En la capilla de la gruta, el obispo de la diócesis Cristián Contreras Villarroel, presidió una misa que dedicó especialmente a los enfermos. Durante la homilía, el pastor recordó que la Virgen María tiene muchas advocaciones, entre ellas la de la Virgen de Lourdes: “Tuve la gracia, a inicios de la década de los ’90, de visitar en el verano europeo el Santuario Lourdes. He visto la fe de la gente que acude para agradecer, para interceder, para pedir sanación del cuerpo y del alma. Ver las peregrinaciones, a los voluntarios para atender a los enfermos, a sus familias y acompañantes. En los santuarios de la Virgen Santa que conozco, he visto sobre todo las expresiones de nuestra fe cristiana, públicamente expresadas. Lo mismo se vive en el Santuario de Lourdes en Quinta Normal, donde tantas veces celebré la Santa Misa en este mismo día y en tantas otras ocasiones”.

“Hoy es el día para recordar a nuestros enfermos. Es un día especial en que queremos como Iglesia pedir a Dios por todos los enfermos de nuestra patria, y a la vez dar gracias, porque Jesucristo es el inspirador de tantas vocaciones de servicio social en los médicos, las enfermeras, auxiliares de enfermería, personal de hospitales, de clínicas y de modestos centros asistenciales de salud. Queremos agradecer a Dios por la generosidad y gratuidad del voluntariado que asiste a los enfermos. Agradecer por mujeres que consuelan llevando la palabra de Dios, la comunión eucarística y la esperanza a quienes están enfermos. Un especial recuerdo de gratitud a las Hermanas Camilianas, que atienden solícitamente a los enfermos”, expresó con gratitud mons. Contreras.

“El ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo fundamenta la obra de tantos médicos, enfermeras y equipos de salud que han dedicado sus propias existencias a un servicio noble y abnegado que ha salvado tantas vidas humanas o han permitido a muchos reencontrar una calidad de vida que se veía disminuida por dolencias de diversa naturaleza”, manifestó el obispo, añadiendo que “servir al enfermo es servir a Cristo” y que por ello “La Iglesia es servidora de la humanidad”.

“Salir al encuentro de la persona humana, es una vocación irrenunciable de la Iglesia, porque forma parte de su identidad más profunda. La Iglesia, en efecto, “nace del misterio de la redención en la cruz de Cristo”. Y por eso “está obligada a buscar el encuentro con el hombre, de modo particular en el camino del sufrimiento”, destacó Cristián Contreras Villarroel.

Relevando el amor y compasión de Cristo hasta la muerte, el obispo dijo que “La humanidad necesita compasión y la fiesta de hoy nos ofrece una lección elocuente de lo que es la compasión verdadera y profunda. La Virgen María sufre por Jesús, pero también sufre junto a Él. La pasión de Cristo es la solidaridad y la participación en todos los dolores del ser humano”, agregando que “María al pie de la cruz pasa a ser la madre de la Iglesia y de la humanidad sufriente y redimida: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. La Iglesia asume esta vocación de María, acogiéndola a Ella como Madre dolorosa: “Luego dijo al discípulo: Aquí tienes a tu madre. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa”. La Iglesia es la casa del ser humano sufriente, siempre en la compañía de la Virgen María al pie de la cruz”.

Fuente: Obispado de Melipilla
Melipilla, 12-02-2022