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Maringwe y Mpalame

Maringwe, 24 de julio de 2003

Queridos hermanos y hermanitas:

Ayer instalamos con Zeca por fin el panel solar que alimenta dos baterías que me permiten escribirles desde aquí en Maringwe. Quedé tan sorprendido como ustedes con la hermosa presentación con la que se distribuyó mi última carta gracias a los buenos oficios de los amigos de la Vicaría de la Esperanza Joven. Y tanta alegría como eso me dio el saber que ya partió un segundo grupo de jóvenes a Haití para ayudar a un pueblo más pobre que el nuestro. Estamos despertando al compromiso pendiente de “devolver la mano” por tanta ayuda de la solidaridad exterior recibida en nuestro Chile desde hace años. El desafío ha comenzado; hay que poner las manos y los pies a la obra, sin dejar que la vida se nos pase sentados en el sillón!!! He sabido de otras experiencias de jóvenes que han ido por un tiempo a Ghana, a Togo y a Cuba. Hay que lograr establecer puentes permanentes que amplíen la Mesa para Todos, nuestra Comunión, adelantando así el Reino. Y en este ‘misterio de dar’ es increíble la inmensa calidad de Vida que recibiremos. Las matemáticas del corazón humano, salido del Corazón de Dios.

Zeca llegó el 1 de Julio, como había prometido en mayo. Es de Marromeu y había vivido junto con los otros jóvenes en la parroquia durante 3 años. Todo lo habíamos planificado en septiembre del 2001: en diciembre de ese año se iría a Inhaminga a aprender mecánica junto a Español en el taller de la Misión, y de allí a Maringwe. Coincidió que su hermano João se vino como profesor primario a la aldea de ‘Makoko’ en este distrito. Y se había casado con ‘Bia’, una hija del profesor Julius, vecino nuestro de la parroquia en Marromeu. Todo en familia. Me ha jurado Zeca que no piensa casarse con Laura, hermana de Bia, que vive también aquí en Maringwe. Esos espero (...aunque Laura no le quita ojo y se amonona el doble desde el 1 de julio hacia acá). En estos momentos está Zeca junto a pai Simão, la hna. María y Marco terminando de construir una nueva choza para nuestro anciano vecino pai Sulo, que tiene los pies tan chuecos como si se hubiera puesto unos grandes zapatos al revés y que vive en una choza que parece un rombo. La iniciativa la propuso hace unas semanas la hna. Marta a la comunidad, a propósito de un evangelio sobre la caridad. Hacer del Evangelio la vida.

El jueves 4 de julio me llevaron la hna. Mónica y Zeca a Mpalame para hacer mi primera visita pastoral a una de las zonas de la parroquia. Fue impresionante la bienvenida: se habían congregado desde la noche anterior jóvenes y adultos de muchas comunidades de la zona para recibirnos cantando y danzando. Habían dibujado con cenizas blancas un ‘camino’ que adornaron con bananeras a todo lo largo del amplio terreno de la comunidad. El sito contiene la iglesia en el centro, una escuela comunitaria para la alfabetización de adultos, dos machesas, dos cocinas, una letrina, un cuarto de baño y dos piezas independientes: ‘casa de las hermanas’ y ‘casa del padre’ hermosísimamente adornadas con diseños de flores y plantas coloreadas de negro, rojo, verde y blanco, hechos con tintas de plantas, raíces, tierra, carbón y cenizas. Me sentí en mi casa. Después de comer unos choclos y papayas me dejaron allí. Con el animador de la comunidad fuimos a saludar al Ñakwawa, jefe ancestral y del que toma nombre el sector. A la mañana siguiente me devolvió la visita acompañado de su primera esposa, trayéndome una gallina y otros regalos. En la noche, después de comer y a la luz de una gran fogata asistimos a las hermosas danzas y teatros que habían preparado distintos grupos juveniles. Complejos pasos y coreografías sincronizadas de jóvenes y niñas acompañadas de exclamaciones, palmas, sonidos de boca, etc. Era mágico el ambiente. Pensaba en los remotos origenes que intenta recordar el famoso ballet irlandés “River Dance” (o algo parecido). Me rendí a eso de la medianoche, y me fui a dormir acompañado de los ritmicos tambores y cantos juveniles. Al día siguiente visitamos a algunas familias y enfermos. Me impresionó ‘Fazbem’, un tullido en camilla que desde hace dos años ha contraído una enfermedad deformativa y que la gente atribuye a un pecado cometido durante la guerra: haber pateado el cadáver de un enemigo. Aun sin saber eso, le leí el pasaje en que Jesús hace la mismísima relación entre la parálisis de un tullido en camilla y sus pecados. Fazbem quiere recibir el bautismo. Pero la comunidad opinó que este año sólo se le administrara el óleo del catecumenado. Le regalé un catecismo y espero que su corazón se esté preparando para la limpieza del perdón que necesitamos todos. La guerra es algo terrible. En la pasada Semana Teológica me encontré con la hna. Ermelinda, sobreviviente de la matanza a machete de 24 personas, incluyendo algunas mujeres y niños. Era un grupo de catequistas venidos de varias diócesis que se preparaban con algunos meses de formación para volver a animar a las comunidades que los había enviado sin obligarlos; sabiendo del riesgo de vida que corrian. Se habían despedido rezando y pidiendo oraciones. Ermelinda era novicia en una casa adjunta a ese Centro de Formación. Y cuando entraron los soldados de noche tratando de forzar la puerta de las hermanas y dirigiéndose luego a las casitas donde dormían los catequistas, una de las novicias se fue llorando a la capilla y tomó la imagen del crucificado y comenzó a abofetearlo gritándole: “¡Es así como tratas a tus esposas! No eres acaso nuestro marido?!! Qué te has imaginado!! No ves como están tratando de matarnos...?! “ Y seguía exigiéndole mientras las demás temblaban de miedo. Ermelinda dice que gracias a esa novicia es que se salvaron de la masacre. En la madrugada fueron a comenzar a enterrar los cuerpos. Me mostró una foto suya junto a la gran cruz con los nombres de los martirizados. Dice que son su familia ahora. Seis meses después de ese 22 de marzo de 1992 se firmó la paz en Mozambique. A los únicos 3 testigos de la masacre por parte de los asesinos, los han encontrado perdidos en el bullicioso silencio de los remordimientos. Enfermos. Hay que cuidarse de la guerra. Me sentí orgulloso cuando supe que nuestra ministra del exterior chilena se había opuesto publica y positivamente a respaldar la guerra contra Irak. Y me sentí confuso al leer que algunos de nuestros politicos y empresarios (católicos?) habian lamentado esto diciendo que perjudicaba los negocios. ...y se habla de ‘la ley de la selva’...??

