De la Psicopolítica, las Redes Sociales y la Inquisición Española.
La intuición de las redes sociales ha sustituido al conocimiento. En efecto, se impide el cuestionamiento a la consigna de moda, tomando así rasgos violentos de totalitarismo, empero, astutamente disimulado. Digo, pues, se inicia una nueva temporada de pogromos.
A la adecuación antedicha, la psicopolítica es, según Byung-Chul Han, “aquel sistema de dominación que, en lugar de emplear el poder opresor, utiliza un poder seductor, inteligente, que consigue que los hombres se sometan por sí mismos al entramado de dominación”, vale decir, que el individuo no tiene conciencia de estar sometido, repitiendo peligrosamente lo que impone la masa en base de memes.
Sin embargo, esto no es reciente, recordemos, en 1517 la Iglesia Católica se divide asentando al Protestantismo. Ciertamente, Guillermo de Orange y Jonh Foxe lo entendieron muchísimo antes utilizando la imprenta, de tal guisa, Foxe escribe “El Libro de los Mártires” vituperando y otorgando la perversa fama que conocemos de la “Inquisición Española”.
Pese a las críticas, los Tribunales Inquisidores eran más garantistas que los tribunales de la época, además de tener mejores condiciones humanas que los otros, de hecho, existen relatos en que los presos cometían herejías para ser juzgados por la Inquisición Española. Asimismo, las torturas, según consta en los documentos, eran poco frecuentes, en efecto, el Inquisidor tenía como tarea velar por la salud de los acusados acompañado de un médico, pues, las confesiones no eran válidas si estas no eran ratificadas 24 hrs después. Paradójicamente, sólo existieron tres tipos de tortura.
Con un fin meramente didáctico, analicemos unos números, Henry Kamen estima que en 350 años de inquisición hubo 3.000 muertes, mientras que en un periodo similar en Alemania se quemaron a 25.000 brujas, en el resto de Europa la cifra llega a 50.000; en Chile hubo 3 procesos inquisitivos sin ningún ejecutado.
Como réplica, nacieron las descalificaciones personales, Lutero recibió fama de borracho, desdoro que llegó incluso a estos párrafos. Digo, no dejemos que la desinformación se transforme en conocimiento, pues, “el saber no ocupa lugar”.
gustavo bombal apablaza
Abogado
