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Opinión / Cartas al Portal


Aporte a la jornada de oración por la humanidad ante el Covid 19

Carta a Dios

Querido Dios

Hoy, con toda la deferencia y humildad que mi persona pueda desplegar, espero poder llegar hasta Ti, reconociendo en primer lugar que me debo completa a tu bondad y afirmando rotundamente que todo lo creaste y eres Dueño y Señor de la integridad absoluta, quedando yo y la humanidad entera, en una indiscutible condición de creatura frágil y vulnerable, inserta en un mundo del cual poco, muy poco sabemos, y que con una desfachatez y soberbia impensable existiera, nos apropiamos de él, lo manipulamos a nuestro antojo, lo despilfarramos, y lo arruinamos. Quiero que mi palabra llegue a ti y se plasme con tinta en estos días tortuosos, sin la soberbia ni la prisa del tiempo, en que te ruego nos viertas sin demora tu inagotable y sencilla compasión.

La insufrible angustia que nos trae la incertidumbre, inseguridad y falta de normalidad hoy, al estar insertos en una tormenta sin saber bien a quien, ni a que arrimarse, es lo que me lleva a ponerme de rodillas y ha implorarte nos tiendas la mano y nos rescates de las olas en furia. Tan consciente como arrepentida estoy, por tantas veces que hemos querido borrarte de nuestra historia, cubriendo tu rostro Omnipotente y Todopoderoso con el manto de la mentira y la miseria, toda vez que traspasamos los límites del bien y la verdad, y desequilibramos a la santa razón.

Y así fue, que sin darnos cuenta nos vimos envueltos en la cruda realidad de nuestra necedad y fragilidad, fondeada tanto tiempo en la arrogancia, el poder, la vanidad y la ignorancia. Nuestro perverso juego a ser los dioses de un mundo sin control, de golpe y porrazo se acabó.

Te pido me perdones, nos perdones, estoy segura cómo humanidad aprenderemos con tu ayuda nuevamente a caminar, por la senda del bien, porque ya comprendí y creo muchos también, que solo somos creaturas y junto con el mundo y el universo entero, dependemos absolutamente de Ti.

M. Verónica Correa