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Maringwe 14, UC en Moz

Maringwe, 14 de abril de 2007

Queridos hermanos y hermanitas:

Acabamos de llegar de Beira a Maringwe con Roque y Sumiano que irán mañana a la aldea de Thowe a ver las condiciones para comenzar las obras de construcción de una cocina, almacén y comedor, además de un pozo de agua con bomba y tanque, para un programa de alimentación escolar financiados por Laura y Harrie, un matrimonio holandés que en 2001 adoptó como hijas a dos pequeñas huérfanas mozambicanas. El Reino es posible y no está tan lejos.

Yo no soy biólogo ni zoólogo ni nada parecido. Me he encontrado con humanos y algunos otros animales por la vida…; pero la novedad  que tenían en casa Castigo y Severino nos supera y deja lelos:  el mismo día de la Pascua, después de nuestra salida a Beira, al anochecer, Castigo descubre una gordota y corta serpiente­ –de las llamadas “chipiri”, muy venenosas­­­­­­– cuando justo quiere entrar por el umbral de la casa. Con Severino y la ayuda de João, director de la Escuela de Thowe, que llegaba en ese momento de visita, lograron matarla a palos. João incluso le cortó la cabeza a la serpiente con un machete. Y la dejaron ahí para mañana enterrarla. Al día siguiente descubrieron sólo la cabeza de la serpiente (que en la noche había quedado unida al cuerpo por una pequeña franja de piel) en el lado de adentro de la puerta de nuestra casa y por el otro lado el rastro nítido de ella en su huída… Severino dice que es otra serpiente que la vino a buscar y la arrastró hacia lejos. Pero se descubría claramente una sola huella… No sé si mi amigo Alfredo Ugarte pueda explicarme esto: una serpiente que huye sin cabeza. Pero a mi me deja admirado la fuerza de la vida y lo desconocido que nos es nuestro mundo, la casa que habitamos. Nuestra ignorancia es evidente.

En marzo viví en Chile un mes lleno de admiraciones y esperanzas: una semana después de mí arribó Calisto a Pudahuel. Fue realmente increíble; desde nuestra pequeña Maringwe en el interior de África a nuestro tremendo Santiago!! La idea es estar inventando un solo y nuevo país. Creo que esto es adelantar el Reino. Para descubrir y fundar hemos nacido. Calisto viajó solo desde Mozambique a Chile. En Johannesburgo Marisol lo dejó en el aeropuerto encargado al personal de la línea aérea. Pero en el aeropuerto de Sao Paulo Calisto tuvo que ir puerta por puerta preguntando con el  pasaje en la mano de dónde y a que hora salía el avión para Santiago. Felizmente llegó …para sorpresa y alivio de todos.

 

Maringwe, 29 de mayo de 2007

Anteayer domingo en la noche nació en Maringwe el hijo de Calisto y Lurdes, que recibió el nombre de Javier porque nació en la época en que Javier había invitado a Calisto a Chile. Y hoy hace 15 días que están 4 chilenos en Mozambique: Coni, Macarena y Tuti, que han venido por 6 meses y Pablo que ha venido por dos meses. Ya hemos pasado una semana en las comunidades más lejanas de Maringwe y es increíble cómo con todo ánimo y voluntad se van integrando a la vida simple y distinta de nuestras aldeas: de inmediato comenzaron a preguntarme cómo se saludaba en chisena y ya cada uno puede presentarse en esta lengua (“Yo me llamo Maca, tengo 22 años, vengo de Chile, estudio Medicina, no tengo hijos ni soy casada”). No se quedan encerrados en si mismos esperando que les presenten un programa, sino que arman de inmediato juegos con los niños y se acercan a preocuparse por la salud de las personas. Ya tenemos viviendo con nosotros a dos enfermos que se trajeron de lejos. A uno llevaremos mañana al Hospital de Beira y a la otra acompañaron ayer a nuestro pobre Hospital de Maringwe  para juntos tratar de ella, que tiene una antigua mordedura de serpiente (chipiri también) que no ha cicatrizado en años. No les da nada comer con la mano, como todo el mundo y con todo el mundo. Estoy admirado y agradecido. Están dando y recibiendo vida.

Cuando iba frecuentemente a Beira para enterarme de la llegada de los chiquillos y de cómo le iba yendo a Calisto en Peñalolén, una vez me fui a dedo y en el camión que me paró, en medio de toda la gente ahí, iba recostada y durmiendo a todo sol una mamá enferma. Su pequeño hijito dormía apoyado en su espalda. Una vieja fumaba placidamente un cigarrillo engullendo su brasa boca adentro. Cuando le vino un ataque a la mamá noté, por el tipo de convulsiones con la espalda arqueada, que estaba enferma de tétanos. Todos nos preocupamos, alguien le dio un pedazo de pan al niño que se despertó, y comenzaron los comentarios relativos a casos similares …siempre con resultado de muerte. Yo también los había visto. Otra cría comenzó a llorar. Estaba envuelta en una capulana en brazos de su  joven papá y por eso no la habíamos visto. Rosadita, no debía tener ni diez días de nacida. Delicadamente el papá acomodó a la cría a un pecho de la mamá enferma y delirante. Mudo y perplejo –nuevamente perplejo en nuestra África pobre y luminosa– me salían lágrimas contemplando el amor que se da nutriente hasta la muerte en este camión que nos lleva a todos y que es como la vida, pensando en nuestro Dios en la Cruz. Es que si Dios no es así como esta mamá, es una pura estafa. En este Dios espero y creo.

Que nos bendiga Él, que en su muerte nos está dando vida. Y que nosotros sepamos descubrir, llamar, inventar el único País, el Reino que está tan cerca y que nos toca …a pesar de todo, Amén.

Kwenda


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