La costumbre de celebrar en nuestra Arquidiócesis el Día del Catequista en modo sucesivo, vale decir, a nivel parroquial un año, vicarial el otro y arquidiocesano el tercero, permite variados aspectos positivos: la comunidad parroquial conoce a sus catequistas, los catequistas, por su parte, pueden relacionarse con otros hermanos en la fe en semejante misión, cuando participan en las Vicarías o en el encuentro arquidiocesano. Este año corresponde celebrarlo por Vicarías.
Celebramos el Día del Catequista el sábado 1 de junio. Son numerosos los catequistas que sirven en pueblos, muchos de ellos lejanos geográficamente de las parroquias. Otros lo hacen en las comunidades parroquiales y en colegios. Felizmente el número de los que se comprometen en esta bella misión en la Iglesia, crece paulatinamente.
Hay parroquias que en sus programas contemplan encuentros mensuales de formación con los catequistas, generalmente presididos por el párroco y el coordinador para la catequesis.
La Comisión Arquidiocesana va asumiendo la tarea de coordinación, ofrecimiento de subsidios y material catequético, como también de animación a los catequistas en sus respectivas comunidades. Es un grato deber para este servidor, manifestar gratitud e instarlos a seguir adelante en esta misión tan importante de la formación permanente de todos los catequistas de la Arquidiócesis.
Al celebrar una vez más el Día del Catequista, en la víspera de la gran festividad de la Ascensión del Señor, los saludo a todos manifestándoles mi entera gratitud por este importante servicio en la transmisión de la fe a la actual generación de niños, adolescentes y jóvenes, obviamente también de los numerosos adultos que se acercan a las parroquias, con sencillez y humildad, buscando progresar cada vez más en un conocimiento sólido de su fe para dar a quien lo pida razón de su esperanza (1 Pe 3, 15).
La Comisión Nacional de Catequesis ha invitado a vivir este día bajo el lema “Catequistas en Misión”.
Junto con felicitar a todos los catequistas en este día, les reitero mi agradecimiento por su generosa disposición a seguir colaborando en la formación catequética de miles de hermanas y hermanos. El Señor los bendiga abundantemente, en sus comunidades y junto a sus familias.
+René Rebolledo Salinas
Arzobispo de La Serena
