Pastoral de los Trabajadores de la diócesis celebró el Día de los trabajadores en la Catedral de Copiapó

Pastoral de los Trabajadores de la diócesis celebró el Día de los trabajadores en la Catedral de Copiapó

La tarde del pasado sábado 30 de abril se celebró en la Catedral de Copiapó la Misa por el Día Internacional de los Trabajadores, la que fue presidida por el encargado de la pastoral diocesana de los Trabajadores, p. Guido Castagna, junto al párroco, p. Edwin Quintero, y el p. Luis Burgos sdb.

 
Martes 03 de Mayo de 2022
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En la homilía, el p. Guido leyó un mensaje del obispo de Copiapó, Monseñor Ricardo Morales. En sus palabras, el obispo dijo que “los indudables avances en el reconocimiento de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, no nos debe hacer olvidar que hoy se siguen desconociendo derechos de muchos trabajadores, por ejemplo, la de tantos hermanos y hermanas migrantes que son empleados sin contratos de trabajo, o prestando los mismos con mucha precariedad”.

Agregó que el crecimiento económico “no puede entenderse a costa de los trabajadores”, no sólo en Chile, refiriéndose a “las transnacionales que, para producir sus productos, lo realizan en países que no tienen los derechos que otras sociedades si tienen, o ocupan mano de obra, mal denominada barata.”

Citando al Papa Francisco, dijo que había que “recuperar el sentido del trabajo, como elemento esencial que dignifica al hombre y coopera a su santificación” e invitó a preguntarse “qué podemos hacer para recuperar el valor del trabajo; y qué contribución, como Iglesia, podemos dar para que este sea rescatado de la lógica del mero beneficio y pueda ser vivido como derecho y deber fundamental de la persona, que expresa e incrementa su dignidad”.

Al final de la misa, la vicepresidenta de la Cut Provincial, Jimena Pérez, agradeció el apoyo de la Iglesia, e invitó a participar en la movilización de la Cut por el día de los trabajadores.

La misa terminó con la Bendición de las manos, tradicional oración creada por un temporero.

Mensaje del obispo en el Día Internacional de las y los trabajadores

La oportunidad de conmemorar un 1 de mayo más, nos permite volver la mirada hacia la historia, para ser capaces de descubrir en ella, aquello que nos permite configurar hoy la realidad del trabajo en nuestra patria.

Por muchos sufrimientos y penurias han pasado los trabajadores y trabajadoras de nuestro país, para tener la situación que hoy tenemos en el reconocimiento de sus derechos inalienables como seres humanos. Hago memoria, por ejemplo, de la famosa “ley de la silla”, que permitió algo tan humano como sentarse, tener una pausa en el trabajo, para descansar unos momentos y continuar la labor.

Sin embargo, los indudables avances en el reconocimiento de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, no nos debe hacer olvidar que hoy se siguen desconociendo derechos de muchos trabajadores, por ejemplo, la de tantos hermanos y hermanas migrantes que son empleados sin contratos de trabajo, o prestando los mismos con mucha precariedad.

El crecimiento de una economía, aspiración de todos, no puede entenderse a costa de los trabajadores, y no solo pienso en nuestra patria, también tengo en mente, la situación de tantas transnacionales que, para producir sus productos, lo realizan en países que no tienen los derechos que otras sociedades si tienen, o ocupan mano de obra, mal denominada “barata”. Generalmente, estos trabajos precarios, son realizados por mujeres o niños, los eslabones mas frágiles de toda esta cadena productiva.

Soy consciente que el esfuerzo en mejorar las condiciones de todos los trabajadores, pasa por un compromiso de la sociedad entera, donde lo que le pasa a mi hermano y hermana, no puede resultar ajeno, es necesario que construyamos todos ese llamado que el Papa Francisco nos recordaba recientemente: debemos “recuperar el sentido del trabajo, como elemento esencial que dignifica al hombre y coopera a su santificación”, puesto que hoy demasiadas personas son explotadas privándolas de su dignidad. Además, el Papa nos pregunta: “¿Con qué espíritu hacemos nuestro trabajo cotidiano? ¿Cómo afrontamos el cansancio? ¿Vemos nuestra actividad unida sólo a nuestro destino o también al destino de los otros? De hecho, el trabajo es una forma de expresar nuestra personalidad, que es por su naturaleza relacional”

En este día en que unimos la conmemoración del día del trabajo a la de San José, el “carpintero de Nazaret”, es necesario que nos preguntemos: qué podemos hacer para recuperar el valor del trabajo; y qué contribución, como Iglesia, podemos dar para que este sea rescatado de la lógica del mero beneficio y pueda ser vivido como derecho y deber fundamental de la persona, que expresa e incrementa su dignidad.

Con un fraterno saludo para cada uno de los trabajadores y trabajadoras de nuestra región de Atacama, mis mejores deseos de un bendecido día 1 de mayo y que la intercesión de San José Obrero nos acompañe y proteja en nuestro trabajo cotidiano.

Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 03-05-2022