La crisis política y económica que atraviesa Venezuela ha causado un proceso de migración transnacional masiva que ha llevado a millones de personas fuera de sus fronteras. Se estima que a mayo de 2022 existen en América Latina y el Caribe más de seis millones de personas venezolanas refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo. Según la información oficial del Gobierno de Chile, nuestro país es el cuarto de la región que más ha recibido este flujo migratorio, albergando a una población estimada de 448 mil personas. En los últimos años, la migración de forma irregular por pasos fronterizos no habilitados en la macrozona norte del país ha sido excepcionalmente alta y en su mayoría de nacionalidad venezolana. Las precarias condiciones de vida de las personas al ingresar al país han configurado una crisis humanitaria importante en la región.

Con los aportes de Catholic Relief Services (CRS), Caritas Alemania, Caritas Japón, Caritas México y Fundación Emmanuel, Caritas Chile y los equipos territoriales de Caritas Arica, Iquique, Calama y de INCAMI en Santiago, se encuentran implementando el proyecto EA 02/2022, apoyando a las familias venezolanas con alojamiento temporal, seguridad alimentaria, promoción de la higiene, asesoría jurídica y acompañamiento psicosocial.

Durante el mes de mayo, el equipo del programa Medio Ambiente, Gestión del Riesgo y Emergencias -MAGRE- de Caritas Chile, ha estado en terreno acompañando a los equipos de la zona norte y metropolitana, levantando información relevante para comprender la realidad migratoria y contribuir al desarrollo del proyecto.

Como parte de esta comprensión de la migración, Rosa Marschhausen, encargada de la Caritas Iquique, destaca que la realidad migratoria ha cambiado desde fines del año 2021, pues la mayoría de las familias ya no llegan a las calles o espacios públicos de Iquique, sino que están asentándose rápidamente en condiciones muy precarias en las tomas irregulares en Alto Hospicio. Allí se evidencia una gran necesidad de apoyo en alimentos, abrigo, vivienda e inclusive en medios de vida para que las familias tengan acceso a ingresos que permitan mejorar su calidad de vida.

En el mismo sentido, Catherine Mella, encargada del programa MAGRE de Caritas Chile, señala que la respuesta humanitaria que está desarrollando Caritas ha permitido reconocer que las familias venezolanas enfrentan muchos retos emergentes durante y después del desplazamiento, la mayoría migra por motivos laborales para tener mejores condiciones de bienestar. En consecuencia, junto a la necesaria ayuda humanitaria, se requiere, como país, asumir el desafío de mejorar la política y normativa de migración para que puedan tener acceso a un empleo y a servicios educacionales, salud y vivienda, posibilitando de este modo condiciones de vida digna tanto para la población migrante como para las comunidades locales.


Fuente: Comunicaciones Caritas Chile
CECh, 25-05-2022