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Amén: Francisco responde

por Carlos Correa Acuña

Disponible en Star Plus.

La idea de los realizadores Jordi Évole y Marius Sánchez de confrontar al Papa Francisco con una serie de jóvenes que tienen visiones distintas a los dogmas de la Iglesia puede ser tan arriesgada como provocadora. Primero tienen que tener la venia del principal involucrado y segundo, conseguir a los protagonistas, que deben provenir de un mundo juvenil que tiene cada vez más reparos respecto a una institucionalidad que ven antigua y lejana. Veamos cómo resulta la experiencia.

El inicio del documental no da muchas pistas sobre lo que veremos en el transcurso de los siguientes 83 minutos. Por una parte, los diez jóvenes están preparándose para el encuentro, la mayoría por primera vez en Roma (incluso, en uno de los casos, su primer viaje en avión), y por otra, observamos al Santo Padre filmado coloquialmente camino a la reunión.


Para todos es algo nuevo y tienen muchas expectativas, Francisco incluido. Representando a varios países -España, Senegal, Argentina, Estados Unidos, Perú, Colombia-, creyentes, no creyentes, y un musulmán, concurren a esta particular cita en el barrio el Pigneto de Roma y participar en un evento inédito con el “jefe” de la Iglesia Católica con artillería pesada: preguntas sin filtro que prometen ser respondidas por el Santo Padre, también sin tapujos ni censura.

La realización de este documental es pulcra, se nota el cuidado de los detalles y la supervisión de cada movimiento a través de una fina y precisa edición. La primera pregunta que emerge es sobre la elección de los jóvenes y cómo llegaron hasta allí, cuál fue el proceso que determinó que fueran ellos y no otros los invitados. A renglón seguido. aparece una nueva interrogante, esta vez un poco más de fondo y que se refiere al encuentro propiamente tal: ¿cuánto se ha editado, cortado o guiado? ¿Podemos leer entre líneas sobre lo que es mostrado y lo que suponemos quedó fuera del corte final? Son algunas preguntas que el documental no responde pero quedan dando vueltas, sobre todo luego del visionado.

Volviendo a lo concreto, es notorio que el Papa se ilumina cuando ve a los jóvenes. Sus dolencias -el molesto dolor a la rodilla que le afectaba en Junio de 2022, fecha del rodaje-, parecen pasar a segundo plano. Vemos a Francisco distendido y risueño en el saludo inicial, bromista incluso y muy cercano para romper el hielo. Parece genuino y honesto, tal vez no improvisado, pero se aprecia real. Cuando la tensión crece, producto de cuestionamientos importantes, probablemente observamos los momentos más difíciles del rodaje, con un Papa que no puede ocultar su incomodidad, pero que, sin embargo, se mantiene en atenta escucha.

Las variadas preguntas y temas provienen de las diferentes historias personales de los participantes, y son planteadas siempre en un clima de respeto y confianza. No parece haber ningún tema tabú, pues transitamos desde las finanzas -si recibe un sueldo y su relación con el dinero-, hacia el complejo fenómeno de la migración, incluido el racismo, la colonización y aquello que Francisco define como la “esclavitud actual”, cuando pone el ejemplo de una mujer a la que se le ofrece un trabajo de once horas diarias por 600 euros al mes.

La sección central es la que ocupa más minutos y aborda dos grandes problemáticas. Primero el aborto, con preguntas difíciles, contra preguntas y diálogos entre los mismos jóvenes mientras el Papa escucha. La distinción es clara para Francisco, la Iglesia debe preguntar menos y ser misericordiosa como Jesús. A continuación es enfático en señalar que una cosa es acompañar a la persona que hizo esto y otra cosa es justificar el acto. De la sartén a las brasas; el tema siguiente son los abusos sexuales, la pederastia en la Iglesia, momento en que un joven español abusado a los 11 años no puede contener la emoción. Su testimonio conmueve. Explica que su abusador fue condenado y que luego se redujo el castigo. Para sorpresa de todos, saca una carta escrita de puño y letra por el Papa Francisco, una respuesta directa a su padre que le señala recurrir a la instancia correspondiente, sin embargo la Congregación para la Doctrina de la Fe instruye posteriormente reponer el buen nombre del abusador. Impacto y doble tensión, pero Francisco es clarísimo respecto a la política de tolerancia cero en estos casos: evidentemente dolido expresa que se está trabajando para combatir justamente estas situaciones y que, por cierto, los abusos de menores no prescriben nunca.

En el tercio final del metraje se abordan, con mucha transparencia y sinceridad, temas de identidad de género, el rol de la mujer en la Iglesia, las nuevas aplicaciones comunicacionales como Tinder y el desarrollo de la sexualidad. Ante el testimonio de una joven que se dedica a producir contenidos para adultos en línea, Francisco inicia la discusión indicando, en positivo, la gran oportunidad que ofrecen los nuevos medios, y al mismo tiempo distingue con claridad que la moralidad depende del uso que se les dé. Ante diversas opiniones controvertidas, el Papa señala que “el sexo es una de las cosas bellas que Dios dio a la persona humana”, e indica que la catequesis, en ese sentido, se encuentra aún en pañales.

Casi al final, luego del contrapunto entre una joven que se siente bendecida por la fe y otra dañada por abusos de poder durante su formación en una comunidad religiosa, el Papa acoge, no juzga ni tampoco intenta modificar puntos de vista. Si hay espacios que dañan, señala, lo más sano es alejarse, allí se encuentra la valentía. En cambio, a la joven que se siente plena le advierte que puede venir una prueba dura y que debe prepararse para ello; “también en el momento de oscuridad está el Señor”, indica Francisco.

Aunque puede ser más interesante para quienes no participan activamente de la Iglesia, resulta interesante el formato y la temática de este trabajo documental pues muestra al Papa desde otro ángulo, cercano, afable, sin protocolos ni restricciones formales. En un diálogo fluido, Francisco no intenta imponer nada, sin embargo, sin ser tajante o cerrado, entrega un mensaje claro para cada uno de los temas abordados. Pero fuera de las respuestas del Santo Padre, resuena que tenga la oportunidad de verse expuesto a cuestionamientos directos, sin barreras, interpelado por interlocutores que quieren mostrar su realidad. Esto es muy valioso, y tal vez por ello el Papa agradece el momento y lo valora genuinamente. Se sabe que en ocasiones, la soledad del poder no permite que algunas voces puedan ser escuchadas, sobre todo las más críticas y negativas. Acá las tenemos y el resultado es enriquecedor para todos aunque no haya necesariamente un acuerdo. En palabras de Francisco, diversidad y fraternidad parecen ser las claves del camino.

FICHA TÉCNICA

Título original: Amén: Francisco responde
Año: 2023
Duración: 82 minutos
País: España
Compañías: Producciones del Barrio. Distribuidora: Disney+, Star+, Hulu
Género: Documental | Religión
Reparto: Documental, Intervenciones de: Pope Francis
Dirección: Màrius Sánchez, Jordi Évole

 

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