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Sayen

Disponible en Amazon Prime Video.

La acción transcurre en los bosques del sur de Chile, donde Sayen -Rallen Montenegro-, una joven Mapuche, se debe enfrentar a los miembros de una organización extranjera, un consorcio internacional que quiere adueñarse de las tierras de su familia para extraer cobalto, un valioso mineral que se encuentra en forma abundante en los subsuelos.

La destrucción del ecosistema es inminente; la amenaza es seria. Además, los conspiradores no tienen ningún escrúpulo en poner el pie encima a quien se oponga. Están acostumbrados a “solucionar problemas”. Tienen redes políticas gracias a sobornos, son gigantes, y ya han desarrollado estrategias similares en África y Brasil.

Cuando Sayen descubre las verdaderas intenciones de Antonio -Arón Piper-, el hijo del mayor accionista, la confrontación cambia de matiz, sobre todo luego de un violento giro que modifica totalmente la dinámica de los acontecimientos.

Con guion de Patricio Lynch y Carla Stagno, esta primera parte de lo que será una trilogía está dirigida por Alexander Witt. La asociación de Amazon con la productora Fabula genera buenos frutos, pues los puntos más altos de la cinta tienen que ver con la fotografía, con los entornos y paisajes en los que se desarrolla este thriller, lo que resulta propicio para mostrar la geografía, la cultura, la lengua -muchos diálogos están en mapudungun-, y los colores del sur de nuestro país.

Durante sus 94 minutos de duración, “Sayen” garantiza acción y buenas coreografías en los enfrentamientos. Sin embargo, sus diálogos, a mi modo de ver, no logran consolidarse, se sienten algo flojos y forzados; también la música -las canciones elegidas y su estilo, no así la partitura incidental-, resulta poco ad hoc a las imágenes que acompaña.

Con muchas caricaturas y estereotipos, esta película desaprovecha su elenco actoral. La solidez de Alejandro Trejo flaquea, la prestancia de Loreto Aravena está lejos de sus mejores entregas, y Arón Piper -“Elite”-, se ve extremadamente delgado en un papel al que podría, claramente, sacarle mucho más partido. Del grupo protagónico, solo destaca Rallen Montenegro, el alma de la cinta; en ella está el foco principal y lo lleva muy bien. 

Como se anuncian dos entregas más, muy probablemente en otros escenarios, los realizadores tienen una buena oportunidad para potenciar aciertos y enmendar falencias en una historia que bien podría emprender un interesante vuelo.