriosa pero sensiblemente Presencia de Dios y esperanza para el Pueblo. No es política, pero es inequívoco compromiso con la dignidad de los pobres. Acompáñennos por favor y ayúdennos en esto, que es camino difícil y hemos venido también en nombre y presencia de ustedes. Gracias!

Que el Señor Jesús nos bendiga con una vida entera para Dios y un corazón generoso para todos, Amén.

Kwenda



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