¿Quién nos separará del amor de Dios?

Mensaje del Obispo de Melipilla, Mons. Enrique Troncoso, para ser leído en todas las misas de su diócesis.

A toda la
comunidad cristiana
de nuestra Diócesis

Queridos Hermanos y Hermanas:

Hoy nuestra Iglesia está viviendo momentos muy difíciles y dolorosos. No podemos dejar de lamentar hechos que han empañado a nuestra familia como los ocurridos en Chile con algunos sacerdotes y un obispo, casos conocidos últimamente a través de los Medios de Comunicación.

Sabemos que en esta familia algunos hijos cometieron errores y no unos simples errores, sino que algunos muy graves, pero ante esto debemos asumir el ejemplo de Jesús que condenó al pecado, pero no al pecador... Él no estaba de acuerdo con lo que hizo la mujer adúltera (Jn.8, 3-11) pero sí amó, acogió e invitó a esa persona a una conversión. Nosotros también, como hijos de esta Iglesia, debemos condenar estos actos, denunciarlos y aceptar sus castigos, pero también amar, acoger e invitar al cambio de vida de estos hijos.

Esto nos muestra claramente la dualidad de nuestra Iglesia que, por un lado, es Santa (por todo el bien que Dios realiza a través de muchos hombres y mujeres) pero también pecadora (por toda la debilidad y el pecado de nosotros).

Y ante este misterio de la Iglesia Santa y Pecadora ¿Qué nos queda por hacer a nosotros los cristianos? ¡Mirar a Cristo!... Él es el centro... Él es quien no falla... sólo a Él debemos seguir. Y estando con Él, ¿Quién nos separará de su amor?... "Si Él está con nosotros, ¿quién podrá estar contra nosotros?" (Rom.8,31)

Ante esto tenemos que mostrar una actitud de mucha oración, todo se puede para el hombre y la mujer que tiene su fe y esperanza puestas en Dios: debemos orar por los que han sufrido más directamente para que Dios sepa recompensar cada lágrima derramada; también orar por quienes han cometido actos dolorosos para que sean capaces de arrepentirse de corazón y que el Señor les conceda el perdón; y orar por toda esta familia que es la Iglesia, para que estos hechos, más que alejarnos, nos unan en el seguimiento de Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida nos purifiquen, nos hagan más humildes y nos inviten a ser cada día más santos y santas en nuestra vida.

Ayudémonos, apoyémonos, busquemos criterios para conocer la verdad, digamos las cosas a tiempo, no esperemos a que sea tarde. Este Obispo no quiere que en la Diócesis se sufran hechos como los que todos conocemos. Los sacerdotes debemos ser ejemplo de santidad y virtud para los fieles; debemos seguir entregándonos por el bien de nuestro rebaño; debemos seguir haciendo el bien a tanta gente.

Nuestra Diócesis puede estar tranquila porque haremos todo lo posible para que nuestros sacerdotes sean el ejemplo vivo de Cristo en cada comunidad y continúen fielmente con el mandato que Él nos encargó.

Es también momento oportuno para reconocer y respaldar la hermosa tarea del sacerdote, constatando que la inmensa mayoría está en el verdadero camino, dando el servicio pastoral que merecen los hijos de Dios.

Afortunadamente los católicos valoran y quieren mucho a sus sacerdotes.

Ahora, al inicio del Mes de María, invocamos su protección materna sobre todos nosotros. Y a la vez convoco a una Hora Santa en todas las iglesias y comunidades católicas, para el Jueves 14 de Noviembre presente, orando en silencio por nuestra Iglesia entera.

Con el afecto de siempre, les saluda su Pastor

+ Enrique Troncoso Troncoso
Obispo de Melipilla

Melipilla, 8 de diciembre de 2002.


Nota: Para ser leída a los fieles en todas las misas de la Diócesis.