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Maringwe 19

Beira, 26 de septiembre 2009 

Queridos hermanos y hermanas:

Hace ya tiempo que no escribo… bueno no exactamente porque en estos meses he ido descubriendo el famoso e increíble Face Book… tipo plaza o mejor un patio del colegio con juegos múltiples, grupitos, conversas personales, adivinanzas, chistosos, cuenteros, vendedores, cagüineros, activistas, religiosos, novedosos… entrete. Es siempre divertido asomarse… a ver quien está en el patio..? Si aprendiéramos a usar este lugar de encuentros para potenciarnos, para coludirnos en buenas ondas y no sólo por matar ansiedades y hacer tiempo… La verdad es que igual hay un par que me tienen súper metido… en qué – y cuándo? – trabajan, porque intervienen varias veces y todos los días. Son los animadores del patio y colorean la comarca, pero sería choro que a partir de aquí hiciéramos juntos cosas buenas… Bueno, yo pienso siempre en Maringwe, mi vida está centrada acá, y sueño con compartir este sitio con Chile…

Maringwe es un mundo de sorpresas para mí, de permanentes descubrimientos, desafíos, invitaciones. Eran estos lugares epicentro de una guerra de 17 años. Uno de los mecanismos de autodefensa de la población frente al caos, desgracia y amenaza permanente de la guerra con muerte, hambre, desajustes, huídas, etc. fueron las comunidades cristianas como unidades de organización y apoyo mutuo. En estos duros tiempos destacaron algunos catequistas que recorrían kilómetros a pata, muchas veces de noche, para ir a animar las comunidades llevando noticias, algunos panfletitos… canciones o simplemente compañía. Hoy son viejos respetados, reconocidos, venerados por todos, moros y cristianos que asistieron a sus esfuerzos por fortalecer la vida en los días de peligro. Uno de ellos es el viejo Daniel Bero, que en esos años de guerra se paseaba por las comunidades cristianas de los distritos de Chemba, Caia y Maringwe animando y sosteniendo la esperanza y el espíritu de la gente. Hacían formación religiosa y humana educando a los jóvenes en las tradiciones senas y en el catecismo de la Iglesia. Enseñaban a escribir usando hojas de bananeras y trozos de carbón. Viejo máh lindo el pai Daniel…! Hoy está retirado en su vejez, arranchado en su choza en Chemba, y su hijo Zakaría ha tomado la posta. En su desvencijada moto recorre las comunidades recogiendo y enseñando canciones que la gente y él mismo van inventando cada año. Tiene una paciencia de santo, los lentes chuecos y una graciosa sonrisa que crea ambiente de buena onda. Ya por tercer año consecutivo, y con sólo una semana de anticipación, nos avisaron que pai Zakaría podía venir por 3 días a Mpalame. De una hicimos andar el correo de la selva, que es bastante rápido… Llegaron 470 personas para aprender y ensayar por esos tres días en hermosos coros espontáneos las nuevas canciones. Es algo increíble… cómo gozan y hacen gozar hasta los árboles y pájaros en bellas improvisaciones que llenan el aire de danzas a ritmos de juegos de palabras recién aprendidos y repetidos en variantes nuevas. Los niños y las piedras se ponen a bailar solitos… Cuando pasan esas cosas se siente gratitud y certeza de que lo mejor de la vida está aquí... Y a mí me dan ganas de que mis amigos también vinieran a esto, que no se lo perdieran, me dan ganas de grabarlo, me tiritan las tripas, se me cae la baba… Pero estamos aquí abajo todavía… Y yo noté -todos notamos- que nuestro anfitrión, pai Félix, andaba preocupado, con la cara dura esos días (en realidad una car’e pescao que ni te explico). Pasaba que su hijo mayor se había metido en un tete recibiendo una no poca cantidad de un dinero robado… Ahora el dueño venía a reclamar y el papá tenía que dar la cara. Me preguntó pai Félix todo compungido si podía continuar a distribuir la comunión por las comunidades (yo pensé en tantos que ni se plantean esa pregunta cuando comulgan muy frescos y horondos en tanto roban cada mes el salario justo a sus empleados). Por supuesto que podía, todo el mundo lo conoce en su honradez y también saben de la estupidez de los cabros jóvenes… Bueno, Pasó un mes de ese magno evento y, nuevamente en Mpalame, pregunté a pai Félix por el caso. Con una tímida sonrisa me dijo “—ya resolvimos el problema; para juntar algo de la deuda vendimos toda la cosecha del año…” Chuuuu..!!! Vendió todo su año de trabajo, su hambre, la de su esposa y sus 6 hijos…! (todavía estamos aquí abajo…) Debo llevarle un par de sacos de maíz del que dan las comunidades como diezmo anual. Yo sé que la comunidad les va a ayudar y me alegro de eso. Aquí somos todos un seguro para el otro: “póngase la mesa y arrímese pa’cá, que todos cabemos…”. Insisto en recordar que una vez Mozambique ayudó a Chile en tiempos de crisis y sería hora ya de devolver la mano… Por eso es que no dejo de soñar con un tractor para nuestra misión. Pero también me pasa que con una docena de años en Mozambique ya me siento un poco cansado de pedir ayuda. Pocos nos pescan (pero gracias a esos pocos vivimos). África no vende, no tiene éxito, no interesa. A lo más como una curiosidad que entusiasma un tiempo y después se deja. Lo que vale es “mostrar resultados”. Lo que cuenta es ‘optimizarse’. Hasta percibo que con la palabra misión han querido camuflar el proselitismo, la subida de los números… (‘degenerados!’ dirían Mafalda y Lorenzo).