Pero sigamos en Mpalame mejor.

Domingo 27 de julio de 2003

El sábado tuvimos encuentro todo el día con los jóvenes de las 7 comunidades de la zona. Lo dedicamos especialmente al problema de que las familias no mandan a estudiar a las niñas con 3 argumentos: 1) ‘para qué les va a servir estudiar si serán casadas muy luego (entre los 9 y 15 años) y se dedicarán al cultivo de la tierra y tareas domésticas’; 2) No había dinero suficiente para que las niñas también fueran a estudiar; y 3) ‘si aprenden a leer y contar luego van a mandar a los maridos.’ Hicieron teatro sobre el problema y con la ayuda de una profesora desafiamos un poco a los jóvenes haciéndoles notar que aunque pareciaran tener claro la igualdad entre hombres y mujeres, eran ‘ellos’ precisamente los que casaban muy jóvenes a las niñas. Todos tenían claro que el estudio era el mejor modo de salir de la pobreza, pero en realidad no estaban muy convencidos de que el estudio de las mujeres no las hiciera ‘sublevarse’ contra sus maridos. Y las niñas por su parte tampoco tenían muy claro el asunto, porque cuando les dijimos que frente a falta de medios se acercaran a las Hermanas para pedir ayuda, varias de ellas declararon: “Si, yo también quiero ser hermana”. En fin..!, es un desafío de tiro largo. El domingo celebramos la Misa con bautizo de 6 hermosas guaguitas, tres con ‘nombres de hermanas’; 2 Mónicas y una Matilda. Están acostumbrados a las Hermanas. Esa tarde los catequistas me llevaron orgullosos a conocer el pozo de agua, unos hornos para cocer ladrillos y su grande y bonita chacra comunitaria que cultivan entre todos cada miércoles. Cuando volvíamos nos encontramos con 3 niñitos que se pararon a mirar asombrados al ‘blanco’; comenzaron a retroceder asustados hasta que uno de ellos se puso a saltar y gritar “Vengan, no nos va a morder, ...es una hermana!!!” (¡plop!). Todavía en el camino nos encontramos con una especie de chillones macacos que andan de dos en dos, macho y hembra, fieles entre sí y que cuidan a sus crías comunes. Curioso. En la fogata nocturna leimos a los jóvenes una carta del director de la Escuela pidiéndo encarecidamente que los devolvieramos a sus aldeas para que no perdieran clases, pues ‘habían avisado que estarían toda la semana con el padre’. Después de cantos y danzas partieron un poco resignados pero iluminados por la paz de la Luna y la Comunión en los ojos y el corazón.

El encuentro de 4 días con los catequistas y animadores tuvo como temas principales la falta de formación de los catequistas, la lejanía de los puestos de salud (ese mes habían pasado 3 curanderos zimbabweanos que sacaron millones vendiendo humo y haciendo tajitos sanadores), la falta de agua en algunas aldeas, y el grave problema que tienen para guardar las cosechas y sacarlas a Maringwe para vender algo. Siempre fue el teatro como mejor expresaron los grupos sus preocupaciones y caminos de solución. Me sorprendieron con que en cada comunidad habían creado el ministerio de ‘profesor’, construyendo una escuelita junto a cada capilla para la alfabetización de adultos. Una de las conclusiones fue que cada adulto asista a esas escuelas comunitarias. Acualmente estamos tratando de implementar programas de pozos comunitarios y de silos mejorados, ambos financiados por la Cooperación Alemana. Cuándo será el día en que la ‘Cooperación Chilena’ asuma también progamas de desarrollo en Maringwe..?

A la vuelta me vine en la ambulancia del hospital que andaba por allá. Paramos en varias aldeas para hacer marcaciones geográficas con un GPS, datos que luego llevaré a la Universidad Católica de Mozambique que está actualizando los viejos mapas del país; ...hay que hacerle a todo. Anteayer comenzamos la excavación de un pozo para el barrio de nuestra capilla. El sitio lo elegimos con la tecnología del ‘palito’, ...recomendada por las organizaciones internacionales (alguno dira “ñcon razón no encuentran agua poh”, ...pero aquí aseguran que resulta). Espero que no tengamos que llegar a los 10 mts. de profundidad para encontrar agua.

Ahora los despido, hermanos, al son de rondas infantiles de complicadas y rítmicas combinaciones de aplausos y cantos que alegran la caida del sol en Maringwe, y que me hacen recordar los juegos de mis hermanas cuando eran chicas. Que no perdamos nunca la mirada de niños!!

Kwenda