Conmemoramos sacramentalmente la ofrenda que Jesús hizo de sí mismo al Padre, de una vez para siempre, para la salvación de toda la humanidad;
Realizamos el memorial de la Cena Pascual que el Señor celebró con sus apóstoles, la primera Eucaristía: su Cuerpo partido y su Sangre derramada por nuestra salvación;
Es la institución del sacerdocio ministerial;
Finalmente, celebramos el precepto de la caridad y del amor mutuo que el Señor nos entrega en su ejemplo de servicio al lavar los pies de sus discípulos.