Primer aniversario de la Pascua del padre obispo Tomás González Morales

Primer aniversario de la Pascua del padre obispo Tomás González Morales

El día viernes 10 de febrero se celebró la eucaristía en su memoria en la catedral de Punta Arenas .

 
Sábado 11 de Febrero de 2023
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El día viernes en la Iglesia Catedral de Punta Arenas se celebró una Eucaristía en memoria del obispo Tomas González Morales, en el primer aniversario de su fallecimiento. La cual fue presidida por el padre obispo Oscar Blanco Martínez y acompañada de fieles de distintas comunidades que quisieron recordar la figura de don Tomás, quien fue obispo por 32 años. Acompañaron también desde Santiago su hermana Marta González y sus sobrinos Pedro y Luis Hernández González.

Durante la celebración se recordaron las obras de don Tomás por su amada diócesis de Punta Arenas, como la creación de las fundaciones Fide XII y Esperanza, su intervención en el tratado de paz entre Chile y Argentina el año 1978, la gran defensa de los derechos humanos, la creación de la devoción de religiosidad popular de Jesús Nazareno en Magallanes, la creación de diversas comunidades de base en las distintas parroquias, entre otras obras.

La homilía estuvo a cargo del presbítero Marcos Buvinic Martinic que señaló: “ En esos tiempos complejos, el padre obispo Tomás fue, en forma decidida, la voz de todos los que no tenían voz, sosteniendo con claridad la dignidad y derechos de todas las personas desde la caridad evangélica y la búsqueda de aquella paz que sólo es fruto de la justicia. Como siempre ocurre con las voces proféticas, no todos comprendieron su acción, y el padre Tomás afrontó con serenidad fundada en la Palabra del Señor las acusaciones de quienes rechazaban su acción humanitaria y evangélica, poniendo su fe, esperanza y caridad, así como su talento, sus capacidades humanas y medios al servicio de sus hermanos, especialmente, de los más pobres y sufrientes, acogiendo en ellos al Señor Jesús que nos dice “todo lo que hiciste por uno de estos, mis humildes hermanos, a mí me lo hiciste”.

De esta manera, fue un verdadero padre y pastor para todos los que acudían a él buscando ayuda material o espiritual, consejo o consuelo. Su oficina en el Obispado estaba abierta a todos los que acudían a él y siempre fue generoso en la ayuda que podía brindar. Todo eso para “Que todos sean uno”.

Nuestra memoria agradecida como Iglesia en Magallanes reconoce en su ministerio al pastor que impulsó la formación de comunidades en todos los rincones de nuestras ciudades y geografía. Comunidades de fe viva y caridad operante para que sean un signo del Evangelio del Señor Jesús. Para eso realizó, a fines de los años 70, el primer Sínodo de la Iglesia en Magallanes, impulsando la renovación parroquial y creación de comunidades, la formación de un laicado adulto en su fe para ser testigos del Evangelio en nuestra sociedad y su cultura, la valoración de la religiosidad de los hermanos venidos desde Chiloé, la formación de equipos de laicos y laicas que animaran los diversos servicios pastorales de la Iglesia, la creación de la Fundación Fide XII, para la promoción de un desarrollo integral, y la Fundación Esperanza, para el acompañamiento y asistencia a niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad. Todo esto, para “Que todos sean uno”, dándole así, una nueva identidad e impulso evangelizador a nuestra Iglesia diocesana.

Una particular preocupación del ministerio pastoral del padre obispo Tomás fue el acompañamiento y atención a los chilenos que por razones políticas fueron exiliados, sosteniendo el derecho de todos a vivir en su país y visitando en todo el mundo a las comunidades de exiliados chilenos. Las tareas de la “Pastoral de Exilio” se extendían, también, a la gran cantidad de chilenos que por razones económicas tenían que abandonar el país. No olvidemos que, en esos años, vivían en la Patagonia argentina más de trescientos mil chilenos; es decir, más que los que habitaban en nuestra Patagonia chilena. El padre obispo Tomás los visitaba con frecuencia y -junto a los obispos de la Patagonia argentina- realizaban múltiples tareas y gestiones para asistirlos. La misión del padre obispo Tomás, para “Que todos sean uno”, se vio enfrentada a fines de 1978 a la terrible posibilidad de una guerra fraticida entre Chile y Argentina. Los esfuerzos y contactos del P. Tomás, sumados a los del cardenal Raúl Silva Henríquez y los obispos argentinos, consiguieron la providencial mediación del papa Juan Pablo II que logró poner fin al conflicto. Los encuentros por la paz en monte Aymond, que movilizaban a centenares de personas, especialmente jóvenes chilenos y argentinos, fueron un hito importante en el desarrollo de una cultura de la paz para “que todos sean uno”. ¡Gracias, padre obispo Tomás, por todos sus afanes por evitar la guerra y desarrollar una cultura de la paz!

Nuestra memoria agradecida podría extenderse en muchas otras dimensiones de lo que fue su ministerio de pastor en nuestra Iglesia magallánica, y los testimonios de muchas personas podrían poner en evidencia su presencia siempre cercana de padre y pastor, hermano y amigo, constructor de unidad y reconciliación, y siempre generoso en el perdón, para “Que todos sean uno”.

Al final de la Eucaristía el padre Sergio Body quien fue amigo desde la niñez del padre obispo Tomás realizó la oración de consagración a la Virgen María Auxiliadora, para pedir por el eterno descanso de su amigo y compañero de formación sacerdotal.

También lo recordó su sobrino Pedro Hernández, quien señalo la faceta mas familiar de su tío Tomás, quien siempre estaba dispuesto a dar un consejo a sus familiares, y estaba muy alegre en las fiestas familiares.
Posterior a las palabras se rezó un responso en la cripta de los obispos diocesanos donde descansan los restos del padre Obispo Tomás.

Fuente: Comunicaciones Punta Arenas
Punta Arenas, 11-02-2023
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