1. Como ya se ha hecho una tradición, nos reunimos en la Iglesia Catedral para conmemorar el centésimo trigésimo séptimo aniversario del Combate Naval de Iquique y Día de las Glorias Navales. La vida entera de don Arturo Prat Chacón y la gesta heroica que la coronó como Capitán de la corbeta Esmeralda -junto a sus compañeros- en la rada de Iquique, ha quedado impresa en el alma nacional como testimonio de entrega, valentía, amor a la Patria, a su familia y a Dios. La figura del héroe de Iquique nos habla de estudio, disciplina, virtudes humanas, morales y religiosas, a la vez que de espíritu de justicia y de servicio hacia los más desposeídos. En su persona confluyeron la vocación marina y el amor al derecho, iluminados por la fe cristiana y católica. Fue un hombre de paz, aunque murió en combate por amor a su Patria. Llevando colgado al pecho el Escapulario del Carmen, seguramente se habrá encomendado a la Virgen del Carmen y al Señor Dios, con palabras parecidas a las del Salmo 140 que se proclamó hoy: “¡Que mi oración suba hasta Ti, Señor!”. En estos tiempos en que parece resquebrajarse la convivencia nacional, damos gracias a Dios por la estatura moral de don Arturo Prat Chacón, como un ejemplo de esposo y padre de familia, honesto marino y abogado, auténtico patriota y hombre de fe.
2. En este Mes del mar, damos gracias a Dios por los abundantes recursos naturales con que el Creador dotó al mar que nos baña, y que ha sido fuente de trabajo, alimentación y exportación a diversos países del mundo a la vez que de posibilidades turísticas. Hoy también agradecemos y pedimos a Dios por todos los hombres de mar, los pescadores que desenvuelven su vida y trabajo en la inmensidad de nuestro océano, y donde han quedado sepultados muchos y oramos por su eterno descanso.
Con todo, siempre la naturaleza nos sorprende y la Divina Providencia quiso que en este Mes del mar y ya un poco antes que se dieran situaciones variadas y preocupantes como han sido las marejadas anormales, los masivos varamientos de distintas especies, y sobre todo el bloom de algas que trajo la intoxicación de millones de salmones, con las consecuencias conocidas. Luego, vino la intensidad y extensión del fenómeno de la “marea roja” que desencadenó una crisis ambiental y social de proyecciones en la X Región con la paralización de faenas en el mar, cortes de caminos y protestas pidiendo la ayuda del Gobierno. Después de 18 días de conversaciones se llegó a acuerdos firmados por las autoridades de gobierno y los representantes de los diversos grupos y sindicatos de pescadores y otros trabajadores del mar. Gracias a Dios se ha superado la grave emergencia pero quedan muchos desafíos por delante como son realizar investigaciones científicas sobre las causas de los fenómenos producidos en el mar, la necesidad de prevenir el daño en la biodiversidad marina, también diversificar la producción en la región, además de reformas administrativas y políticas para potenciar los recursos y el ámbito de decisiones de las autoridades regionales. Se deberán formar mesas estables de trabajo en la que participen las autoridades de gobierno, los dirigentes de pescadores y hombres de mar, los empresarios del salmón y los biólogos marinos.
3. En reciente declaración (De la desconfianza al reencuentro, 13/V/2016), el Comité Permanente del Episcopado se ha referido al tema del centralismo que tiende a postergar a las regiones y a la necesidad de tomar decisiones políticas y económicas, superando la “mirada corta” y la desconfianza, y dando prioridad a estos temas urgentes e importantes, sobre otros que no responden a necesidades reales del país, como por ejemplo la discusión sobre la despenalización del aborto en tres causales o la posibilidad de implementar el llamado matrimonio igualitario. El tema de la nueva Constitución dada su importancia requeriría un consenso básico que respete la institucionalidad actual.
4. Junto con presentar al Señor los problemas que nos afectan como país también debemos dar gracias a Dios por todo lo que el país ha avanzado en los últimos decenios, en el plano socio-económico, en la conectividad y en cobertura educacional. Con todo, el ámbito del sentido y valor de la vida humana y de los valores éticos –como la amistad cívica, la generosidad, la fraternidad- no han acompañado suficientemente este proceso de desarrollo. Nuestra gratitud se extiende especialmente en este día hacia la Armada de Chile por los servicios prestados a nuestra Patria, especialmente en el cuidado de nuestros mares y lagos, y la defensa de nuestra soberanía. Agradecemos tantos operativos, ordinarios o extraordinarios, de atención a las poblaciones más alejadas o aisladas, a las que llegan las lanchas o buques de la Armada con socorros, atención médica, en situaciones habituales o con ocasión de catástrofes, que cada cierto tiempo nos golpean y nos permiten preocuparnos de nuestros prójimos más necesitados. Yo quiero destacar la colaboración que las autoridades de la V Zona Naval están dando al proceso de restauración completa de la Cruz de Tenglo con su entorno, ícono de nuestra ciudad, agradeciendo a personeros públicos y privados. Por otra parte, la reciente crisis ambiental es también un llamado a la Armada para poner todos sus medios y conocimientos al servicio de las investigaciones que habrá que realizar para determinar las causas de los fenómenos que están alterando nuestro mar y sus especies.
