Comunicados
Biografía del P. Andre Jarlan Pourcel

Nació el 25 de mayo de 1941 en Reginac, Francia. El 16 de junio de 1968 fue ordenado sacerdote diocesano en Rodez y nombrado vicario de la parroquia de Aubin, zona minera, donde rápidamente entró en contacto con el mundo obrero. Pronto fue asesor de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y de la Acción Católica Obrera (ACO) de su región.

Sus amigos de ese tiempo lo describen como "un hombre siempre disponible, abierto al diálogo con la gente y que después de su descubrimiento del mundo obrero había elegido vivir junto a los más desheredados". "Exigente consigo mismo, también reclamaba a sus colaboradores una entrega total, la mayor generosidad".
Urgido por este llamado, Andrés ingresó a los Sacerdotes del Prado de Lyon, grupo especializado en la ayuda a los más pobres entre los pobres, tanto en lo material como en lo espiritual.

Su vocación lo llevó, en 1982, a querer prestar su servicio en América Latina. Preparándose para ello participó en los cursos de la Universidad de Lovaina, Bélgica, para estudiar la lengua española.

En febrero de 1983 llegó a la parroquia Nuestra Señora de la Victoria, en Santiago de Chile. Sabía que sería una misión difícil, pero estaba feliz ante la idea de compartir su suerte con los pobres, a quienes está dispuesto a dar todo sin reservas", según palabras de su hermano Georges.

"Siento aprehensión por la masa de los trabajadores y por la inmensa juventud obrera. Descubro a un Dios cada día más grande y me siento cada vez más comprometido en las opciones fundamentales de la Iglesia", escribía a un amigo poco antes de venir a Chile.

Llegó a Chile el 23 de febrero de 1983. Murió el 4 de septiembre de 1984, aproximadamente a las 18:45 hrs. Una bala le quitó la vida cuando estaba orando el Salmo 129.

Ese año y medio en la Victoria quedó grabado en tantos que compartieron con él su quehacer pastoral, su incansable acompañamiento, su sonrisa permanente, especialmente en los jóvenes.

El Cardenal Juan Francisco Fresno, en ese tiempo Arzobispo de Santiago, dijo en la homilía de la misa fúnebre: "Andrés, hermano, tu servicio y tu entrega no van a quedar infecundos. Ellas no han terminado con tu muerte. Hoy mismo empiezan a florecer con una fecundidad que Dios concede a los que son llamados a dar su vida por amor."

El 8 de septiembre de ese año, a las 14, 42, desde el Aeropuerto de Pudahuel, partió el cuerpo del P. Jarlan a Francia. Lo despidieron miles de personas que han guardado su recuerdo y compartido sus enseñanzas.