Como en Chile, Mozambique también tiene elecciones este año. Presidenciales y legislativas. Con una democracia en pañales… (de los que piden a gritos una muda!!). Al partido de gobierno no sólo no le gustan, sino que no soporta banderas de partidos de oposición. Ha sembrado el país con sus rojas banderas enfrente de cada escuela, enfrente de las iglesias, en las esquinas de los caminos. Tratan de saturar el paisaje, ensuciándolo. No aceptan no ser queridos. Y Maringwe (pa variar…) es protagonista en esta contienda. El partido de gobierno identifica a la Iglesia católica con la oposición. No se pueden imaginar que a uno no le interese el asunto. Me dedicaron toda una reunión del partido Frelimo en Maringwe. Amenazaron y denigraron a los católicos presentes (todos los funcionarios del Estado están obligados a ser miembros del partido –profesores, enfermeros, etc., …y juran que así es la democracia…). Advirtieron que me iban a ir a sacar la cresta a domicilio una noche… Maringwe es como una suerte de ‘capital’ de la Renamo y tratan de echarle la culpa a alguien sus bastante posibles malos resultados electorales –y quien mejor que un cura extranjero que no tiene familia que lo defienda. Pero la verdad es que aunque siento, lógicamente, un poco de temor, no me siento amenazado. Pienso, quizás ingenuamente, que todo el mundo en el fondo sabe que es un poco de ‘bluff’ esta cosa y, por otra parte, el Administrador del distrito es un hombre que tiene la cabeza bien puesta en el sentido común y el bien de todos. Un lujo en los cargos públicos, porque el poder suele ser como un imán que en las cabezas mueve los tornillos. Aparte que también estas notitas me clarifican mejor cuál es mi lugar en el baile de este mundo. Claro que no es fácil…, pero no he venido a tomar palco o esconderme en una cómoda posición. No es decente vivir así con el nombre de cristiano. Habrá que aguantar el chaparrón de la mejor manera… Me gusta mucho el epígrafe a un libro sobre Ché Guevara: “Para hacer algo hay que querer mucho. Para querer apasionadamente hay que creer con locura.” Que así sea

Un abrazo de los buenos

Kwenda

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No hay que morirse sin Africa en el corazón