5. Este día coincide con la reunión del Congreso Pleno en que la Presidenta de la República rinde su cuenta anual al país. Una breve mirada a nuestra Región y a nuestra Patria nos permitirá descubrir algunos desafíos o problemas pendientes que hay que enfrentar como comunidad regional o nacional. Y nos hará ver también la necesidad de cambiar algunas actitudes, para lo cual necesitamos pedir la ayuda de Dios.
A nivel nacional hemos estado viviendo una crisis de confianza y falta de credibilidad, que afecta especialmente a los líderes políticos, los empresarios y los representantes de instituciones civiles y aún religiosas. Se ha instalado una irritación en el país con motivo de casos conocidos de malas prácticas en la relación entre negocios y política, que se han traducido en abusos, corrupción, tráfico de influencias, fraudes fiscales, etc. Los obispos del Comité Permanente el año pasado decían que “una forma de restablecer las confianzas es aplicando serenamente la ley, sancionando a los culpables por haberla infringido y declarando inocentes a los injustamente acusados” (Convivencia en Chile, 5/V/15). Es importante cambiar aquellos aspectos de nuestra institucionalidad que hicieron posible los abusos que hoy se condenan, para ayudar a la transparencia y la probidad. Pero, se requieren sobre todo, cambios en las conductas personales y colectivas. Como enseña la Doctrina Social de la Iglesia, “el respeto de la dignidad humana exige la práctica de la virtud de la templanza, para moderar el apego a los bienes de este mundo; de la justicia, para preservar los derechos del prójimo y darle lo que es debido; y de la solidaridad, siguiendo la regla de oro del Evangelio y según la generosidad de Nuestro Señor Jesucristo…” (cf. 2 Cor 8,9, cit. por Cat. Igl. Cat., 2407).
6. Precisamente, el evangelio de hoy nos presenta a Jesús, anunciando por segunda vez su pasión, muerte y resurrección a sus discípulos. Pero, “ellos no entendían sus palabras y temían preguntarle”. Al contrario, por el camino discutían entre sí sobre quién sería el mayor. Es la constante tentación de buscar el poder no para servir sino por vanagloria y el provecho personal o de grupos y partidos. Jesús les dice: “El que quiera ser el primero, que se haga el último de todos y el servidor de todos”. Es el llamado a la humildad y al espíritu de servicio, que debe distinguir a los que se llaman cristianos, y también a los dirigentes políticos, sociales y a todos los servidores públicos. Para reafirmar su mensaje, Jesús acercó a un niño lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: “El que recibe a uno de estos niños en mi nombre me recibe a Mí y quien me recibe no me recibe a Mí sino a Aquel que me ha enviado”(es decir, el Padre). En los niños Jesús simboliza a todos los pequeños, postergados, pobres, vulnerables y desprotegidos. Esa preocupación debe caracterizar nuestro desarrollo socio-económico y cultural.
Pero, no basta la acción; es necesaria también la oración y caminar en la verdad, que es la humildad. Es lo que nos enseñaba el apóstol Santiago al decir “confesaos unos a otros los pecados, y rezad unos por otros, para que seáis sanados. La oración ferviente del justo puede mucho”.
7. Por eso, los obispos terminan su mensaje invitando a “abrirnos a la fuerza transformadora del Espíritu Santo que es principio de unidad en la diversidad de dones y talentos con- cedidos por Dios, y es un impulso misionero y solidario para llevar el amor de Cristo hasta las periferias de nuestra sociedad” (De la desconfianza…, 2016). “Quisiéramos…ayudarnos a construir nuestro futuro sobre los valores, virtudes e ideales que heredamos de nuestros padres y madres en la Patria y en la fe. Nos interesan sus ejemplos, su fe y su fortaleza, para renovar la esperanza en esta tierra donde estamos llamados a amar y servir a quienes la habitan, con especial dedicación a aquellos que a causa de la injusticia sufren la exclusión del desarrollo” (Convivencia…, 2015)
Por eso, en este día y en este Año Santo de la misericordia todo el bien que anhelamos para nuestra Patria –un país justo y fraterno, en que seamos misericordiosos como el Padre- lo encomendamos a nuestra Madre, la Virgen del Carmen, Reina y Patrona de Chile y de las Fuerzas Armadas y de Orden. Amén
+ Cristián Caro Cordero
Arzobispo de Puerto Montt
