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Maringwe

Maringwe, Domingo de Ramos, 4 de abril del 2004

Noche de Luna, calor intenso

Transpirando este calor extravagante, tengo en mi memoria la plaza Ñuñoa, donde viví los 4 meses en Chile. La Misa de despedida, los amigos. Estoy de vuelta en Mozambique y en el silencio lleno de grillos y estrellas bajo el cielo de Maringwe. Pero es cosa distinta, inédita, estar en el mundo sin la mamá. Es el ancla que te ata a la tierra y el referente ‘para quien’ vives. Es nuestro primer Tú, el Rostro de Dios. Ahora la muerte y la resurrección se hacen personales y la vida más verdadera. Es increíble...

Me di cuenta que estaba en Mozambique el otro día en la capital, Maputo, cuando volvía a la casa de Jorge y Quena de noche y en ‘chapa’ (colectivo tipo transporte escolar donde la capacidad máxima es todos los que quepan); todos apretados y conversando, escuchando a Carol King y a Tom Jones a todo chancho, con diferentes versiones de nombre a la calle donde tenía que bajarme. En cada paradero se estiraban manos infantiles a vender queques, bananas o jugo fresco a los pasajeros que volvían del trabajo. Más allá entre dos empujaban a un guatón tratando de hacer partir la moto. La chapa y la moto pasaron un semáforo con la luz permanentemente en rojo. Sugirieron que me diera otra vueltecita en la chapa para tratar de reconocer la calle. Cuando al fin llegué a la casa hubo apagón en la ciudad, pero todo el mundo salió a ver los fuegos artificiales con que un pakistaní inaguraba su nuevo negocio en el barrio; ...estaba en Mozambique. Consolador...

Estamos en plenas lluvias y me vine de Beira sin saber si podría entrar a la Villa debido al camino inundado. En Ñamapaza me fui encontrando ya con amigos que me informaban de las novedades. Algunos nacieron y otros murieron. Entre éstos murió nuestro amigo Basilio, director distrital de Agricultura, con el que llevábamos los programas de pozos comunitarios y graneros familiares. Alegre y trabajador, muy ordenado y hermano activo de la comunidad. Fue la última persona de Maringwe de la que me despedí cuando nos cruzamos justamente allá en Ñamapaza y yo salía deprisa para Chile. Le dejé recado de un granero comunitario para Ñadongo y que hoy ya está construido. Pero la hermana muerte es una vecina cercana acá en Maringwe.

Beira, 19 de Abril de 2004
Hoy he mojado tres camisas de transpiración. Se abre la puerta de un auto, salta una chala al suelo, después baja el pie que la calza y luego el resto de la tremenda gorda. En la vereda una bandeja de pastelitos a la venta cubierta con la máscara de un ventilador viejo, y al frente una negrita le canta a un teléfono publico en plena calle, ...estoy en Mozambique, no hay duda. Aparte que Zito, el niño vagabundo que conocí hace algunos años y me quería llevar a Marromeu, me reconoció en la calle y se me puso a caminar al lado y a conversar como si nos hubiéramos visto ayer. Aparte de que el jueves de pascua ya me pilló la vieja malaria. Pero celebramos los días santos y la Resurrección con una solemnidad emocionante en medio de la pobreza. ¡Cómo bailaban esas danzarinas en torno al fuego pascual...!! Y en la mañana de Pascua esparcían pétalos de flores danzando por el pasillo de nuestra pequeña capilla...! Para no olvidarlo y saber que la vida triunfa sobre la muerte porque el Señor ha hecho que nuestros sufrimientos borren nuestros pecados. Dios se ha dolido, ha llorado y ahora nos sonríe en la certeza de la vida que renace para siempre. Feliz tiempo de Resurrección para todos, especialmente para los pobres!!! Y que en nuestro confuso mundo sepan que el poder nace de la cruz y no de la fuerza. Nosotros somos testigos.

Un abrazo grande

Kwenda