Mi historia como mamá

¡Hola! Mi nombre es Carolina y hace un año tres meses me gradué como mamá. Nunca me imaginé que la maternidad a mis 24 años sería tan hermosa, siempre me cuestionaba si llegase a quedar embarazada, cómo lo tomaría, si mal o bien, pero les puedo ser sincera, creo que mi hijo Nicolás llegó en el momento preciso.

No les miento que al principio sentí mucho miedo, miles de preguntas surgieron en mi mente… ¿Mis estudios? ¿Mi familia? ¿Mi trabajo? Gracias a Dios el padre de mi hijo  hizo que todo fuera más fácil, siempre mostrándome seguridad, tranquilidad pero sobre todo amor.

En el momento en que escuché su corazón latir por primera vez, miles de emociones pasaron por mi cuerpo, en ese momento supe que mi vida tenia aún más sentido, ese latir tan veloz me decía: estoy aquí contigo, crezco de apoco dentro tuyo, ¡ya no estás sola!  Después de esa primera ecografía mi visión fue distinta, iba a formar una familia, una personita confiaba en mis cuidados para que crecer fuerte y muy sanito, y así empezaron a pasar los meses y fui descubriendo y sintiendo a mi bebe con sus pataditas, sus movimientos que desfiguraban mi pancita, sentía que él cada mañana me recordaba que estaba ahí creciendo dentro mío. Todo mi proceso de embarazo tuve la dicha de ser bien regaloneada por todos, Nicolás era el primer nieto de ambas familias todos lo esperábamos con ansias  hasta que al fin llego el día… ¡Dios! ese momento fue único, sentir su respiración y calmar su llanto en mi pecho decirle que todo estaría bien que ya estaba con los papis. Fue mágico ver que mientras más le conversaba se comenzaba a quedar calmadito con solo escuchar mi voz, desde ese momento lo ame aún más.

Si me preguntan qué se siente ser mamá yo les diría que es algo mágico, es una conexión con tu bebe que no puedes explicar, saber cuándo tiene hambre o sueño, ver sus ojitos que te muestran una paz increíble.

Una vez me contaron que los angelitos escogen a sus padres, ellos nos ven desde algún lugar y nos eligen. Si es así, Nicolás confió en mí como madre y prometo no fallar y mucho menos faltarle, guiar cada paso y decisión que tome. Por ahora disfruto con cada descubrimiento que hace, sus locuras, sus primeras palabras, sus pataletas, sus cariñitos en fin, muchas más cosas que me esperan por aprender como mamá, en  una aventura que no parará nunca.

Carolina